How to Be Your Own Advocate

How to Be Your Own Advocate

Como alguien que ha vivido con una alergia severa a los frutos secos durante la mayor parte de mi vida, entiendo lo importante que es sentirse confiado, preparado y seguro. Enfrentarse a una alergia puede ser duro, sobre todo cuando te enfrentas a situaciones nuevas, como salir con amigos, comer fuera de casa o simplemente elegir un tentempié. Aprender a defenderte es una de las mejores cosas que puedes hacer para sentirte más dueño de tu vida.

Esto es lo que he aprendido sobre la autodefensa de las alergias, desde sentirme ansiosa de niña hasta tener mucha más confianza en mí misma de adulta. Estos consejos no pretenden complicar demasiado las cosas, sino ayudarte a que te sientas preparado y capacitado.

Haz que hablar de tu alergia sea

algo normal Sé que puede resultar incómodo sacar el tema de la alergia, sobre todo si te preocupa "montar un escándalo", pero una de las mejores cosas que he aprendido es que hablar de ello de forma informal facilita las cosas con el tiempo. Es una parte importante de tu personalidad, así que no la evites.

Empieza practicando frases sencillas como: "Soy alérgico a los frutos secos, así que no puedo comer nada que contenga frutos secos". Una vez que te sientas cómodo diciéndolo en voz alta, te resultará mucho más fácil sacar el tema con amigos, profesores o en situaciones nuevas sin darle demasiada importancia. Recuerda: no estás siendo un "extra", estás cuidando de ti mismo.

Practica situaciones de la vida real Practicar situaciones de la vida real me ayudó muchísimo. Por ejemplo, mis padres me regalaron un autoinyector de epinefrina para que aprendiera a utilizarlo si alguna vez lo necesitaba. Esto es muy importante porque te permite mostrar a la gente de primera mano cómo utilizarlo y les ayuda a entender la presión necesaria. Me siento más a gusto dando a la gente el bolígrafo de prueba que el real, y me da confianza para explicar cómo funciona haciendo una demostración.

Una de las cosas más valiosas que he aprendido es que está bien, e incluso es esencial, hacer preguntas. A veces me sentía avergonzado o molesto, pero mis padres siempre me recordaban que mi seguridad era la máxima prioridad. Si alguna vez no estás seguro de algo, sigue preguntando hasta que te sientas seguro. Confía en tu instinto cuando hagas preguntas. Si crees que la gente no se toma en serio tu alergia, no comas lo que te sirvan. Tanto si estás en casa de un amigo como en un restaurante, recuerda que siempre está bien preguntar por los ingredientes. Tu salud es lo primero, y es mucho mejor comprobarlo dos veces que correr riesgos.

Sé educado pero firme

Defenderte a ti mismo a veces significa ser un poco firme. A veces me sentía tímida o incluso me disculpaba por mi alergia, pero al final me di cuenta de que tenía que ser clara y directa para mantenerme a salvo. No tienes que disculparte por tu alergia, forma parte de ti.

Si no hablas con firmeza, la gente puede pensar que tu alergia no es grave o que se trata sólo de una intolerancia menor. No te avergüences nunca de decir lo que piensas y sé firme sobre la gravedad de tu alergia alimentaria.

Aprender a leer las etiquetas de los alimentos fue un gran paso para mí. En cuanto empecé a leerlas, mis padres me enseñaron a buscar palabras clave como "contiene" o "puede contener". Con el tiempo, me acostumbré a leer las etiquetas yo sola, lo que me hizo sentir mucho más independiente.

Puedes empezar leyendo las etiquetas con alguien que te ayude. Busca palabras clave como "cacahuete" o "almendra" y fíjate en dónde suele aparecer la información sobre alérgenos. Cuando te sientas seguro, puedes empezar a comprobar las etiquetas por tu cuenta, una habilidad que utilizarás siempre.

Las situaciones sociales pueden ser a veces la parte más difícil de tener una alergia, sobre todo cuando te ofrecen alimentos de los que no estás seguro. A mí me resultaba especialmente difícil cuando mis amigos querían ir a un restaurante de curry en el que no podía comer. Siempre me resultaba un poco incómodo, pero tenía que decirlo. Mis amigos siempre fueron comprensivos y a menudo cambiaban el restaurante por otro en el que me sintiera segura.

Si vas a un evento, es inteligente que lleves tus propios tentempiés, por si acaso. Practica a decir: "No, gracias, soy alérgico a los frutos secos" si alguien te ofrece comida de la que no estás seguro. Recuerda que los verdaderos amigos te entenderán y te apoyarán. Respetarán tus decisiones para mantenerte a salvo.

Tener una alergia puede hacerte sentir diferente o incluso excluido, sobre todo cuando la gente no lo entiende. Pero, con el tiempo, he aprendido a sentirme orgullosa de mí misma por controlar mi salud. Cada vez que hablaba o rechazaba algo inseguro, era una pequeña victoria que aumentaba mi confianza.

Siéntete orgulloso de tu defensa de las alergias. Cada paso que das para mantenerte a salvo demuestra verdadera fortaleza y responsabilidad. Vivir con una alergia requiere valor, y tú ya lo estás haciendo muy bien al aprender a manejarla.

Reflexiones

finales Aprender a defenderte con una alergia a los frutos secos es un viaje. Cada paso que das aumenta tu confianza e independencia, y te ayuda a sentir que controlas mejor tu salud. Sigue practicando y recuerda que debes confiar en ti mismo. Sigue siempre tu instinto si no estás seguro o si alguien no parece tomarse tu alergia suficientemente en serio.

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