Una leyenda australiana intenta la sesión de surf más larga del mundo para concienciar sobre la salud mental
El ex surfista profesional Blake Johnston está inmerso en un reto monumental: intentar cabalgar 500 olas en sólo 40 horas. ¿Por qué? Además de hacer pasar un buen rato a los habitantes de Cronulla, Johnston espera que su hazaña sirva para concienciar sobre los problemas de salud mental, así como para recaudar fondos para una organización benéfica local que ayuda a jóvenes en crisis.
Johnston, que comenzó su aventura a la 1 de la madrugada, tiene previsto surfear más de doce olas por hora hasta las 6 de la tarde del viernes. El surfista australiano se enfrenta a este reto en "The Alley", en Cronulla, con un contador de olas en la playa que funciona como un marcador y focos que le ayudan durante las largas y oscuras horas del atardecer, el amanecer y la noche.
Johnston confía en que el entrenamiento que ha realizado en anteriores pruebas de resistencia le haya preparado para este reto. Entre sus retos anteriores se incluyen correr varios maratones descalzo y un ultramaratón por la costa sur de Nueva Gales del Sur con la única compañía de los plátanos y la maleza.
"He puesto a prueba mi capacidad mental en retos anteriores y he salido adelante", declaró Johnston a la ABC con una confianza ganada a pulso, "sé que hacerlo con el apoyo de la comunidad va a ser increíble". Mientras esté en el agua, Johnston espera recibir el apoyo de otros surfistas que le harán compañía y cogerán olas con él a lo largo de la agotadora sesión.
Esta nueva misión pretende inspirar a otros a buscar sus propios retos similares que superen sus límites -tanto mentales como físicos-, promoviendo al mismo tiempo un estilo de vida saludable en general.
En cuanto a su tabla elegida, es una tabla corta estándar fabricada por Chilli Surfboards, y Johnson señala que la tabla es de epoxi "lo que le da un poco más de inflación... [lo que debería] ayudar a medida que la fatiga se instala".
El combustible también es una parte crucial de este reto. La mujer de Johnston "ha preparado cuarenta y cinco almuerzos para asegurarse de que esté sano y salvo". Planea comer "mucha comida desde el principio", comiendo cada hora e hidratándose cada media hora.
Además del desafío de surf, habrá baños de hielo en tierra y seminarios de respiración para promover técnicas de meditación y respiración. Esto encaja con el esfuerzo de Johnston junto con este desafío para recaudar fondos para una organización benéfica local que ayuda a jóvenes en crisis.
También espera promover una mayor concienciación sobre los problemas de salud mental, una causa que apasiona al surfista desde que su propio padre se suicidó hace diez años: "Me ha acompañado desde entonces, pero me ha dado el poder de compartir el mensaje".
Johnston sostiene que el compromiso comunitario es una parte esencial de la buena salud mental y quiere unir a la comunidad en este reto. También pretende que la meditación y la respiración sean más accesibles y demostrar cómo pueden ayudar a la gente en su vida cotidiana:
"Quiero crear iniciativas en las que los niños aprendan habilidades prácticas: atención plena, respiración, el poder de la gratitud", con la esperanza de que los jóvenes "no sólo sobrevivan, sino que prosperen, superen los momentos difíciles y cumplan sus objetivos y sueños".