Tu doppelgänger no sólo se parece a ti, también se comporta como tú
En algún lugar, probablemente hay una persona que tiene tu cara. Y esta persona que se parece a ti puede tener más en común que las apariencias, según sugiere un nuevo estudio.
La sorprendente investigación, basada en 32 parejas de doppelgängers no emparentados de todo el mundo, muestra que dos personas que tienen un gran parecido facial entre sí son también más propensas a compartir una cantidad significativamente mayor de sus genes y a tener comportamientos similares; pero los genes que se activan o desactivan, y los ecosistemas microbianos de los cuerpos de ambas personas, siguen siendo diferentes.
Estos "gemelos virtuales" no se conocían y, en cambio, fueron reclutados gracias al trabajo del artista y fotógrafo canadiense François Brunelle, que llevaba coleccionando fotos de parecidos desde 1999. Los investigadores publicaron sus resultados el 23 de agosto en la revista Cell Reports.
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"Nuestro estudio proporciona una visión poco frecuente del parecido humano al demostrar que las personas con rostros extremadamente parecidos comparten genotipos comunes, mientras que son discordantes a nivel del epigenoma [los genes que se activan o desactivan] y del microbioma", dijo en un comunicado el autor principal, Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras de Barcelona (España). "La genómica los agrupa, y el resto los diferencia".
Para el estudio, las 32 parejas de semejantes rellenaron un cuestionario de estilo de vida y biométrico en sus idiomas nativos, y los investigadores utilizaron tres algoritmos de reconocimiento facial diferentes para puntuar los parecidos de las parejas, de las cuales la mitad fueron consideradas doppelgängers por los tres algoritmos.
Tomando estas 16 parejas altamente similares, los investigadores investigaron su estructura genómica mediante análisis de ADN. El análisis reveló que nueve de las 16 parejas eran "ultra" parecidas; no sólo parecían estrechamente relacionadas, sino que también compartían 19.277 variaciones genéticas comunes (llamadas polimorfismos de un solo nucleótido, o SNP) en 3.730 genes. Sin embargo, estas parejas extremadamente parecidas no tenían más probabilidades de compartir epigenética o microbiomas similares que las parejas que no se parecían.
Muchos de los parecidos no sólo compartían parte de su genética, sino que también tenían hábitos de consumo de tabaco, niveles de educación y pesos similares, lo que recuerda que el comportamiento puede estar profundamente influenciado por los genes.
"Estos hallazgos no sólo aportan pistas sobre el entorno genético asociado a nuestro aspecto facial, y probablemente a otros rasgos de nuestro cuerpo y personalidad, sino que también ponen de manifiesto cuánto de lo que somos, y de lo que nos define, se hereda realmente o, por el contrario, se adquiere a lo largo de nuestra vida", escriben los autores en el estudio.
Lo más fascinante de todo es que estas similitudes genéticas entre doppelgängers no relacionados se produjeron por azar, lo que implica que las combinaciones que puede adoptar el genoma humano están lejos de ser infinitas, especialmente en un planeta que se acerca rápidamente a una población de 8.000 millones de personas.
Los investigadores afirman que sus hallazgos podrían utilizarse en campos como la evolución, la biomedicina y la medicina forense
"Estos resultados tendrán implicaciones futuras en la medicina forense -reconstruir el rostro del criminal a partir del ADN- y en el diagnóstico genético -la foto de la cara del paciente ya te da pistas sobre el genoma que tiene-", dijo Esteller. "Mediante la colaboración, el reto final sería predecir la estructura del rostro humano", basándose en los genes y otros factores.