¿Qué efectos tiene el alcohol en el organismo?
La mayoría de las personas que beben alcohol estarán familiarizadas con los efectos a corto plazo de la intoxicación etílica. El leve estado de euforia y la sensación de relajación son algunas de las principales razones por las que el ser humano lleva miles de años produciendo y bebiendo alcohol, según "Alcohol: Science, Policy and Public Health" (Oxford University Press, 2013).
Del mismo modo, la mayoría de las personas son conscientes de que el consumo excesivo y crónico de alcohol puede afectar gravemente a su salud física y mental. Pero los efectos exactos dependerán de la cantidad de alcohol que se consuma y de la frecuencia con que se beba.
En Estados Unidos, el consumo moderado de alcohol se limita a dos copas al día en el caso de los hombres y a una en el de las mujeres, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (se abre en una nueva pestaña) (CDC). Una bebida equivale a 14 gramos de alcohol puro. Esa cantidad puede encontrarse en una botella de cerveza (5% de contenido alcohólico), un vaso pequeño de vino (12% de contenido alcohólico) o un chupito de licor destilado (40% de contenido alcohólico).
¿Cuánto tiempo permanece el alcohol en el organismo?
Los efectos inmediatos de beber alcohol
Según los CDC (se abre en una nueva pestaña), el consumo excesivo de alcohol se define como el consumo de ocho o más bebidas a la semana en el caso de las mujeres, y de 15 o más bebidas a la semana en el caso de los hombres. Esto es diferente del consumo excesivo de alcohol, que los CDC definen como el consumo de cinco o más bebidas en una ocasión en el caso de los hombres o de cuatro o más bebidas en una ocasión en el caso de las mujeres.
¿Cuáles son los efectos del alcohol a corto plazo?Los efectos a corto plazo del consumo de alcohol suelen incluir sensaciones de euforia leve y un estado de relajación. Este estado es causado por cambios temporales en la señalización cerebral, dijo Sarah Boss (abre en nueva pestaña), psiquiatra en España y directora clínica de The Balance Luxury Rehab, especializada en adicciones.
"El alcohol puede interferir con los neurotransmisores, que son sustancias químicas que ayudan a transmitir mensajes entre las neuronas del cerebro, lo que provoca cambios en el estado de ánimo, el comportamiento y el pensamiento", explicó a Live Science.
Según el American Addiction Centers (se abre en una nueva pestaña), los efectos a corto plazo del consumo moderado de alcohol pueden ir desde enrojecimiento de la piel y problemas de concentración hasta síntomas más graves, como vómitos y desmayos. Otros efectos del consumo de alcohol a corto plazo son la pérdida de coordinación, los cambios de humor, el aumento de la tensión arterial, la visión apagada y la disminución de las inhibiciones.
Después vienen los efectos de la abstinencia del alcohol, conocidos comúnmente como resaca. Los síntomas de la resaca suelen comenzar varias horas después de la última copa y varían de una persona a otra. Pueden incluir dolores de cabeza, agotamiento, náuseas y deshidratación, explica la Dra. Kathryn Basford (se abre en una nueva pestaña), médico del servicio de médicos en línea ZAVA, en Inglaterra.
El alcohol inhibe la producción de vasopresina, una hormona que ordena al organismo retener agua en los riñones", explica Basford a Live Science, "sin la cual el agua va directamente a la vejiga y el cuerpo se deshidrata". El dolor de cabeza es la reacción del cerebro a esta pérdida de líquido, mientras que las náuseas y la falta de energía son la respuesta del cuerpo a los bajos niveles de azúcar en sangre y a la pérdida de los minerales y electrolitos que ayudan al organismo a funcionar correctamente."
Según Basford, cuanto más beba una persona, más probabilidades tendrá de sentir estos efectos y más tiempo tardará en recuperarse.
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Los síntomas de la resaca suelen desaparecer en las 24 horas siguientes a la última bebida y no suelen producir problemas de salud duraderos.
¿Cuáles son los efectos a largo plazo del consumo de alcohol?El consumo prolongado de alcohol puede afectar a muchos aspectos de la salud física y mental. Según el American Addiction Centers (se abre en una nueva pestaña), las principales áreas afectadas son el cerebro, el aparato digestivo, el sistema cardiovascular y el sistema musculoesquelético.
Cerebro
Según Boss, hay muchas pruebas científicas que demuestran que el alcohol influye en el buen funcionamiento del cerebro, concretamente afectando a los niveles de neurotransmisores, mensajeros químicos del cerebro.
"Es posible que notes que el alcohol puede provocar cambios de humor salvajes", explica. "Esto se debe a que el alcohol interactúa con el GABA, un neurotransmisor que ayuda a regular el estado de ánimo y la ansiedad".
Según Boss, el alcohol también actúa como depresor del sistema nervioso central, lo que significa que ralentiza la comunicación entre el cerebro y el cuerpo. Esto puede provocar problemas de coordinación, dificultad para hablar, reflejos lentos y desmayos. El consumo excesivo de alcohol también puede provocar otros problemas, como trastornos del sueño.
El consumo prolongado de alcohol puede incluso provocar cambios en la estructura del cerebro. "Beber en exceso puede matar células cerebrales", afirma Boss. "Este daño puede provocar problemas de memoria, aprendizaje y coordinación, así como un aumento de la ansiedad [trastorno] y la depresión".
Muchos de estos cambios en el cerebro se producen a nivel molecular. Según una revisión de 2021 publicada en la revista Trends in Neurosciences (se abre en una nueva pestaña), el consumo excesivo de alcohol puede alterar la expresión génica de las neuronas, un proceso en el que las células cerebrales se desarrollan y conectan entre sí. Según los investigadores, estas adaptaciones pueden ser un factor clave para desarrollar el trastorno por consumo de alcohol.
Corazón
El consumo prolongado de alcohol también repercute en la salud cardiovascular. Según una revisión de 2016 publicada en el Journal of the American College of Cardiology (se abre en una nueva pestaña), incluso cantidades modestas de alcohol pueden predisponer a la fibrilación auricular, una afección que provoca latidos irregulares del corazón, mareos y dificultad para respirar.
El modo en que la bebida afecta a la salud del corazón puede depender de la cantidad de alcohol consumida, aunque las pruebas no son ni mucho menos concluyentes. Según una revisión de 2021 publicada en la revista Nutrients (se abre en una nueva pestaña), algunos estudios indican que un consumo de alcohol de bajo a moderado puede reducir el riesgo de cardiopatías e ictus. Sin embargo, esto no se entiende bien. Una revisión de 2017 publicada en la revista Alcohol Research (se abre en una nueva pestaña) sugiere que el consumo de alcohol de bajo a moderado puede reducir indirectamente la aterosclerosis -acumulación de placas de grasa en y sobre las paredes arteriales- y la inflamación, así como mitigar los efectos del estrés psicológico en el sistema cardiovascular.
Ciertos compuestos presentes en las bebidas alcohólicas también podrían desempeñar un papel. Por ejemplo, los polifenoles que se encuentran en el vino tinto pueden proteger contra la aterosclerosis, la hipertensión y la insuficiencia cardíaca, según informó una revisión de 2016 publicada en la revista Nutrients (se abre en una nueva pestaña).
Salud digestiva
Beber en exceso puede provocar daños hepáticos y enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol, según una revisión de 2021 publicada en la revista Alcohol Research (se abre en una nueva pestaña).
El alcohol también afecta a otras partes del aparato digestivo. Un estudio publicado en 2014 en la revista World Journal of Gastroenterology (se abre en una nueva pestaña) concluyó que consumir más de cinco bebidas al día puede dañar el páncreas, el esófago, el estómago y el tracto intestinal.
El consumo prolongado de alcohol también puede perjudicar la salud intestinal. Según una revisión de 2021 publicada en el International Journal of Molecular Sciences (se abre en una nueva pestaña), el consumo excesivo de alcohol puede provocar cambios en el microbioma intestinal, al reducir la diversidad de microbios y provocar un crecimiento excesivo de bacterias que favorecen la inflamación, como las proteobacterias. Estas alteraciones pueden provocar inflamación intestinal e intestino permeable, un trastorno en el que las paredes intestinales se vuelven porosas, lo que permite la entrada de toxinas y agentes patógenos nocivos en el torrente sanguíneo.
Caitlin Hall, dietista jefe y responsable de investigación clínica de myota (se abre en una nueva pestaña), afirma que estos cambios pueden ser perjudiciales para nuestra salud general: "Una de las funciones más importantes del microbioma intestinal es fermentar las fibras alimentarias y producir moléculas antiinflamatorias llamadas ácidos grasos de cadena corta [AGCC]", explica a Live Science. "Los AGCC son esenciales para nuestra salud inmunitaria, nuestro bienestar mental y para revertir y prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y el cáncer. Reducir el consumo de alcohol ayuda a garantizar que el microbioma pueda producir suficiente cantidad de estas moléculas vitales."