El asqueroso origen en un insecto del color rojo de algunos alimentos
Leer las etiquetas de los productos que consumimos cada día es fundamental. Te lo demostramos con el asqueroso origen en un insecto del color rojo de algunos alimentos.
La mayor parte de la gente no se pone a mirar las etiquetas de los productos que consume, pero si le dedicaras un ratito a descifrar esos extraños nombres, quedaras realmente sorprendido. Y seguramente dejarás de comprar ciertas cosas.
Eso es precisamente lo que nos ha pasado a nosotros, y queremos compartirlo contigo. Aunque si eres de estómago sensible… ¡deberías de saberlo también!
Seguro que te encantan los dulces, el yogur, el helado, zumos de frutas, y los más llamativos suelen ser los que tienen un maravilloso o y apetecible color rojizo o rosado. Pues bien, éste vivo color carmín proviene de los pigmentos homónimos del ácido cárnico, ideales como "pintura" para colorear artificialmente.
El primer mapa completo del cerebro de un insecto contiene 3.016 neuronas
Un extraño tumor rojo en el brazo de una niña rezumaba "sustancia gelatinosa" al reventarlo
Lo inquietante, es que este carmín proviene del Dactylopius coccus, más conocido como "cochinillas", un pequeño insecto parásito fitófago.
Estos insectos se encuentran en los cactus del centro y sur de América, ya que se alimentan de su fruto. Allí los recolectores separan a las hembras que son las que se utilizan para crear este tinte, las sumergen en agua hirviendo o las dejan secar al sol, a continuación se les extrae el abdomen y para finalizar se cocinan a muy altas temperaturas para crear una pasta color carmín. Así es, el color de tu comido proviene del más salvaje de los insecticidios, toda una masacre plagada de violencia.
¿Espeluznante verdad? Deberíamos comprobar siempre las etiquetas de los productos, ya que nunca sabes que pueden contener, desde luego nosotros intentaremos hacer este trabajo por ti y seguiremos indagando. Porque el asqueroso origen en un insecto del color rojo de algunos alimentos da pie a ello...
