Síntomas y Tratamiento

Síntomas y Tratamiento

La diabetes tipo 1, anteriormente conocida como diabetes juvenil o diabetes dependiente de insulina, es una condición crónica caracterizada por altos niveles de azúcar en la sangre, o glucosa.

Ocurre cuando el sistema inmunológico ataca erróneamente las células en el páncreas que producen la hormona insulina, lo que lleva a la incapacidad del cuerpo para producir suficiente insulina para mantener los niveles de azúcar en la sangre bajo control. La insulina es crucial para el metabolismo de la glucosa; ayuda a transportar el azúcar desde el torrente sanguíneo hacia las células del cuerpo para proporcionar energía. Sin insulina, la glucosa se acumula en la sangre, lo que, con el tiempo, puede desencadenar complicaciones potencialmente mortales.

La diabetes tipo 1 se diagnostica con frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes, pero puede desarrollarse a cualquier edad. Las personas con esta forma de diabetes necesitan administrar insulina todos los días para sobrevivir.

Para una persona con diabetes tipo 1, las células beta del páncreas son destruidas, lo que impide la producción de insulina. La insulina es la clave que se une a un receptor en la superficie de las células y permite que la glucosa (azúcar) deje el torrente sanguíneo y entre en las células. Sin insulina, los azúcares se acumulan en la sangre y no pueden ingresar a las células.

La causa exacta de la diabetes tipo 1 no está clara. Sin embargo, los científicos piensan que factores genéticos y ambientales, como la exposición a un virus, pueden hacer que el cuerpo ataque erróneamente las células clave en el páncreas que producen insulina.

Algunos factores de riesgo conocidos para esta forma de diabetes incluyen antecedentes familiares de diabetes tipo 1, la presencia de ciertos genes y geografía; parece que la incidencia de la enfermedad es mayor a medida que uno se aleja del ecuador. Aunque la enfermedad puede desarrollarse a cualquier edad, tiende a manifestarse comúnmente en dos períodos: en niños entre 4 y 7 años, y en niños entre 10 y 14 años.

Los síntomas como visión borrosa y fatiga son algunos de los primeros signos de la diabetes tipo 1. La incapacidad de producir insulina puede resultar en una serie de síntomas, que generalmente aparecen rápidamente en unos pocos días o semanas. Estos síntomas pueden incluir sed excesiva, hambre y micción frecuente; visión borrosa; fatiga; y pérdida de peso inexplicada.

A veces, el primer signo de diabetes tipo 1 es una condición potencialmente mortal llamada cetoacidosis diabética (CAD), que ocurre como resultado de niveles drásticamente bajos de insulina en el cuerpo. Los síntomas de la CAD pueden incluir aliento que huele afrutado, piel seca o enrojecida, náuseas o vómitos, dolor abdominal, dificultades para respirar, confusión e incapacidad para concentrarse. La CAD ocurre cuando el cuerpo no puede usar azúcar para obtener energía, por lo que recurre a la grasa. Como resultado de este proceso, se liberan compuestos llamados cetonas, causando que la sangre se vuelva ácida y, a su vez, tóxica. Si no se trata, la CAD puede ser mortal.

A lo largo del tiempo, los niveles de azúcar en la sangre no controlados en personas con diabetes pueden llevar a una serie de complicaciones que afectan a órganos vitales, desencadenando problemas graves como infartos, derrames cerebrales, ceguera y fallos renales.

Si un médico sospecha de diabetes, utilizará una serie de pruebas de sangre y otras pruebas para hacer un diagnóstico. Para la diabetes tipo 1, en particular, la prueba preferida es un análisis de azúcar en sangre aleatorio. Esta prueba mide el azúcar en la sangre en el momento de la prueba, y no se requiere ayuno. Un nivel de azúcar en sangre de 200 miligramos por decilitro indica diabetes. Pero esta medida y otras pruebas de sangre no distinguen si el individuo tiene diabetes tipo 1 o tipo 2.

Saber el tipo de diabetes es crucial porque determina el régimen de tratamiento. Si se sospecha diabetes tipo 1, los médicos pueden buscar ciertos autoanticuerpos que atacan las células beta del cuerpo.

Hasta el momento, no se ha encontrado una forma de prevenir la diabetes tipo 1, pero los investigadores están trabajando en formas de detener la destrucción de las células que producen insulina en el páncreas en personas que han sido diagnosticadas recientemente. Aquellos que desarrollan fallo renal y reciben un trasplante de riñón, a veces también reciben un trasplante de células islote pancreáticas de un donante de órganos al mismo tiempo. Los trasplantes de islotes pueden liberarlos de la necesidad de usar insulina, potencialmente durante muchos años, pero requieren la toma de medicamentos inmunosupresores de por vida.

Pero la vasta mayoría de las personas con diabetes tipo 1 requieren una terapia de insulina de por vida y necesitarán monitorear sus niveles de azúcar en la sangre con frecuencia. Las personas con diabetes tipo 1 necesitan administrar insulina tanto para cubrir funciones metabólicas básicas (insulina basal) como para regular el azúcar en sangre producido por la ingesta de alimentos (insulina prandial).

Síntomas y Tratamiento

La insulina puede causar niveles bajos de azúcar en sangre, o hipoglucemia, lo que puede causar sentimientos de debilidad, hambre y dolores de cabeza. La hipoglucemia prolongada y severa puede provocar convulsiones, coma y muerte.

Hasta el momento, no hay cura para la diabetes tipo 1, pero la investigación continúa. Para eliminar por completo la diabetes tipo 1, la cura tendría que detener el sistema inmunológico de destruir las células beta del cuerpo y reemplazar con éxito las células beta que ya se han perdido.

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