La sarcopenia forma parte del proceso de envejecimiento: esto es lo que es
La sarcopenia es la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular. Este síndrome suele asociarse a los adultos mayores, ya que suele desarrollarse debido al proceso natural de envejecimiento.
Se calcula que la prevalencia de la sarcopenia oscila entre el 5 y el 13% en personas de 60 años o más y entre el 11 y el 50% en personas de 80 años o más.
La sarcopenia puede afectar negativamente a su actividad diaria y a su calidad de vida. La sarcopenia suele provocar dificultades para caminar, subir escaleras y transportar objetos pesados. También puede aumentar el riesgo de caídas y fracturas.
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Hay una serie de pruebas disponibles para el diagnóstico de la sarcopenia. Las pruebas evalúan la fuerza muscular, la calidad muscular y el rendimiento físico.
Aunque no se ha aprobado ningún medicamento para el tratamiento de la sarcopenia, varios cambios en el estilo de vida pueden controlar la afección y ayudarle a recuperar la masa muscular y la fuerza.
Síntomas de la sarcopenia
Los principales síntomas de la sarcopenia son baja función muscular, baja fuerza muscular y baja masa muscular. La pérdida de masa muscular va acompañada de la acumulación de grasa en los músculos, lo que contribuye a la disminución de la fuerza muscular.
Otros síntomas de la sarcopenia son
- Deterioro de la función motora
- Dificultad para caminar
- Velocidad de marcha lenta
- Dificultad para transportar y levantar objetos pesados
- Dificultad para subir escaleras
- Aumento de las caídas
- Debilidad física
¿Cuáles son las causas de la sarcopenia?
La sarcopenia suele producirse debido al proceso natural de envejecimiento. La pérdida progresiva de masa muscular y fuerza comienza entre los 30 y los 50 años y alcanza su punto máximo a partir de los 60 años. Alrededor del 10% de las personas mayores de 60 años de todo el mundo padecen sarcopenia.
Diversos mecanismos pueden provocar la aparición de sarcopenia con el envejecimiento, como:
- Resistencia a la insulina: El envejecimiento suele provocar cambios en la composición corporal, lo que conlleva una mayor acumulación de grasa corporal y una disminución de la masa muscular. Estos cambios pueden provocar resistencia a la insulina y otras disfunciones metabólicas.
- Disminución de los niveles hormonales: El envejecimiento puede provocar una reducción de los niveles de hormonas anabólicas como el factor de crecimiento 1 similar a la insulina, la hormona del crecimiento humano y la testosterona. Estas hormonas desempeñan un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de los tejidos musculares, por lo que su disminución puede causar sarcopenia.
- Marcadores inflamatorios: El aumento de marcadores inflamatorios como la interleucina (IL)-6, el factor de necrosis tumoral alfa, la proteína C reactiva y la IL-1 que se produce con el envejecimiento puede provocar sarcopenia debido a su efecto sobre los músculos esqueléticos.
- Neurodegeneración: El envejecimiento provoca una disminución de las fibras nerviosas periféricas, de las neuronas motoras de la médula espinal y del número de uniones neuromusculares. Estos cambios en el sistema neurológico pueden causar sarcopenia.
La inactividad física y el consumo insuficiente de proteínas son dos de los principales factores que contribuyen a que un adulto mayor padezca sarcopenia. La obesidad puede ser otro factor contribuyente.
También es posible que las personas más jóvenes desarrollen sarcopenia. Las personas más jóvenes con enfermedades inflamatorias, desnutrición y caquexia (pérdida extrema de peso y atrofia muscular) pueden ser más propensas a sufrir sarcopenia. Otras afecciones asociadas al desarrollo de sarcopenia son:
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Enfermedad renal crónica
- Insuficiencia cardiaca
- Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
- Diabetes mellitus
- Cáncer
¿Cómo se diagnostica la sarcopenia?
No existe una prueba única que pueda diagnosticar la sarcopenia. El diagnóstico implica herramientas de cribado que ayuden a identificar signos probables de sarcopenia y que evalúen la fuerza, la calidad y el rendimiento físico de los músculos.
Herramientas de cribadoEl cuestionario de fuerza, ayuda para caminar, levantarse de una silla, subir escaleras y caídas (SARC-F) es una herramienta de cribado que puede ayudar a los profesionales sanitarios a identificar rápidamente a las personas que podrían padecer sarcopenia. Se le formularán cinco preguntas sobre cualquier reto o acontecimiento (como caídas) debido a la debilidad muscular. En función de sus respuestas, se le dará una puntuación de cero a dos para cada parámetro. La puntuación máxima es 10. Una puntuación de cuatro o más puede ser indicativa de sarcopenia y requiere pruebas adicionales.
Pruebas de fuerza muscularHay un par de pruebas que pueden ayudar a evaluar la fuerza muscular. Una de ellas es la prueba de la empuñadura. Esto puede ayudar a determinar la fuerza general en otros músculos y puede ayudar a indicar cualquier disminución de la fuerza. Otra es la prueba de bipedestación. Ayuda a determinar la fuerza muscular de las piernas, especialmente de los cuádriceps. La prueba mide el número de veces que puede levantarse y sentarse de la silla sin utilizar los brazos en 30 segundos.
Pruebas de calidad muscularEntre las pruebas que pueden ayudar a determinar la calidad -y a veces la cantidad- de los músculos se incluyen:
- Resonancia magnética (RM): la RM utiliza campos magnéticos y ondas de radio para proporcionar imágenes detalladas de los tejidos y órganos del interior del cuerpo. Ayuda a obtener información precisa sobre la masa muscular total del cuerpo.
- Tomografía computarizada (TC): la TC utiliza una serie de radiografías para obtener imágenes de los huesos y los tejidos blandos. Ayuda a estimar la masa muscular magra total.
- Absorciometría de rayos X de doble energía (DXA): la DXA utiliza tecnología de rayos X para medir la densidad mineral ósea. También puede estimar la masa muscular y la masa ósea.
- Análisis de bioimpedancia (BIA): el BIA utiliza una corriente eléctrica débil para proporcionar información sobre la composición corporal, especialmente la masa muscular y la grasa corporal.
Las pruebas de rendimiento físico ayudan a identificar la gravedad de la sarcopenia. Estas pruebas incluyen:
- Prueba de velocidad de la marcha: La prueba de velocidad de la marcha mide el tiempo que se tarda en caminar 4 metros al ritmo habitual. Si la velocidad de la marcha es inferior a 0,8 metros por segundo, puede ser indicativo de sarcopenia grave.
- Prueba cronometrada de levantarse y andar (TUG): La prueba TUG mide el tiempo que tarda en levantarse de una silla, alejarse 3 metros de ella y volver a la silla. Un tiempo superior a 20 segundos indica un rendimiento físico deficiente.
- Batería breve de rendimiento físico (SPPB): La prueba SPPB comprende pruebas de equilibrio en bipedestación, bipedestación en silla y velocidad de la marcha. La puntuación mínima de la prueba es cero y la máxima doce. Una puntuación inferior a 8 indica sarcopenia grave.
- La prueba de los 400 metros marcha: La prueba de los 400 metros a pie consiste en dar vueltas rápidas de 20 metros con dos minutos de descanso entre cada vuelta. Necesitar más de seis minutos para completar 400 metros indica sarcopenia grave.
Tratamientos de la sarcopenia
No existen medicamentos aprobados para el tratamiento de la sarcopenia. El tratamiento de la sarcopenia consiste más bien en cambios en el estilo de vida.
Actividad físicaHacer ejercicio con regularidad puede ser beneficioso para la fuerza y la masa muscular de las personas mayores. Realizar entrenamiento de fuerza, incluido el levantamiento de pesas y el entrenamiento de resistencia, dos o tres veces por semana puede mejorar significativamente la fuerza y la función musculares. Antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios, debe consultar con su médico para determinar la frecuencia y la intensidad del ejercicio más adecuado para usted.
Patrones dietéticosLos profesionales de la salud recomiendan una ingesta de 20-35 gramos de proteínas por comida para favorecer la síntesis de proteínas musculares e invertir la pérdida de masa y fuerza muscular relacionada con la edad.
También se le puede recomendar que tome uno o más suplementos para controlar la sarcopenia. Esto se debe a que un estado nutricional deficiente también puede causar pérdida de músculo. Los suplementos que podrían ayudar con la sarcopenia incluyen:
- Vitamina D
- Vitamina B
- Vitamina C
- Selenio
- Calcio
- Magnesio
Cómo prevenir la sarcopenia
La prevención de la sarcopenia puede no ser completamente posible, ya que se desarrolla como parte del proceso natural de envejecimiento. Sin embargo, algunas tácticas pueden ralentizar la progresión de la afección, como:
- Seguir una dieta equilibrada con proteínas de alta calidad.
- Consumir entre 1,6 y 1,8 gramos de proteínas por kilogramo de peso corporal al día
- Realizar ejercicios de resistencia al menos dos veces por semana
- Reducir el tiempo de sedentarismo
Afecciones relacionadas
Las personas con sarcopenia corren un mayor riesgo de padecer otras enfermedades. Algunas de ellas son:
- Enfermedades cardiovasculares (ECV): La sarcopenia puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en los adultos mayores. Las ECV y la sarcopenia se influyen mutuamente a través de mecanismos comunes como la inactividad física, la desnutrición y los cambios hormonales.
- Diabetes de tipo 2: La sarcopenia puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 debido a la eliminación anormal de glucosa como consecuencia de la baja masa muscular.
- Osteoporosis: La sarcopenia puede provocar una pérdida ósea significativa y conducir a la osteoporosis. Un estudio realizado en 2022 en mujeres que habían pasado por la menopausia reveló que el riesgo de osteoporosis era 12,9 veces mayor entre las que padecían sarcopenia que entre las que no la sufrían.
- Deterioro cognitivo: Las investigaciones han descubierto que la sarcopenia puede causar deterioro cognitivo debido a anomalías en la producción y secreción de unas moléculas llamadas mioquinas, que regulan la función cerebral.
- Depresión: La sarcopenia disminuye la calidad de vida en general, lo que puede provocar depresión.
Vivir con sarcopenia
La sarcopenia puede afectar considerablemente a la calidad de vida y dificultar la realización de las actividades cotidianas. También puede aumentar el riesgo de caídas, fracturas y hospitalizaciones.
El grado de repercusión de la sarcopenia depende de factores como la edad, otras afecciones que pueda padecer y si sufre caídas o fracturas. La sarcopenia se asocia a mayores tasas de complicaciones y muerte tras una intervención quirúrgica, así como a la muerte si padece enfermedades como insuficiencia renal terminal, cáncer de páncreas e insuficiencia cardiaca crónica.
Reconocer los primeros síntomas puede ayudar a controlar la enfermedad y ralentizar su progresión. El entrenamiento de fuerza y una dieta adecuada pueden contribuir a la síntesis de proteínas musculares, mejorar la fuerza muscular y el rendimiento físico general.
También debe someterse a revisiones médicas periódicas e informar a su médico de cualquier cambio que considere que se ha producido en su peso, composición corporal, funcionamiento o salud.
Preguntas
frecuentes- ¿Ayuda la vitamina D en la sarcopenia?
Las investigaciones demuestran que la suplementación con vitamina D puede mejorar la masa muscular. Eso parece sugerir que la vitamina D podría tener un impacto positivo en la sarcopenia, pero se necesita más información sobre qué dosis sería beneficiosa.
- ¿Se puede revertir la sarcopenia?
En la mayoría de los casos, la sarcopenia se desarrolla debido al proceso natural de envejecimiento. Por lo tanto, no es posible revertirla por completo. Sin embargo, los cambios en el estilo de vida pueden ralentizar su progresión y controlar los síntomas.
- ¿Es la sarcopenia una enfermedad autoinmune?
La sarcopenia no es una enfermedad autoinmune. Es una afección relacionada con la edad y asociada a la pérdida de masa y fuerza muscular.