La cena perfecta

LIGERA Y SALUDABLE

Dice el refrán que hay que desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo. La sabiduría popular, aunque tenga lagunas, no suele ir muy desencaminada, al menos en cuanto a la cena se refiere.

La cena perfecta aportará lo que el cuerpo necesita para pasar la noche, pero como es un periodo en el que no necesitaremos mucha energía ni quemaremos muchas calorías, es preferible que sea ligera y fácilmente digerible (así no afectará al sueño).

Lo ideal es tomar cremas, sopas o comidas a la plancha para no ingerir grasas que después no podremos quemar. Tampoco está mal acompañarlos de una infusión, que es relajante (aunque ojo si también es diurética).

Ante todo, deja de lado la comida rápida o precocinada. Puede que hayas tenido un día duro y que llegues a casa tan cansado que lo último que te apetezca en el mundo sea cocinar, pero no lo pagues con tu salud, que bastante ha tenido ya.

Para que el descanso sea completo, cena al menos dos horas antes de irte a la cama. Así habrás hecho la digestión y tu cuerpo estará preparado para un reparador descanso tras la cena perfecta. 

 

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