La culturista de 77 años que inspira al mundo entero
La prueba viviente de que la edad no es una excusa se llama Ernestine Sepherd, la culturista de 77 años que inspira al mundo entero.
Ernestine Shepherd no es una mujer cualquiera. A sus 77 años, la culturista más anciana que sigue compitiendo, es la prueba viviente de que la edad es sólo una excusa, y que si quieres eres capaz, puedes conseguir todo lo que te propongas, por muy loco que pueda parecer a priori. Porque a su edad, estar rodeada de pesas, embadurnando tu cuerpo en aceite y mostrando unos músculos que ya quisieran la mayoría de jóvenes, Ernestine Shepherd desafía todas las leyes de la lógica con su increíble tren de vida.
No hay trampa ni cartón, ni trucos que sirvan como atajo para llegar a la edad de oro como esta señora tan maravillosa. Sólo el más estricto y salvaje de los entrenamientos.
Porque los días de esta heroína empiezan a las... ¡2,30 de la mañana! Lo que viene siendo madrugar tanto que casi ni puede considerarse madrugar, sino lo que sea que venga antes, para desayunar e iniciar el día corriendo 15 kilómetros por el parque. Casi nada. Y de ahí al gimnasio para entrenar con pesas durante 1 hora y 45 minutos. La máxima expresión de empezar el día con fuerza, ya que después de su entrenamiento personal, viene su maravilloso oficio, como monitora de fitness con numerosas alumnas -una de ellas tiene 89 años- a las que sirve de guía e inspiración para lograr sus objetivos. Porque la edad no importa, suponemos que ya te va quedando claro, y tal y como dice Ernestine: “La edad no es nada más que un número y tú puedes mantenerte en forma”
Puede parecer que luciendo semejante físico, nuestra culturista preferida ha estado entrenando toda la vida, pero nada más lejos de la realidad, ya que Ernestine empezó en el gimnasio a los 56 años. ¿Quién le iba a decir que 21 años despúes estaría mejor que cuando tenía 20 añitos, verdad? Pues se puede. Claro que sí. Ernestine nos encanta, porque esta culturista de 77 años que inspira al mundo entero es un ejemplo de que si quieres, puedes. Como para volver a decir "ya estoy viejo para esto..."
