Un ensayo sugiere que la "dieta MIND", destinada a prevenir la demencia, no ofrece beneficios significativos para el cerebro

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Un ensayo de tres años de duración sugiere que la dieta MIND -rica en frutas y verduras y baja en grasas saturadas-, cuyo objetivo es prevenir la demencia, no aporta beneficios cerebrales a corto plazo más allá de los observados en personas que siguen una dieta estándar "subóptima".

Los resultados del ensayo, publicados el martes (18 de julio) en The New England Journal of Medicine, mostraron que los participantes que siguieron la dieta MIND durante tres años mostraron ligeras mejoras en su cognición general, medida con una docena de pruebas. Sin embargo, esas mejoras mentales no fueron estadísticamente diferentes de las observadas en las personas que siguieron sus dietas habituales.

Un subgrupo de personas de los grupos MIND y de dieta estándar también se sometió a escáneres cerebrales, que revelaron que sus cerebros cambiaron de la misma forma durante el periodo de tres años, independientemente de la dieta que siguieran.

"Realmente esperábamos que la dieta MIND mostrara un efecto superior al grupo de control, así que nos sorprendió bastante el resultado", declaró a la CNN Lisa Barnes, autora principal del estudio y directora asociada del Centro de la Enfermedad de Alzheimer del Centro Médico de la Universidad Rush de Chicago.

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La dieta MIND, abreviatura de "Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay" (Intervención Mediterránea-DASH para el Retraso Neurodegenerativo), es básicamente una mezcla de otras dos dietas que, según la hipótesis, mejoran la salud cerebral y reducen el riesgo de demencia. En términos generales, la dieta mediterránea es rica en verduras, cereales integrales, legumbres, marisco y grasas insaturadas como el aceite de oliva, y baja en carne roja, huevos, grasas saturadas y dulces. La dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension, Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión) es muy similar, pero ofrece objetivos nutricionales diarios y semanales específicos y limitaciones en el consumo de sal.

Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, grandes estudios observacionales han relacionado la dieta MIND con un menor índice de enfermedad de Alzheimer y, en general, con un ritmo más lento de deterioro cognitivo en los adultos mayores. Sin embargo, pocos ensayos clínicos de referencia han examinado esta relación, y las razones biológicas por las que la dieta MIND podría tener este efecto protector no se han demostrado claramente en humanos.

En el nuevo ensayo participaron 604 adultos mayores de 65 años que, al inicio del ensayo, estaban cognitivamente sanos pero tenían antecedentes familiares de demencia. Todos los participantes en el estudio también tenían sobrepeso y seguían dietas "subóptimas", es decir, dietas que divergían significativamente de la dieta MIND, al inicio del ensayo.

Los participantes se dividieron en dos grupos a los que se dijo que siguieran su dieta habitual con pequeñas restricciones calóricas o que adoptaran la dieta MIND. Ambos grupos recibieron asesoramiento dietético periódico, así como alimentos compatibles con la dieta MIND (para el primer grupo) o dinero para hacer la compra (para el segundo). Los investigadores controlaron el peso de los participantes, el cumplimiento de la dieta y los niveles sanguíneos de determinados metabolitos.

En última instancia, los participantes de ambos grupos experimentaron mejoras cognitivas, cambios cerebrales y pérdida de peso similares al final del periodo de estudio.

Es "plausible que los efectos de la práctica de pruebas cognitivas repetidas puedan explicar la mejora en ambos grupos de nuestro ensayo, como se ha observado en ensayos aleatorios anteriores", señalaron los organizadores del ensayo en su informe. También es "posible que estas intervenciones no mejoren el funcionamiento cognitivo o que se necesite un periodo de adherencia más largo para que se observe un efecto."

En resumen, el estudio tiene limitaciones, pero insinúa que, al menos a corto plazo, la dieta MIND no ofrece grandes beneficios cerebrales con respecto a una dieta con restricciones calóricas mínimas.

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