MANTENTE EN FORMA SIN RIESGO: ¿DEBERÍAS HACER EJERCICIO CUANDO ESTÁS ENFERMO?

Cuando estás dedicado a tu rutina de ejercicios, la idea de saltarte un entrenamiento puede resultar frustrante. Pero cuando empiezas a estornudar o sientes un raspado en la garganta, surge la pregunta: ¿deberías seguir adelante o tomarte un descanso? Entender cómo equilibrar el ejercicio con la enfermedad, prevenir el enfermarse en primer lugar y manejar tus entrenamientos durante la temporada de gripe puede ayudarte a mantenerte en forma sin comprometer tu salud.

MANTENTE EN FORMA SIN RIESGO: ¿DEBERÍAS HACER EJERCICIO CUANDO ESTÁS ENFERMO?

Entonces, ¿deberías hacer ejercicio cuando no te sientes bien? Una creencia común es que hacer ejercicio puede ayudar a "sudar" un resfriado, pero eso es más mito que hecho. Mientras que el ejercicio ligero puede ser seguro en ciertas situaciones, los entrenamientos intensos pueden suprimir tu sistema inmunológico, dificultando que tu cuerpo combata una infección. Una buena regla a seguir es la prueba de "por encima del cuello". Si tienes síntomas leves como moqueo o un leve dolor de cabeza, un entrenamiento de bajo impacto, como caminar o hacer yoga, puede estar bien. Sin embargo, si tus síntomas incluyen dolor en el cuerpo, fiebre, congestión en el pecho o fatiga profunda, lo mejor es descansar, ya que tu cuerpo necesita energía para recuperarse, y esforzarte demasiado puede prolongar la enfermedad.

Cómo hacer ejercicio para fortalecer tu sistema inmunológico. En lugar de intentar combatir un resfriado una vez que aparece, concéntrate en construir un sistema inmunológico fuerte a través de tus entrenamientos. Se ha demostrado que el ejercicio moderado regular reduce el riesgo de enfermedad al mejorar la circulación, bajar las hormonas del estrés y promover el bienestar general. Sin embargo, el sobreentrenamiento puede tener el efecto contrario, debilitando tu respuesta inmune. Para mantener tu cuerpo en óptimas condiciones, incorpora una mezcla equilibrada de entrenamiento de fuerza, cardio y trabajo de movilidad. Apunta a 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana y prioriza los días de recuperación, el sueño, la hidratación y una dieta rica en nutrientes también juegan un papel crucial en mantener tu sistema inmunológico fuerte.

MANTENTE EN FORMA SIN RIESGO: ¿DEBERÍAS HACER EJERCICIO CUANDO ESTÁS ENFERMO?

Qué hacer cuando llega la temporada de resfriados y gripe. Incluso con las mejores medidas preventivas, la enfermedad puede aparecer. Cuando eso sucede, saber cómo ajustar tu rutina es clave, primero, escucha a tu cuerpo: el descanso es a menudo la ruta más rápida hacia la recuperación. Si te sientes mal pero aún quieres moverte, opta por estiramientos suaves, ejercicios de respiración o una corta caminata al aire libre. Lo más importante es no forzar entrenamientos de alta intensidad en un intento de "sudar" la enfermedad. Este enfoque puede llevar a la deshidratación, mayor agotamiento e incluso a una enfermedad prolongada. En su lugar, concéntrate en la hidratación, el sueño y la nutrición. Una vez que los síntomas disminuyan, vuelve a hacer ejercicio gradualmente en lugar de saltar inmediatamente a un entrenamiento de alta intensidad.

Mantenerse activo es esencial para la salud general, pero saber cuándo descansar es igual de importante. El ejercicio puede ser una herramienta poderosa para el apoyo inmune, pero cuando la enfermedad golpea, priorizar la recuperación siempre debe ser lo primero. Al encontrar el equilibrio adecuado entre movimiento y descanso, puedes mantener tus metas de fitness en el camino correcto mientras aseguras que tu cuerpo se mantenga resistente durante la temporada de resfriados y gripe. ¡Mejor estar saludable que lamentarlo!

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