Un estudio revela otra gran razón para seguir la dieta mediterránea (que no tiene nada que ver con tu salud)

Desde hace años, está bastante aceptado que la Dieta Mediterránea es una de las dietas más sanas que se pueden adoptar. Esta forma de comer no sólo ofrece posibilidades ilimitadas, sino que además es fresca y bonita, fácil de seguir e incluso permite el consumo de vino y queso (dentro de lo razonable). En nuestra opinión, esta última razón la convierte, sin lugar a dudas, en la mejor dieta que se puede seguir.

Y ya que estamos, la palabra "dieta", tal y como se utiliza actualmente en la sociedad, no es la etiqueta más bonita que se le puede poner a esta forma de comer. Claro, la palabra puede referirse simplemente a los alimentos que uno come, independientemente de las implicaciones de la pérdida de peso. Pero en nuestra era de cultura dietética tóxica, la propia palabra se ha convertido en uno de los insultos más feos, uno de los que el estilo de alimentación mediterráneo está muy por encima. Incluso sin el objetivo de bajar el número en la báscula del baño, la dieta mediterránea es una forma deliciosa y saludable de comer. Y resulta que, además de su mar de sabores, su larga lista de beneficios para la salud y su abundancia de deliciosas recetas, hay algo más que adorar de esta forma de comer.

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hallazgos recientes, en comparación con otras dietas, el plan de alimentación de la dieta mediterránea es el más asequible para el bolsillo. En un estudio reciente publicado por MDPI, la Dieta Mediterránea resultó ser, con diferencia, la opción más frugal en comparación con otras dietas occidentales.

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¿Qué es la dieta mediterránea? La Dieta Mediterránea se compone de grandes cantidades de aceite de oliva virgen extra, frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, cantidades moderadas de pescado, aves, lácteos y pequeñas cantidades de carne roja. Entre sus numerosos beneficios para la salud se encuentran la mejora del colesterol y la presión arterial, un mejor funcionamiento del cerebro, el alivio de la ansiedad y la depresión, y defensas contra enfermedades como las cardiopatías, la diabetes, el cáncer, la artritis reumatoide y la obesidad. El estudio

El estudio consistió en crear cestas de la compra para cuatro familias de referencia a partir de datos de censos y estadísticas de población australianos. Se elaboraron planes de comidas de siete días para la Dieta Mediterránea y las Dietas Occidentales para las familias de referencia que se introdujeron en el programa informático Foodworks y cuyo objetivo era satisfacer el 100% de los requisitos nutricionales y energéticos basados en la Guía Australiana de Alimentación Saludable. Se crearon cestas que representaban diferentes dietas para estas familias, y luego se compararon entre sí en aspectos como la nutrición, los requisitos energéticos y el coste económico.

Los resultados

Los resultados del estudio confirmaron lo que tantos llevan años predicando: que la Dieta Mediterránea es, sencillamente, la mejor forma de alimentarse. No sólo superaba a sus competidores en nutrición, sino que su coste era mucho menor que el de la típica dieta occidental.

Desglosado, el precio de la cesta típica de la dieta occidental oscilaba entre 75 y 315 dólares en todos los hogares. Mientras que la cesta de la dieta mediterránea oscilaba entre 78 y 285 dólares. Se trata de una diferencia considerable en la caja.