Síntomas de la presión alta: ¿cómo saber si tenemos hipertensión?
Los síntomas de la presión alta que no puedes ignorar.
En Estados Unidos, se estima que un 21% de las personas que tienen la tensión alta no lo saben. Esto quiere decir que los síntomas de la hipertensión no son muy evidentes, por lo que tenemos que estar muy atentos a las señales de nuestro cuerpo para identificarla y, sobre todo, acudir a revisiones médicas con frecuencia si creemos que podemos sufrir hipertensión.
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El problema de la tensión alta es que puede llegar a ser muy peligrosa y es fácil que pase desapercibida. En este artículo te ayudaremos a saber más sobre este problema y a conocer algunos de los síntomas que se manifiestan en nuestro cuerpo cuando sufrimos este problema.
Debemos tener en cuenta que los síntomas pueden variar de una persona a otra y que la presión alta no siempre se manifiesta en los hipertensos, así que no debemos descartarla sin un análisis médico antes.
Estos son algunos de los síntomas de la presión alta a los que debemos estar atentos: palpitaciones, mareos, visión borrosa, náuseas y vómitos, dolor de cabeza, dolor en el pecho, desasosiego o enrojecimiento facial.
Como verás, no son síntomas demasiado evidentes, por lo que pueden confundirse con otras enfermedades o, simplemente, pasarse por algo pensando que no tienen importancia. Pero si identificamos varios, es recomendable acudir a un médico para que compruebe nuestra presión arterial.
Cuando la presión supera los 140 mm Hg, se denomina presión maligna y sus síntomas empiezan a ser más evidentes. Entre ellos, aparece el sangrado nasal o la confusión.
¿En qué cifra empieza a considerarse tensión alta?
Para saber si tenemos la tensión alta, lo primero que debemos hacer es conocer las cifras que se consideran normales y las que comienzan a considerarse hipertensión. De esta forma, podremos llevar un mayor control de nuestra tensión arterial midiendo nuestra tensión en casa.
Se considera que la presión normal debe ser una cifra inferior a 120 y 80 mm Hg. Por encima de 139 y 89 mm Hg, comienza a considerarse como prehipertensión. Cuando superamos los niveles entre 140 y 90 mm Hg, quiere decir que estamos sufriendo hipertensión, por lo que conviene ponernos en manos de un médico para que nos ayude a bajarla hasta los niveles saludables.
Estos valores son aproximados, pero pueden variar según la edad del paciente, por eso siempre conviene tener la opinión de un médico para saber si nuestros niveles de tensión arterial son altos o bajos.
¿Qué personas están en riesgo de sufrir hipertensión?
Aunque la presión alta puede afectar a cualquiera, hay adultos más propensos a tener hipertensión y que, por lo tanto, deben revisar sus niveles más a menudo.
Las personas que sufren enfermedades como diabetes, cardiopatías o problemas renales son más propensas a tener la presión alta y necesitarán un control más exhaustivo por parte de su médico. En estos casos, se recomienda revisar la tensión, ya sea en casa o en la consulta de un médico, de forma regular.
Las personas con colesterol alto también es más probable que sufran hipertensión. De hecho, cuando una persona es diagnosticada con hipertensión, debe empezar a controlar también sus niveles de colesterol y, si este se considera alto, comenzar a controlarlo mediante una dieta saludable, ejercicio y las recomendaciones de su médico.
Como hemos mencionado más arriba, hay personas que son diagnosticadas con prehipertensión. Esto quiere decir que su tensión aún no está excesivamente alta pero que llegará a estarlo si no ponen remedio ahora. En los casos de hipertensión, el estilo de vida y la alimentación juegan un papel fundamental en sus niveles de presión arterial. Para estos pacientes se recomienda hacer ejercicio físico y evitar la vida sedentaria, perder algo de peso, disminuir el consumo de sal y controlar su colesterol. Si esto se lleva a cabo de la forma correcta, se evitará que lleguen a ser diagnosticados con hipertensión.
¿Qué se puede hacer para bajar la tensión?
Además de seguir los tratamientos recomendados por el médico, hay algunas formas de reducir la presión arterial que debemos incorporar en nuestro día a día.
Hacer ejercicio. Así conseguirás mantener tu peso o bajarlo, además de mejorar tu salud y no solo en lo relacionado con la hipertensión. También conseguirás liberar el estrés y ayudar a tus órganos a trabajar mejor.
Reduce el consumo de sodio. Es la forma más eficaz de bajar la tensión. Para ello, reduce el consumo de sal y opta por alimentos frescos y naturales frente a los precocinados y procesados.
Bebe menos alcohol. El alcohol afecta a nuestra salud en muchos sentidos, y también tiene efectos negativos en nuestra tensión y el colesterol.
Toma menos cafeína. Aunque depende de la sensibilidad a la cafeína de cada persona, tomar café en exceso no suele ser bueno cuando tu presión arterial tiende a subir demasiado.
Consume más potasio. Los lácteos, el pescado y frutos secos como las nueces y las almendras son beneficiosos para reducir la tensión.
Reduce el estrés. Si sufres estrés, es probable que esto también esté afectando a tu tensión. Realiza ejercicios de relajación o sal a caminar para aliviar el estrés acumulado.
Si detectas los síntomas de la presión alta en tu cuerpo, no esperes más para empezar a ponerle solución.