Talking About Your Allergy at a New Job

Talking About Your Allergy at a New Job

Empezar un nuevo trabajo es emocionante, pero si vives con una alergia alimentaria, conlleva una capa añadida de estrés. Comunicar tu alergia a tu nuevo equipo puede parecer desalentador, pero es absolutamente esencial. A lo largo de los años, he trabajado en varias agencias y empresas, grandes y pequeñas, y cada experiencia me ha enseñado la importancia de ser sincero y proactivo sobre mi alergia a los frutos secos.

Esta es mi opinión sobre por qué es crucial comunicar tu alergia en el trabajo y cómo mantener estas conversaciones de forma eficaz.

El nervioso primer día

El primer día en un trabajo nuevo, una de las cosas más difíciles es hablar con mi equipo de mi alergia a los frutos secos. Siempre resulta un poco incómodo sacar el tema, sobre todo porque no quieres montar un escándalo ni llamar la atención. Sin embargo, he aprendido por las malas que es mucho mejor abordarlo a tiempo.

Una de las razones por las que es tan importante comunicarlo es que mucha gente lleva sus propios tentempiés a la oficina, desde barritas de mantequilla de cacahuete hasta chocolate con avellanas. Si no saben que eres alérgico, es posible que coman cerca de ti, lo que puede crear un entorno peligroso si tu alergia se transmite por el aire o, peor aún, si no limpian lo que ensucian.

Afortunadamente, cada vez hay más empresas que aplican protocolos para que los lugares de trabajo sean más seguros para las personas alérgicas. Una agencia social en la que trabajé en Londres incluso colocó carteles recordando a todo el mundo que tuviera en cuenta mi alergia a los frutos secos. Estos recordatorios ayudan a evitar que la gente se olvide al entrar en la oficina cada día.

A la hora de pedir comida para llevar para la oficina, mi equipo siempre fue considerado. Normalmente elegíamos un lugar donde me sintiera segura comiendo. Aunque a veces me sentía culpable por limitar sus opciones -sobre todo cuando sabía que querían probar comidas diferentes-, me recordaba a mí misma que mi vida estaba en peligro y que mi seguridad tenía que ser lo primero.

Para facilitar las cosas, empecé a compartir una hoja de Google Excel con una lista de restaurantes y sitios de comida para llevar en los que me sentía cómoda comiendo. Esto les ayudó a elegir un lugar seguro para pedir y me hizo sentir incluida en las decisiones del grupo.

En algunos lugares de trabajo, pueden surgir problemas relacionados con la comida a pesar de tus esfuerzos por comunicarlo. Por ejemplo, trabajé en una empresa en la que una mesa detrás de la mía estaba destinada a los aperitivos de cumpleaños. Esto era una pesadilla para mí, ya que a veces la gente se olvidaba y dejaba allí una tarta o un dulce a base de frutos secos. Era una gran empresa, así que no todo el mundo era consciente de mi alergia.

Tuve que ser muy clara al respecto, explicar la gravedad de mi alergia y pedir que los pasteles se colocaran en el lado opuesto de la oficina. Aunque la mayoría de la gente fue comprensiva, hubo un caso en el que alguien no fue tan complaciente. En esos momentos, la clave fue mantener la calma y explicarles los riesgos.

Averigua quién es tu socorrista

Una cosa que me ha resultado especialmente útil es saber si hay alguien con formación en primeros auxilios en la oficina, y quién es esa persona. En algunas agencias y empresas, los socorristas están formados para utilizar bolígrafos de epinefrina, lo cual es tranquilizador. Sin embargo, yo siempre me encargo de enseñar a mi equipo cómo utilizar uno. Un bolígrafo de epinefrina de prueba es una herramienta estupenda para ello. Permite demostrar el proceso y la cantidad de presión necesaria sin necesidad de utilizar una de verdad. Hace poco, me di cuenta de que aún no había enseñado a mi actual equipo de autónomos a utilizar mi bolígrafo autoinyector. Ahora es lo primero que tengo que hacer.

Como trabajo a menudo en agencias diferentes, he aprendido a comunicar con confianza mi alergia el primer día. Si alguna vez veo a alguien comiendo frutos secos cerca de mí, lo digo inmediatamente. Sorprendentemente, esto me ha llevado incluso a crear lazos afectivos. En un trabajo, descubrí que otros dos miembros del equipo tenían alergias alimentarias graves. Nos cubríamos las espaldas mutuamente y siempre nos apresurábamos a recordar a los demás que evitaran los alérgenos en la zona en la que trabajábamos.

Consejos prácticos para un espacio de trabajo seguro

Otro problema al que me he enfrentado es el de los escritorios calientes. En muchos lugares de trabajo hay que reservar mesa con antelación. A veces llegaba y pensaba que alguien podría haber comido frutos secos en el escritorio que había reservado. Para solucionarlo, siempre llevo toallitas antibacterianas para limpiar las superficies, por si acaso.

Si en tu lugar de trabajo hay mucha gente nueva o es especialmente grande, es importante que sigas recordando a tu equipo tu alergia. Ya sea a través de una cadena de correos electrónicos o en una reunión de equipo, es fundamental que expreses tus necesidades. Las conversaciones en persona son siempre las mejores. Puede explicar la gravedad de su alergia e informar a los demás sobre cómo pueden ayudarle a mantenerse a salvo.

Inclusión y defensa

En última instancia, se trata de la inclusión y de sentirse parte del equipo. Si alguna vez te sientes excluido o crees que tu alergia no se toma en serio, no dudes en decirlo. En las grandes empresas, puedes plantear la cuestión al departamento de recursos humanos. Tienes derecho a sentirte seguro e incluido en el trabajo.

Por suerte, mi experiencia ha sido abrumadoramente positiva. La mayoría de la gente es comprensiva cuando les explico mi alergia, aunque haya tenido que recordárselo varias veces. He tenido suerte de trabajar en lugares donde la gente se preocupa de verdad por crear un entorno seguro.

Reflexiones

finales Comunicar tu alergia en un nuevo trabajo puede ponerte nervioso, pero es esencial para tu seguridad. Ya se trate de crear una lista de alimentos seguros para llevar, limpiar los escritorios o mostrar cómo se utiliza un bolígrafo de epinefrina, estas pequeñas acciones pueden marcar una gran diferencia.

Recuerda: tu salud es lo primero. Nunca te sientas culpable por defenderte. La mayoría de la gente es comprensiva y quiere ayudar. Sólo se trata de darles la información que necesitan para hacerlo.

Conéctate con otras personas que viven con alergias alimentarias

Categorías:

Noticias relacionadas