SPM: Síntomas, tratamientos y más del síndrome premenstrual

Entender el SPM

El síndrome premenstrual (SPM) se refiere a los cambios en el estado de ánimo y las emociones, la salud física y el comportamiento que:

  • se desarrollan entre la ovulación y el inicio de la menstruación (aproximadamente 2 semanas antes de la menstruación)
  • duran hasta unos días después del inicio de la menstruación
  • aparecen de forma constante cada mes
  • afectan a la vida cotidiana y a las actividades habituales.

El síndrome premenstrual es una preocupación muy común. Casi el 48% de las mujeres en edad reproductiva padecen SPM, y para cerca del 20% de ellas los síntomas son lo bastante graves como para afectar a su rutina habitual.

Contrariamente a lo que algunas personas puedan sugerir, el síndrome premenstrual es una afección real, que puede alterar la vida cotidiana y causar importantes molestias físicas y angustia emocional.

A continuación, trataremos los síntomas del síndrome premenstrual en detalle, además de ofrecer algunos consejos para obtener apoyo y alivio de sus síntomas.

Síntomas del síndrome premenstrual

Aunque el síndrome premenstrual suele cursar con síntomas leves o moderados que no afectan en gran medida a la vida diaria, los síntomas pueden ser lo suficientemente graves como para afectar a sus actividades cotidianas y a su bienestar general.

Si padeces SPM, experimentarás síntomas de forma constante antes de cada periodo menstrual. Es posible que experimentes sólo algunos de los síntomas que aparecen a continuación, o varios, pero el SPM suele implicar al menos unos cuantos síntomas diferentes.

Síntomas emocionales y de comportamiento

Los cambios relacionados con el SPM en su estado de ánimo, emociones y comportamiento pueden incluir:

  • ansiedad, inquietud o nerviosismo
  • ira e irritabilidad inusuales
  • Cambios en el apetito, incluido un aumento de las ansias de comer, especialmente dulces.
  • cambios en los patrones de sueño, como fatiga y problemas para dormir
  • estado de ánimo triste o decaído, que puede incluir lagrimeo o llanto repentino e incontrolable
  • cambios rápidos de humor y arrebatos emocionales
  • disminución del deseo sexual
  • dificultad para concentrarse o recordar información

Síntomas físicos

Con el síndrome premenstrual, es probable que también notes algunos síntomas físicos, como:

  • distensión abdominal
  • calambres
  • senos doloridos e hinchados
  • acné
  • estreñimiento
  • diarrea
  • dolores de cabeza
  • dolores musculares y de espalda
  • sensibilidad inusual a la luz o al sonido
  • torpeza inusual

¿Cuándo empiezan los síntomas del síndrome premenstrual?

Por término medio, el ciclo menstrual dura unos 28 días. Si tienes un ciclo de duración media:

  • La ovulación, o liberación del óvulo por los ovarios, se producirá en torno al día 14, o punto medio del ciclo.
  • Los síntomas del síndrome premenstrual pueden comenzar en cualquier momento después de la ovulación (aunque normalmente empiezan en la semana anterior a la regla) y duran hasta unos 5 días después del inicio de la menstruación.
  • La menstruación, o sangrado, comenzará el día 28 del ciclo.

Más información sobre las fases del ciclo menstrual.

¿Qué causa el síndrome premenstrual?

La investigación científica no ha llegado a una causa concluyente del síndrome premenstrual ni a una explicación de por qué algunas personas lo padecen con más intensidad que otras. Dicho esto, los investigadores han sugerido algunas teorías diferentes.

Cambios cíclicos en las hormonas

Muchos expertos creen que el síndrome premenstrual se produce en respuesta a los niveles cambiantes de las hormonas estrógeno y progesterona.

Estas hormonas fluctúan de forma natural a lo largo del ciclo menstrual. Durante la fase lútea, que sigue a la ovulación, las hormonas alcanzan un pico y luego descienden rápidamente, lo que puede provocar ansiedad, irritabilidad y otros cambios de humor.

Cambios químicos en el cerebro

Los neurotransmisores serotonina y norepinefrina tienen varias funciones importantes en el organismo, como ayudar a regular el estado de ánimo, las emociones y el comportamiento.

Estos mensajeros químicos también pueden influir en los síntomas del síndrome premenstrual.

Por ejemplo, una bajada de estrógenos puede provocar la liberación de norepinefrina, lo que lleva a una menor producción de dopamina, acetilcolina y serotonina. Estos cambios pueden desencadenar problemas de sueño y provocar un estado de ánimo bajo o deprimido.

Enfermedades mentales existentes

Padecer una enfermedad mental, como depresión o ansiedad, puede aumentar las probabilidades de sufrir SPM o trastorno disfórico premenstrual (TDPM), una forma más grave de SPM.

Los antecedentes familiares de síndrome premenstrual, trastorno bipolar o depresión, incluida la depresión posparto, también pueden aumentar este riesgo.

También puedes notar una exacerbación premenstrual. Esto significa que los síntomas de enfermedades mentales subyacentes, como el trastorno bipolar o la depresión, se intensifican poco antes de que empiece el periodo.

Los expertos aún no han llegado a una explicación concluyente de la relación entre los síntomas de salud mental y los cambios de humor relacionados con la menstruación. Pero muchos creen que está relacionado con los cambios químicos cerebrales mencionados anteriormente.

Factores relacionados con el

estilo de vida

Ciertos hábitos podrían afectar a la gravedad de los síntomas del SPM. Los factores potenciales del estilo de vida que podrían empeorar los síntomas del SPM incluyen:

  • fumar
  • comer muchos alimentos ricos en grasa, azúcar y sal
  • falta de actividad física regular
  • la falta de sueño de calidad

Una investigación de 2018 también relaciona el consumo de alcohol con un mayor riesgo de SPM. Si te das un atracón de alcohol o bebes en exceso de forma regular, es aún más probable que experimentes los síntomas del síndrome premenstrual.

¿Podría ser el TDPM?

Al igual que en el síndrome premenstrual, los síntomas del TDPM pueden deberse a fluctuaciones en los niveles de estrógeno, progesterona y serotonina.

Los síntomas del TDPM pueden incluir:

  • depresión, tristeza intensa y ataques de llanto
  • pensamientos suicidas
  • ataques de pánico
  • ansiedad, ira o irritabilidad
  • cambios repentinos de humor
  • falta de interés por las actividades cotidianas
  • insomnio
  • problemas para pensar o concentrarse
  • atracones
  • calambres dolorosos
  • hinchazón

¿Pensamientos suicidas?

Puede ser difícil hablar de emociones intensas o pensamientos persistentes de muerte, agonía o suicidio. Pero no estás solo, aunque no te sientas capaz de hablar abiertamente de tus sentimientos con familiares y amigos.

Obtenga ayuda gratuita y confidencial las 24 horas del día, los 7 días de la semana, llamando a un teléfono de ayuda en situaciones de crisis. Consejeros de crisis formados pueden ayudarte a hablar sobre sentimientos abrumadores y practicar nuevas estrategias para afrontar una crisis.

  • Habla: Llama a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 800-273-8255.
  • Texto: Envíe HOME al 741-741 para llamar a la línea de crisis.

Aquí encontrará más recursos para la prevención del suicidio.

Si tiene síntomas de TDPM, es posible que su médico le recomiende trabajar con un terapeuta o psiquiatra, especialmente si experimenta síntomas concurrentes de salud mental relacionados con la depresión, el trauma o el estrés.

Otros tratamientos y estrategias de afrontamiento que pueden ayudar son:

  • ejercicio diario
  • limitar la cafeína
  • practicar nuevos métodos para afrontar el estrés
  • comprimidos de drospirenona y etinilestradiol (Yaz), la única píldora anticonceptiva aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) para los síntomas del TDPM
  • antidepresivos o ansiolíticos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN).

Más información sobre el TDPM, posibles tratamientos y cómo obtener apoyo.

Cuándo

acudir al médico

La mayoría de las personas que menstrúan manifiestan al menos algunos síntomas del síndrome premenstrual, pero estos síntomas no aparecen necesariamente todos los meses ni afectan a su vida cotidiana.

Si los síntomas del síndrome premenstrual se agravan lo suficiente como para alterar su rutina mensual, un buen paso siguiente consiste en acudir a un médico o clínico.

Los profesionales de la salud pueden diagnosticar el SPM o el TDPM y ayudarle a explorar posibles opciones de tratamiento, como:

  • anticonceptivos hormonales
  • suplementos, como calcio, magnesio o vitamina B6
  • ácido mefenámico

Para hacer un diagnóstico preciso, pueden

  • preguntarle sobre sus antecedentes personales y familiares de síndrome premenstrual, TDPM y otros trastornos del estado de ánimo y de salud mental
  • preguntarle por sus antecedentes familiares de otras enfermedades, como hipotiroidismo o endometriosis
  • recomendar un examen pélvico para descartar afecciones ginecológicas, en función de sus síntomas
  • sugerir llevar un diario y un calendario para controlar la menstruación y cualquier síntoma relacionado que experimentes durante 2 o 3 meses

Si sus síntomas aparecen de forma constante durante la fase lútea del ciclo menstrual y desaparecen poco después de que empiece el periodo, un profesional sanitario puede diagnosticarle síndrome premenstrual.

En cambio, si persisten durante todo el mes o aparecen y desaparecen sin ninguna regularidad, pueden relacionarlos con una exacerbación premenstrual u otro problema de salud.

Otras afecciones que pueden cursar con síntomas similares son:

  • anemia
  • endometriosis
  • trastorno tiroideo
  • síndrome del intestino irritable (SII)
  • síndrome de fatiga crónica

Alivio de los síntomas del síndrome premenstrual

Aunque el síndrome premenstrual no tiene cura, puede tomar medidas para aliviar sus síntomas.

Para aliviar los síntomas leves o moderados, puede ser útil probar las siguientes estrategias:

  • Bebe mucho líquido para aliviar la hinchazón abdominal. Esto incluye infusiones de hierbas, como la hoja de frambuesa roja o la manzanilla, que pueden aliviar los calambres.
  • Siga una dieta equilibrada que incluya mucha fruta, verdura y cereales integrales.
  • Considere la posibilidad de reducir el consumo de azúcar, sal, cafeína y alcohol, sobre todo si es especialmente sensible a sus efectos.
  • Consulte a un profesional sanitario sobre la posibilidad de probar suplementos como el ácido fólico, la vitamina B-6, el calcio y el magnesio para ayudar a reducir los calambres y los síntomas del estado de ánimo.
  • Intente obtener más vitamina D a través de la luz natural, los alimentos o los suplementos.
  • Intenta dormir entre 7 y 9 horas cada noche para aliviar la fatiga y mejorar el bienestar general.
  • Intente realizar al menos media hora de actividad física al día, si puede. El ejercicio no sólo puede ayudar a aliviar la hinchazón y los calambres, sino que también puede ayudar a aliviar los síntomas de ansiedad y depresión.
  • Dedica un tiempo al día al cuidado personal, que puede incluir ejercicio, relajación, tiempo para ti misma, aficiones o interacción social.

Los medicamentos y tratamientos sin receta también pueden ayudar a reducir los síntomas físicos del SPM. Algunas opciones son:

  • analgésicos, como ibuprofeno, aspirina o paracetamol, para los dolores de cabeza y musculares o los calambres estomacales
  • diuréticos para aliviar la hinchazón y los pechos doloridos o sensibles
  • envolturas o almohadillas térmicas en el abdomen para aliviar los calambres.

Si tiene síntomas graves del estado de ánimo que le crean complicaciones en la vida diaria, la terapia cognitivo-conductual (TCC) u otros enfoques terapéuticos pueden ayudarle a aprender nuevas formas de replantear y afrontar los pensamientos y emociones angustiosos.

Conclusión

:

Si los síntomas del síndrome premenstrual afectan a su rutina y a su calidad de vida mes tras mes, y los remedios caseros y los medicamentos sin receta apenas suponen una diferencia, siempre es mejor ponerse en contacto con un profesional sanitario.

Los síntomas graves del SPM pueden requerir un enfoque terapéutico más profundo, pero suelen mejorar con el tratamiento. Un médico o clínico puede ofrecerte más orientación para desarrollar un plan de tratamiento personalizado que marque la diferencia en tu caso.

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