La orientación sexual es determinante para padecer más o menos estrés
Un estudio comparativo entre heterosexuales, homosexuales y bisexuales consigue demostrar que la orientación sexual es determinante para padecer más o menos estrés.
El Centro de Estudios sobre el Estrés Humano del Instituto de la Universidad de Salud de Montreal -tomamos aire- acaba de publicar un estudio en el que demuestran que nuestra orientación sexual determina nuestra predisposición a padecer de más o menos estrés. Así que, en función de si le das a la carne o al pescado, tus niveles de cortisol, la hormona que nos pone en alerta en situaciones de estrés reacciona de un modo distinto. Tomando como referencia los diversos estudios que han demostrado que hombres y mujeres reaccionamos de forma distinta al estrés, el equipo de doctores canadienses ha querido ir un paso más allá y contaron con 87 hombres y mujeres a los que sometieron a situaciones de estrés tomando muestras de su sangre y saliva para medir los niveles de cortisona con resultados de lo más concluyentes: “Al observar ciertos criterios de bienestar psicológico, de cortisol y de muestras de sangre, hemos sido capaces de determinar los perfiles biológicos de los participantes y si la salud mental y física difiere entre los homosexuales y bisexuales y las personas heterosexuales” ha declarado el director del estudio, el doctor Robert-Paul Juster, con unas diferencias más que notables: En todo el muestreo en que se compararon los resultados, los hombres homosexuales y bisexuales tienen un menor índice de reacción ante situaciones estresantes que los hombres heterosexuales.
Más operativos, calmados y funcionales en las pruebas a realizar, la orientación sexual se presenta como un factor determinante para combatir los desajustes de cortisona que tantos quebraderos de cabeza nos producen en la actualidad, porque si bien su origen biológico y necesario está en la supervivencia, para reaccionar a lo loco activando nuestro cuerpo cuando por ejemplo un oso entraba en tu cueva, sus desajustes excesivos son todo un problema y parecen no tener demasiado sentido hoy en día, volviéndonos locos mientras consultamos la web de RENFE, que es más diabólica que cualquier depredador, pero de poco nos sirven las taquicardias y que nuestro cuerpo se active para sacar billetes solventando sus infinitas trampas.
No obstante, los resultados tienen una sorpresa guardada, ya que en el caso de las mujeres homosexuales y bisexuales sucede precisamente lo contrario, ya que mostraron niveles de estrés más alto y al nivel de los hombres heterosexuales. ¿Cuál es la razón? Según el doctor Fuster, en el caso de los hombres, se trata de una cuestión más sociológica que biológica: "El estrés relacionado con el estigma social anima a las minorías sexuales a desarrollar estrategias de adaptación que los hacen más capaces de manejar el estrés”. Dicho queda, rodeados de cavernícolas y de gente antigua los varones homosexuales han desarrollado el entrenamiento antiestrés definitivo para soportar tabúes e intolerancia, demostrando que la orientación sexual es determinante para padecer más o menos estrés. ¿Qué opinas?