‘Is This Cancer?’ Balancing Proactivity With Peace of Mind

‘Is This Cancer?’ Balancing Proactivity With Peace of Mind

Navegar por la vida después del cáncer es un acto de equilibrio. ¿Cómo puedes ser proactivo con tu salud sin dejar que el miedo domine tus pensamientos? Esta pregunta me ha rondado mucho por la cabeza últimamente, sobre todo después de que me apareciera un quiste muy doloroso en la axila.

Aunque tenía el aspecto, el tacto y dolía como un quiste, no podía evitar que mi mente pensara, aunque sólo fuera durante una fracción de segundo: "¿Esto es cáncer?" Supongo que se puede decir que todavía estoy un poco paranoica o traumatizada por la primera vez que me encontré un bulto sospechoso en la axila. En aquel entonces, resultó ser un cáncer de mama que ya se había extendido a mis ganglios linfáticos. Todavía se me saltan las lágrimas cuando pienso en aquel día.

Cuando me puse delante del espejo del baño para hacerme un autoexamen de mamas, supe que algo no iba bien. Entre sentir el bulto en el pecho y lo que pensé que era una "bola rodante" en la axila, ese momento marcó el inicio de mi viaje por el cáncer de mama. Este quiste reciente era diferente -era muy evidente que se debía al afeitado-, pero aún así provocó en mí una reacción de preocupación. Y entonces me di cuenta: Creo que nunca dejaré de tomar precauciones cada vez que note o experimente un cambio en mi cuerpo.

Pero, ¿cómo puedo ir por la vida sin pensar que cada pequeña cosa es potencialmente una señal de alarma de recurrencia? Aunque todavía estoy buscando la respuesta, me he dado cuenta de que es un acto de equilibrio: aprender a ser proactiva sin dejar que la ansiedad se apodere de mí.

Parte de este equilibrio consiste en saber cómo comparto mis problemas de salud con los demás. Cuando apareció el quiste, quise contárselo a mi madre, sobre todo para quejarme de lo doloroso que era, pero dudé. Las dos últimas veces que expresé mi preocupación por bultos misteriosos, resultaron ser cancerosos. Aunque sabía que esto era diferente, no quería causarle preocupaciones innecesarias.

Aunque el cáncer es algo muy personal, también es una experiencia compartida. El miedo y la incertidumbre se extienden a las personas que te quieren. Reconocer esto me ha hecho darme cuenta de lo mucho que valoro el bienestar emocional de mis seres queridos, incluso cuando tengo que afrontar mis propios miedos. Es un equilibrio delicado ' compartir lo suficiente para mantenerlos informados sin abrumarlos.

Ser BRCA1 positivo añade otro elemento a la hora de afrontar estos miedos. Mentiría si dijera que no se me ha pasado por la cabeza la idea de desarrollar otro cáncer. Sin embargo, no dejo que estos pensamientos negativos me consuman. Mi composición genética está completamente fuera de mi control. Así es como nací. Y aunque no puedo cambiarla, sí puedo controlar cómo afronto mi salud, mi mentalidad y mis acciones de cara al futuro.

Estoy aprendiendo a vivir con estos miedos ' no ignorándolos, sino reconociéndolos y siendo proactiva con mi salud. No puedo controlarlo todo, pero puedo elegir centrarme en lo que me aporta paz. Es un viaje diario, pero aprendo continuamente a gestionar mis miedos sin dejar que me abrumen.

El cáncer cambió mi vida, pero no la define. Y para mí, ese es el verdadero equilibrio.

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