Lo que debe saber sobre las crisis epilépticas

Los síntomas de una crisis pueden variar según el tipo, pero pueden incluir pérdida de conciencia, rigidez de las extremidades o movimientos espasmódicos de las extremidades. Los médicos clasifican las crisis en función de si se inician en uno o ambos lados del cerebro.

Las crisis epilépticas son cambios en la actividad eléctrica del cerebro. Estos cambios pueden causar síntomas dramáticos y perceptibles o no causar ningún síntoma.

Los síntomas de una crisis convulsiva grave incluyen sacudidas violentas y pérdida de control. Dado que algunas convulsiones pueden provocar lesiones o ser signo de un trastorno médico subyacente, es importante buscar tratamiento si las sufres.

¿Cuáles son los tipos de crisis?

Los tres tipos principales son las crisis de inicio focal, las crisis de inicio generalizado y las crisis de inicio desconocido.

Crisis de inicio

focal

Las crisis de inicio focal se producen en una sola zona del cerebro. También se conocen como crisis parciales.

Las crisis de inicio focal pueden comenzar en zonas pequeñas del cerebro, como un solo lóbulo, pero pueden afectar a zonas extensas.

Los profesionales médicos suelen dividir las crisis de aparición focal en dos tipos: crisis de conciencia focal y crisis de conciencia focal alterada.

Convulsión de conciencia

focal

Durante una convulsión de conciencia focal, permanecerá plenamente consciente y sabrá que algo está ocurriendo, aunque no lo reconozca como una convulsión.

Los síntomas de una crisis focal consciente dependerán de la parte del cerebro en la que se inicie la crisis.

Las crisis de conciencia focal pueden ser eventos singulares, pero también pueden convertirse en otros tipos de crisis. Por esta razón, la gente suele referirse a ellas como avisos o auras.

Crisis de alteración focal de la

conciencia

Este tipo de crisis afecta a la conciencia. Durante una crisis de alteración focal de la conciencia, es posible que no pueda moverse, hablar u oír como lo hacía antes. También es posible que no recuerde lo ocurrido.

Las crisis de alteración focal de la conciencia pueden durar hasta 2 minutos. Este tipo de crisis suele afectar a una parte mayor del cerebro que las crisis de alteración focal de la conciencia.

Crisis

de inicio generalizado

Estas crisis se inician en ambos lados del cerebro simultáneamente. Entre los tipos más comunes de crisis de inicio generalizado se encuentran:

  • Tónico. Las convulsiones tónicas provocan rigidez muscular.
  • Clónicas. Las convulsiones de las crisis clónicas pueden provocar movimientos anormales y espasmódicos de las extremidades. Es probable que pierda el conocimiento durante estas convulsiones que pueden durar unos minutos.
  • Tónico-clónico. Las crisis tónico-clónicas incluyen una combinación de síntomas tónicos y clónicos.
  • Mioclónicas. Durante una crisis mioclónica puede experimentar espasmos musculares repentinos. Suelen ser demasiado breves para afectar a la consciencia y desaparecen rápidamente. Las crisis mioclónicas pueden ser de inicio generalizado o focal.
  • Ausencia. También se conocen como crisis de pequeño mal. Las crisis de ausencia duran sólo unos segundos. Pueden hacer que parpadees repetidamente o que mires fijamente al vacío. Otras personas pueden pensar erróneamente que estás soñando despierto.
  • Atónico. Durante las crisis atónicas, los músculos se vuelven flácidos de repente. La cabeza puede cabecear o todo el cuerpo puede caer al suelo. Las crisis atónicas son breves, duran unos 15 segundos. La gente puede referirse a estas convulsiones como ataques de caída.

Convulsiones de inicio

desconocido

A veces nadie presencia el inicio de una convulsión. Por ejemplo, alguien puede despertarse en mitad de la noche y observar que su pareja está teniendo un ataque.

Esto significa a menudo que no hay pruebas suficientes para que los profesionales médicos diagnostiquen la causa fundamental de una crisis. En estos casos, definirán la crisis como una crisis de inicio desconocido.

¿Cuáles son los síntomas de una crisis epiléptica?

Puede experimentar convulsiones focales y generalizadas simultáneamente, o una puede ocurrir antes que la otra. Los síntomas pueden durar desde unos segundos hasta varios minutos por episodio.

A veces, los síntomas aparecen antes de que se produzca el ataque. Estos pueden incluir:

  • una sensación repentina de miedo o ansiedad
  • sensación de malestar estomacal
  • mareos
  • cambios en la visión
  • movimientos espasmódicos de brazos y piernas que pueden hacer que se le caigan las cosas
  • sensación de estar fuera del cuerpo
  • dolor de cabeza
  • deja vu

Los signos que indican que se está produciendo una crisis epiléptica son:

  • perder el conocimiento, seguido de confusión
  • espasmos musculares incontrolables
  • babear o echar espuma por la boca
  • caerse
  • tener un sabor extraño en la boca
  • apretar los dientes
  • morderse la lengua
  • movimientos oculares rápidos y repentinos
  • hacer ruidos extraños, como gruñidos
  • perder el control de la vejiga o del intestino
  • cambios repentinos de humor

Aquí encontrará más información sobre lo que se siente durante una crisis epiléptica.

¿Cuáles son las causas de las crisis epilépticas?

Las crisis epilépticas pueden deberse a varios problemas de salud. Cualquier cosa que afecte al cuerpo también puede alterar el cerebro y provocar un ataque. Algunos ejemplos son:

  • abstinencia de alcohol
  • una infección cerebral, como la meningitis
  • una lesión cerebral durante el parto
  • un defecto cerebral presente al nacer
  • asfixia
  • consumo de sustancias
  • abstinencia de sustancias
  • desequilibrio electrolítico
  • descarga eléctrica
  • epilepsia
  • tensión arterial extremadamente alta
  • fiebre
  • traumatismo craneal
  • insuficiencia renal o hepática
  • niveles bajos de glucosa en sangre
  • derrame cerebral
  • un tumor cerebral
  • una anomalía vascular en el cerebro

Las crisis epilépticas pueden ser hereditarias. Informe a su médico si usted o alguien de su familia tiene antecedentes de convulsiones. En algunos casos, sobre todo en niños pequeños, la causa de la crisis puede ser desconocida.

¿Cuáles son los efectos de las crisis epilépticas?

Vivir con epilepsia y sufrir crisis repetidas puede tener efectos a corto y largo plazo. Pueden ir desde una disminución de la calidad de vida hasta un aumento del riesgo de padecer trastornos mentales.

Efectos a corto

plazo

Algunas convulsiones pueden hacerle perder el control total de su cuerpo. Esto puede provocar caídas y otros movimientos que pueden provocar lesiones.

Las personas con epilepsia suelen tener más problemas físicos, como hematomas y fracturas, que las que no padecen esta enfermedad.

Ser propenso a sufrir convulsiones también puede afectar a su calidad de vida. Por ejemplo, es posible que ya no pueda conducir. Es posible que desee evitar situaciones en las que una convulsión podría causarle daños graves, como nadar o viajar solo.

Es importante llevar una pulsera de identificación médica que indique a los servicios de emergencia que padeces epilepsia.

Efectos a largo

plazo

Si no recibe tratamiento para las convulsiones, sus síntomas pueden empeorar y durar progresivamente más tiempo. Las convulsiones prolongadas pueden conducir al coma o a la muerte.

Aunque la muerte como consecuencia directa de las crisis es poco frecuente, el riesgo de muerte prematura en personas con epilepsia es hasta tres veces mayor que en la población general.

Vivir con epilepsia y convulsiones también puede repercutir en la salud mental. Las personas con epilepsia tienen una mayor tasa de trastorno bipolar y depresión que las que no padecen esta enfermedad.

Obtenga más información sobre las perspectivas a largo plazo de las personas con epilepsia aquí.

¿Cómo se diagnostican las crisis?

Los médicos pueden tener dificultades para diagnosticar los tipos de crisis. Su médico puede recomendarle pruebas específicas para diagnosticar con precisión una crisis y asegurarse de que los tratamientos que le recomiende sean eficaces.

Su médico tendrá en cuenta su historial médico completo y los acontecimientos previos a la crisis. Por ejemplo, las migrañas, las cefaleas, los trastornos del sueño y el estrés psicológico extremo pueden provocar síntomas similares a los de las crisis epilépticas.

Las pruebas de laboratorio pueden ayudar a su médico a descartar otras afecciones que pueden causar una actividad similar a las convulsiones. Las pruebas pueden incluir:

  • análisis de sangre para detectar desequilibrios electrolíticos
  • una punción lumbar para descartar una infección
  • un análisis toxicológico para detectar drogas, venenos o toxinas

Un electroencefalograma (EEG) puede ayudar a su médico a diagnosticar una crisis epiléptica. Esta prueba mide las ondas cerebrales. La observación de las ondas cerebrales durante una crisis puede ayudar al médico a diagnosticar el tipo de crisis.

Las exploraciones por imagen, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, también pueden ayudar a obtener una imagen clara del cerebro. Estas exploraciones permiten al médico ver anomalías como la obstrucción del flujo sanguíneo o un tumor.

¿Cómo se tratan las crisis epilépticas?

El tratamiento de las crisis epilépticas depende de la causa. Si se trata la causa de las crisis, se puede evitar que se produzcan en el futuro. El tratamiento de las convulsiones debidas a la epilepsia incluye:

Medicamentos

Los fármacos antiepilépticos suelen ser la primera opción de tratamiento para las personas que sufren crisis múltiples. Se dirigen a las actividades de señalización de células cerebrales específicas y pueden controlar eficazmente las crisis en aproximadamente el 70% de los casos.

Existen múltiples tipos de fármacos antiepilépticos. Es posible que usted y su médico tengan que trabajar para averiguar cuál es el mejor medicamento para tratar su enfermedad.

Cirugía

cerebral

Los médicos pueden recomendar opciones quirúrgicas para tratar la epilepsia y las convulsiones si los medicamentos no funcionan.

Los procedimientos quirúrgicos para tratar la epilepsia incluyen:

  • cirugía resectiva
  • transección subpial múltiple
  • hemisferectomía
  • callosotomía

La cirugía cerebral para la epilepsia puede mejorar la calidad de vida, pero conlleva un riesgo de complicaciones. Consulte a su médico para saber si la cirugía es la opción adecuada para usted.

Estimulación nerviosa

Además de la cirugía cerebral, los cirujanos pueden insertar dispositivos de estimulación nerviosa en el cuerpo para tratar la epilepsia.

La estimulación del nervio vago consiste en colocar electrodos alrededor del nervio vago en el cuello y un generador para estos electrodos en la parte superior del pecho. Estos dispositivos estimulan el nervio con señales eléctricas, lo que puede ayudar a controlar las convulsiones.

Los sistemas de neuroestimulación con respuesta también estimulan el cerebro para controlar las crisis. Los médicos pueden programar estos dispositivos para que evalúen y respondan a la actividad nerviosa asociada a las crisis, a menudo deteniéndolas.

Estas opciones quirúrgicas menos invasivas pueden ayudar a reducir con seguridad la frecuencia y gravedad de las crisis.

Los médicos también pueden sugerir una terapia de estimulación cerebral profunda. En este caso, un cirujano coloca electrodos en el tálamo.

El tálamo es una parte del cerebro que procesa señales de casi todos los sistemas sensoriales. Regula la conciencia, el estado de alerta y los ciclos del sueño.

Las señales eléctricas de estos electrodos ayudan a regular la excitabilidad de determinadas partes del cerebro. Esto puede ayudar a reducir la frecuencia de las convulsiones.

Cambios en la dieta

Los cambios en la dieta pueden ayudar a las personas a controlar la epilepsia y reducir la frecuencia de las crisis a largo plazo.

Si los fármacos antiepilépticos no funcionan, seguir una dieta cetogénica puede ser una alternativa a la cirugía para algunas personas con epilepsia.

Múltiples estudios han relacionado la dieta con resultados positivos en el tratamiento de los síntomas. Sin embargo, se desconocen las razones exactas por las que ayuda a las personas con epilepsia.

Sin embargo, la dieta cetogénica y sus variantes pueden resultar restrictivas. Seguir la dieta a largo plazo puede suponer un reto para algunos.

Asegúrese de consultar a su médico antes de empezar una nueva dieta, especialmente como modo de tratamiento.

¿Cómo ayudar a una persona que está sufriendo un ataque?

Despeja la zona alrededor de la persona que está teniendo un ataque para evitar posibles lesiones. Si es posible, colócala de lado y amortigua su cabeza.

Permanezca con la persona. Llame al 911 o a los servicios de emergencia locales lo antes posible si se da alguna de estas circunstancias:

  • La crisis dura más de 5 minutos.
  • La persona no se despierta después de la crisis.
  • La persona sufre convulsiones repetidas.
  • La crisis se produce en una mujer embarazada.
  • La convulsión se produce en una persona que nunca antes ha tenido una convulsión.

Es importante mantener la calma. Aunque no hay forma de detener una convulsión una vez que ha comenzado, puede proporcionar ayuda. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC ) recomiendan lo siguiente:

  • Quédate con la persona que está sufriendo el ataque hasta que termine o hasta que vuelva a estar completamente despierta.
  • Comprueba si la persona lleva un brazalete médico.
  • Si lleva gafas o algo alrededor del cuello, quítaselos si es posible.
  • Si la persona que está sufriendo la crisis está de pie, puedes evitar que se caiga o se haga daño abrazándola o guiándola suavemente hasta el suelo.
  • Si la persona que sufre la crisis está en el suelo, intenta colocarla de lado para que la saliva o el vómito salgan por la boca en lugar de bajar por la tráquea.
  • Si es posible, colócale algo blando debajo de la cabeza.
  • No intentes sujetar a la persona mientras tenga una convulsión.
  • No le metas nada en la boca.

Después de la crisis

Una vez finalizada la crisis, debes:

  • compruebe si la persona presenta lesiones
  • poner a la persona de lado, si aún no lo está
  • límpiale la boca de vómitos o saliva
  • quédate con ella hasta que esté completamente despierta y alerta
  • proporciónale una zona segura para descansar
  • no le ofrezcas nada de comer o beber hasta que esté plenamente consciente.

Consejos para vivir con epilepsia

Vivir con epilepsia puede ser todo un reto. Pero si se cuenta con el apoyo adecuado, es posible llevar una vida plena y sana.

Tome los medicamentos prescritos

Es importante que siga tomando los antiepilépticos si su médico se los receta.

Es importante que consultes periódicamente a tu médico y le digas si estás experimentando algún efecto secundario de tus medicamentos. Si consigues controlar las crisis durante largos periodos de tiempo, es posible que tu médico te recomiende una reducción gradual de la dosis.

Evite los desencadenantes

Algunas personas pueden identificar desencadenantes específicos de sus crisis. Estos pueden ser:

  • estrés
  • consumo de alcohol
  • falta de sueño

Evitar estos desencadenantes puede ayudarle a controlar su enfermedad.

Eduque a sus amigos y familiares

Enseñe a sus amigos y familiares más sobre la epilepsia y cómo cuidarle mientras se produce un ataque.

Esto incluye tomar medidas para reducir el riesgo de lesiones, como amortiguar la cabeza, aflojarse la ropa ajustada y ponerse de lado si se producen vómitos.

Encuentre formas de mantener su estilo de vida actual

Continúe con sus actividades habituales si es posible, y encuentre formas de trabajar en torno a su epilepsia para poder mantener su estilo de vida.

Por ejemplo, si ya no puedes conducir porque tienes convulsiones, puedes decidir mudarte a una zona donde se pueda ir andando o que tenga un buen transporte público, o utilizar servicios de transporte compartido para poder seguir desplazándote.

Realizar modificaciones de seguridad en su lugar de residencia puede reducir el riesgo de lesiones. Por ejemplo, cubriendo las esquinas de los objetos bajos, no cerrando con llave la puerta del cuarto de baño al utilizarlo y utilizando protectores en radiadores y calefactores.

Otros consejos

  • Busca un buen médico que te haga sentir cómodo.
  • Prueba técnicas de relajación como yoga, meditación, tai chi o respiración profunda.
  • Busca un grupo de apoyo para la epilepsia. Puedes encontrar uno local buscando en Internet o pidiendo recomendaciones a tu médico.

Consejos para cuidar a alguien que tiene ep

ilepsia

Si vives con alguien que tiene epilepsia, hay algunas cosas que puedes hacer para ayudarle:

  • Esfuérzate por conocer su enfermedad.
  • Haz una lista de sus medicamentos, citas médicas y demás información médica importante.
  • Habla con la persona sobre su enfermedad y el papel que le gustaría que desempeñaras para ayudarla.

Si necesitas ayuda, ponte en contacto con su médico o con un grupo de apoyo para epilépticos. La Fundación para la Epilepsia es otro recurso útil. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la fundación es un grupo de defensa y puede mantener prejuicios sobre temas específicos.

¿Cómo se pueden prevenir las crisis epilépticas?

En muchos casos, las crisis epilépticas no se pueden prevenir. Pero mantener un estilo de vida saludable puede darle la mejor oportunidad de reducir el riesgo. Puede hacer lo siguiente:

  • Duerma lo suficiente.
  • Siga una dieta equilibrada y beba mucho líquido.
  • Haga ejercicio con regularidad.
  • Practique técnicas para reducir el estrés.
  • No consuma sustancias ilegales.

Si tomas medicación para la epilepsia u otras afecciones médicas, tómala según las recomendaciones de tu médico.

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