Ducha fría o caliente después de entrenar: ¿Qué es mejor?
Los entusiastas del ejercicio suelen recomendar ducharse con agua fría o caliente después de entrenar para limpiar la piel de bacterias y sudor, aliviar los músculos y facilitar la recuperación. La mayoría de las personas disfrutan de la comodidad de una ducha caliente y temen incluso la idea de tener que enfrentarse al frío. Otros encuentran el agua fría especialmente beneficiosa. Las investigaciones revelan que tanto las duchas calientes como las frías tienen beneficios, pero ¿cuál es mejor después de un entrenamiento? A continuación te explicamos cuál es la temperatura óptima para ducharse después de entrenar, qué demuestran los estudios y mucho más.
¿Cuáles son los beneficios de las duchas frías?Las duchas frías limpian la piel y ayudan a sentirse más despierto. También pueden reducir las agujetas y el estrés. Al sentir la primera gota de agua fría en el cuerpo, se produce un choque inicial que aumenta el ritmo cardíaco, el estado de alerta y el consumo de oxígeno.
Vídeos recomendadosCirculación
Algunos médicos y expertos en salud recomiendan las duchas frías para estimular la circulación sanguínea. El agua fría contrae la circulación en la superficie del cuerpo, lo que hace que la sangre de los tejidos más profundos circule a mayor velocidad para mantener la temperatura corporal.
Diferencias entre la ducha de agua fría y agua caliente
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Favorecer la pérdida de peso y la quema de grasas
Ducharse con agua fría y exponerse a temperaturas bajas podría activar las células adiposas marrones para quemar grasa y calorías. Las células de grasa parda son un tipo específico de células adiposas que queman grasa para generar calor. Un interesante estudio demostró que los hombres adultos con escasas reservas de grasa parda se sentaban en una habitación fría a 63 grados durante dos horas al día y quemaban una media de 108-289 calorías adicionales en comparación con los que se sentaban a temperatura ambiente normal. Cabe señalar que esto no significa que las duchas frías vayan a producir exactamente los mismos resultados que una habitación fría.
Una ducha fría después de entrenarSi te sientes un poco estresado y somnoliento después de hacer ejercicio, una ducha fría puede ser una forma eficaz de reducir tus niveles de estrés, aliviar tus músculos y despertarte. Un ensayo aleatorizado reveló que las personas que se duchaban diariamente con agua fría durante 15 a 60 segundos presentaban niveles de estrés más bajos en general. Los participantes en el estudio que también combinaron sus duchas frías diarias con ejercicios de respiración tipo pranayama registraron una reducción más significativa del estrés.
La inmersión en agua fría también puede estrechar los vasos sanguíneos y reducir el flujo sanguíneo, lo que podría disminuir la hinchazón y la inflamación tras el ejercicio.
¿Cuáles son los beneficios de las duchas calientes?Mientras que las duchas frías tienden a despertarle, las duchas calientes pueden ayudarle a relajarse y conciliar el sueño. Las duchas calientes activan el sistema nervioso parasimpático, lo que puede provocar somnolencia. La temperatura más alta del agua también alivia la tensión muscular.
Abra las vías respiratorias
Meterse en una ducha de vapor caliente ha sido durante mucho tiempo un remedio natural para despejar las vías respiratorias, aflojar la mucosidad espesa y aliviar los síntomas.
Limpia tu piel
Se sabe que las duchas calientes abren los poros de la piel y facilitan su limpieza. Sin embargo, a algunas personas el agua caliente les reseca la piel. El calor puede hacer que los mastocitos liberen histamina, provocando picores.
Una ducha caliente después de entrenarLas terapias con calor, como la inmersión en agua caliente y las almohadillas térmicas, se utilizan desde hace mucho tiempo para dilatar los vasos sanguíneos, estimular el flujo sanguíneo y aliviar los músculos doloridos. También se ha demostrado que la terapia con calor disminuye las agujetas y el dolor de espalda después del entrenamiento. El aumento de la circulación debido al calor lleva sangre rica en nutrientes a los músculos, lo que puede ayudar a la recuperación.
Un interesante estudio clínico demostró que tomar una ducha o un baño caliente 90 minutos antes de acostarse mejora la calidad del sueño y facilita la conciliación del sueño. Este es uno de los motivos por los que una ducha caliente suele ser lo mejor después del entrenamiento nocturno.
¿Cuál es la mejor manera de ducharse después de hacer ejercicio?Aunque hay suficientes estudios sobre las terapias con agua caliente y fría en general, no hay suficientes estudios de alta calidad sobre las duchas calientes o frías específicamente para la recuperación del ejercicio. En general, los estudios se inclinan a favor de las duchas frías, pero depende de cada persona.
Existen estudios interesantes sobre los beneficios de las terapias de frío, como la crioestimulación corporal o la inmersión en agua fría, sobre todo para mejorar las agujetas y la recuperación de lesiones. Las duchas frías también podrían aportar ventajas similares al sumergirse en el agua fría.
Los estudios destacan que el agua fría reduce las agujetas de aparición retardada y favorece la recuperación, sobre todo después de un entrenamiento de alta intensidad. Los investigadores teorizan que el agua fría reduce inicialmente el flujo sanguíneo, pero la circulación se acelera tras la exposición y lleva sangre rica en oxígeno a los músculos.
¿Es mejor una ducha fría o caliente para los músculos doloridos?Tanto el frío como el calor pueden aliviar los músculos doloridos, pero a algunas personas el calor les resulta más eficaz inmediatamente después del ejercicio.
¿Es mejor ducharse con agua fría o caliente después de hacer ejercicio?Tanto las duchas frías como las calientes son beneficiosas. La conveniencia de ducharse con agua fría o caliente después de ejercitar los músculos depende de varios factores, como el lugar donde se hace ejercicio, el clima o la temperatura, el estado general de salud, las preferencias personales y la hora del día.
Si tienes calor después de hacer ejercicio al aire libre o en un gimnasio congestionado, puedes optar por refrescarte con una ducha fría. Una ducha fría puede despertarte después de entrenar por la mañana o a la hora de comer. Te sentirás realizado cuando te enfríes al frío. En general, las temperaturas más frías te empujan fuera de tu zona de confort, lo que puede ser ventajoso; sin embargo, es posible que no quieras superar tus límites y sentirte incómodo después de cada entrenamiento. Las duchas frías pueden no ser la mejor idea si ya tienes un ritmo cardiaco o una tensión arterial elevados, ya que pueden aumentar estos ritmos.
Si vas a hacer ejercicio más tarde, puedes darte una ducha caliente para relajarte y dormir mejor. También puedes probar una ducha de contraste, en la que empiezas con agua caliente y terminas con un aclarado frío.