Las personas cada vez somos menos sensibles a la excitación sexual
Algo nos temíamos: las personas somos cada vez más insensibles a la excitación sexual.
El ilimitado acceso a la pornografía que nos brinda internet, signo de estos tiempos del aquí y del ahora en el que poco se valora el esfuerzo con el que se consiguen las cosas podría estar haciéndole un flaco favor a nuestra sensibilidad sexual: estar expuestos (el que quiera, claro, el acceso al porno en internet es, afortunadamente, algo voluntario y que, eso sí, debería competir solo a personas adultas) continuamente a escenas de sexo explícito podría mermar la capacidad que tenemos de sentir esas imágenes y esos estímulos excitantes.
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Según un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF), las personas del siglo XXI se están volviendo "más insensibles a los contenidos sexuales y están perdiendo capacidad emocional de excitación". Esta sobrecarga de desnudos, poses sexuales y contenido pornográfico, a la larga, se normaliza y pierde el morbo. Los investigadores llegaron a esa conclusión al establecer, en relación a este nuevo signo de los tiempos, una nueva escala para medir estados emocionales como el placer: tomaron a 400 voluntarios a los que mostraron, mediante un programa informático, una serie de imágenes estándar que se han utilizado en estudios anteriores. Los resultados actuales arrojaron un nivel de excitación inferior a investigaciones precedentes.
Según palabras del sexólogo Walter Ghedin, la sensación de estar ante algo prohibido aceleraba el morbo y, por consiguiente, la excitación:
“En los ‘80, hasta las revistas porno venían tapadas con una bolsita negra y eso mismo generaba una expectativa. Hoy no hay misterio con relación a la imagen, aunque lo sugerido siempre es lo que excita más”.
¿Estamos perdiendo la sensibilidad y la capacidad de excitarnos? Seguramente, debemos acercarnos entre nosotros con más calma y disfrutar del viaje.
