¿Son los tatuajes malos para la salud?
Más de moda que nunca, nos vemos obligados a hacerte una serie de inquietantes advertencias: ¿Son los tatuajes malos para la salud?
Los tatuajes viven su mayor momento de fama. Siempre de moda, aunque cada vez más y más extendidos, los tatuajes arrasan en el mundo entero hasta el punto de que poco a poco, lo raro es no estar tatuado, como si formases parte de una raza de seres humanos del pasado. ¿Cuál es el problema entonces? Pues que como toda invasión en nuestro organismo con una aguja punzante que nos llena de tinta, el más mínimo problema de higiena puede causar verdaderos estragos en nuestra salud. Un problema derivado de la necesidad de ahorro cuando quremos pintar nuestro cuerpo, porque las cosas como son, los tatuajes son caros y muchas veces para evitar los precios prohibitivos de los mejores estudios de tatuadores, en los que cumplen a rajatabla con las normas de sanidad, muchos usuarios prefieren acudir a pequeños locales en los que la higiene está años de luz de cumplir con las normas más básicas. Supongamos que tienes que operarte: ¿Acudirías a casa de un colega que ha empezado a hacer sus pinitos con el bisturí y que esteriliza un cutter con una botella de Jack Daniels? Suponemos que no, ¿verdad?
Pues a la hora de tatuarnos deberíamos de ser igual de exigentes, si queremos evitar contagiarnos de terribles enfermedades como el SIDA, la hepatitis B y C, el tétanos, u otras que en contacto con nuestra sangre, pueden convertir nuestro paso por el estudio en una idea con terribles consecuencias. Un simple gesto como que nuestro tatuador no se lave bien las manos o que use un guante que no esté limpio, puede causar verdaderos estragos.
Pero eso no es todo, ya que al margen de los contagios, nuestra piel puede reaccionar de la peor manera posible al contacto con la aguja y la tinta. Entre las complicaciones, las más habituales son los comogranulomas, una reacción que provoca la aparición de escozor y desagradables granos rojos que pueden surgir repentinamente incluso años después de habernos tatuado a causa de la permanencia de la tinta en la dermis, la capa inferior de la epidermis. Pero sin duda, la palma se la llevan las cicatrices queloides, una descomunal marca en relieve con muy difícil solución que encima cuenta con la capacidad de ir extendiéndose poco a poco.
Un asco, ¿verdad? Para la prevención de problemas, recomendamos acudir siempre a estudios de tatuaje que cumplan todas las normativas de sanidad, esterilización y que por supuesto utilicen agujas desechables. El tatuador que fuma mientras perfora en un local punk puede resultar de lo más auténtico, pero no es una opción viable. Apuesta por estudios que se parezcan más a un quirófano, tu piel y tu supervivencia te lo agradecerán. Porque sí, con un sinfín de complicaciones posibles, los tatuajes son malos para la salud si no extremamos las precauciones.