¿Por qué cada vez somos más alérgicos al polen?
Dependiendo de dónde vivas, ahora estarás atravesando entre los primeros y los últimos síntomas de la cada vez más común alergia primaveral. Lo más preocupante no son son esas fases, lógicas desde que el mundo es mundo, lo realmente preocupante es que cada vez son (somos) más el número de “víctimas” de la alergia al polen.
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Esto se debe al incremento de las temperaturas y de los niveles de CO2, que traen como resultado una mayor cantidad de polen, más agresivo y más tiempo de exposición para todos los ciudadanos del mundo.
Según la SEAIC (Sociedad española de alergología e inmunología clínica) el cambio climático, apreciable en un invierno atípico de temperaturas frías alternas con otras más propias de la primavera y escasas precipitaciones, sumado a los efectos de la contaminación, está provocando un incremento de los casos de alergia respiratoria.
La SEAIC recomienda el uso de mascarillas como solución para los alérgicos que viven en zonas de elevada intensidad de polen, ya que evitan que éste entre en las vías respiratorias y reducen el uso de medicación de rescate. El tamaño del polen es especialmente pequeño por lo que no todas las mascarillas sirven. Aquellas que están homologadas, y que tienen un elevado poder filtrante, son eficaces para disminuir la exposición al polen y a los ácaros del polvo, pudiendo reducir los síntomas alérgicos de los pacientes que las usan.
El incremento de temperatura de la Tierra adelanta los tiempos de polinización de las plantas, prolongando la rinitis y afecciones asmáticas que sufren las personas alérgicas.
La alergia al polen es favorecida por el viento, que puede transportar un grano a 300 o 400 km de distancia. De este modo se expande más, incrementando el número de lugares expuestos al polen.
En las ciudades hay menos plantas que polinicen; en cambio, sus habitantes son los más afectados. Las partículas de diesel empeoran los síntomas e intensifican la respuesta alérgica. Además, el polen urbano tiene un compuesto más peligroso debido a la contaminación. Algunas de las recomendaciones para los alérgicos en las épocas de incremento de alergia, es el uso de mascarilla con filtro de carbono para retener las partículas, también colocar filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado de los coches y de las viviendas. El uso de las gafas de sol para evitar el contacto de polen en los ojos es otra medida a considerar.
La alteración por la contaminación del aire, junto con los cambios en el clima (temperaturas más altas, aumento de la humedad y una temporada de crecimiento más larga) puede explicar por qué ha habido un incremento de la alergia al polen en estos días y puede apuntar a muchos más afectados en el futuro cercano.
