La solución de la FAO para acabar con el hambre en el mundo: Que todos comamos insectos
El resultado del concienzudo estudio del máximo organismo en alimentación mundial no va a gustar a todos... ¿La solución de la FAO para acabar con el hambre en el mundo? Que todos comamos insectos...
Con su consumo más que extendido y normalizado en numerosos países de oriente en claro contraste con la masiva occidentalización de las dietas, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha señalado que el consumo de insectos puede ser la clave en la lucha contra el hambre y la contaminación fruto de las emisiones de CO2 en las concentraciones ganaderas. Los gases, sí. Buenas, malas, o asquerosas noticias, lo cierto es que los insectos se presentan como una de las opciones más saludables gracias a su alto contenido en nutrientes, grasas naturales, proteínas, vitaminas, fibra y minerales, además de ser la opción más viable para paliar el futuro agotamiento de los recursdos, ya que se estima que en 30 años se tendrá que alimentar a 9.000 millones de personas y no hay para todos.
Pero no nos asustemos. Todos hemos visto al "Último Superviviente" dando las claves de la subsistencia en ambientes extremos: Buscar leña seca y comerse el gusano más gordo y asqueroso que uno encuentre. No es postureo. Es supervivencia, y la clave está en el rico -por elevado- contenido en nutrientes de los insectos, capaz de dejar en evidencia a algunos de los alimentos habituales en nuestra dieta. Porque tal y como ha asegurado la ONU, una vez se supere la "gran barrera del asco en occidente" -buen nombre- el mundo asistirá a su mayor revolución alimenticia.
Así que, ascos al margen, la lista de la FAO incluye en primer lugar sus dos favoritos como grandes sugerencias por sus increíbles nutrientes. Por un lado, la hormiga verde tejedora, muy común en Australia, que por cada 100 gramos aporta 1272 kilocalorías. Una barbaridad que deja en evidencia a productos habituales como las lentejas, el arroz blanco o el queso manchego, ya que aporta más calorías que estos 3 alimentos. Por otro lado, las langostas, de gran tamaño y con bastante carne aprovechable, aportan 500 kilocalorías por cada 100 gramos, ideal para una comida. Langostas y hormigas, qué rico, ¿verdad?
-¿Me pasas la sal y las cucarachas?
Además, la FAO también ha completado su concienzudo estudio con un top de los insectos más consumidos en todo el mundo para que también sirvan como posibles sugerencias. Los escarabajos (31%), orugas (18%), así como las abejas y hormigas (14%) son los reyes de una lista en la que a continuación encontramos a los saltamontes, langostas y grillos (13%), cigarras, saltamontes, chicharritas, cochinillas y chinches (10%) y las libélulas (3%). Las moscas ocupan una de las últimas posiciones con sólo un 2%, comprensible teniendo en cuenta su gran afición a la caca...
En cualquier caso, con éste sinfín de sugerencias esperamos que la solución de la FAO para acabar con el hambre en el mundo no te pille desprevenido. ¡A comer insectos se ha dicho! Bon apetit.