¿Tú también confundes el hambre y la sed?
Estás sentado viendo la tele y de repente te entra el gusanillo. Te levantas, vas a la cocina y te pones hasta arriba de galletas y chocolate. Por mucho que te arrepientas, ya no podrás volver atrás. Y eso que lo más seguro es que no tuvieras hambre, sólo sed. Pero es lo que pasa por no saber distinguirlos.
Te puede parecer una chorrada, pero a todos nos ha pasado alguna vez (incluso cada día). A ti también. Muchas veces creemos que necesitamos tomarnos un tentempié cuando lo que nuestro cuerpo nos pide es un vaso de agua. ¿Por qué nos pasa esto?
La razón es que la sensación de tener sed nos llega a través de las mismas hormonas que nos avisan de que tenemos hambre. Por eso debes intentar no salirte de las cinco comidas diarias y beber al menos dos litros de agua al día. Así, además de proporcionar a tu cuerpo todos los elementos que necesita para estar saludable, estarás controlando tu peso y evitando ganar kilos de más.
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¿Tú también padeces el “Síndrome de los lunes por la mañana"?
La próxima vez que te dirijas a la nevera a tomarte un snack, piénsalo y haz la prueba. Después, cuéntanos: ¿tú también confundes el hambre y la sed?