Este es el motivo por el que solo deberíamos trabajar cuatro días a la semana
Varios científicos han demostrado que todo iría mejor si solo trabajásemos cuatro horas a la semana.
Las jornadas laborales no solo son largas y agotadoras, también pueden llegar a ser interminables cuando requieren horas extras que hacen que la oficina se convierta en nuestra segunda casa. Muchas personas piensan que trabajar infinitas horas cada día es la única forma para avanzar profesionalmente y ascender. Y también lo piensan las empresas. Sin embargo, los científicos saben que lo que ocurre es justo lo contrario.
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K. Anders Ericsson, un experto en psicología laboral, lleva años estudiando el tiempo durante el que las personas trabajan y su eficiencia, así como su nivel de satisfacción y productividad. Tras realizar varios experimentos, ha llegado a la conclusión de que los trabajadores solo pueden trabajar con eficiencia durante cuatro o cinco horas. Pasado ese tiempo, el proceso laboral se ralentiza, creando sufrimiento a los trabajadores.
Tal como explica Ericsson, esto no quiere decir que sea imposible que las personas continúen trabajando después de este tiempo, pero sí es cierto que lo hacen únicamente para seguir las órdenes de un jefe. Esto genera un mal hábito, el de trabajar solo cuando nos lo ordenan.
En 2006, la empresa Treehouse decidió realizar un experimento para probar una de estas teorías. Su director general, Ryan Carson, implantó a sus trabajadores una jornada laboral de 32 horas. Sus empleados no solo se volvieron más productivos, si no que se mostraban felices de ir al trabajo y realizar sus tareas sin necesidad de recibir orden constante del superior.
Lo mejor de todo es que esta reducción de jornada no afectó a la empresa, que continuó manteniendo su nivel de ganancias.
Desde entonces, otras empresas han implantado horarios como este a fin de comprobar si la teoría de Ericsson es cierta. El resultado siempre es positivo tanto en productividad como en satisfacción y felicidad de los trabajadores.