Resulta que no somos superhumanos
ÂżQuieres escuchar una historia divertida? Por supuesto que sĂ. Una noche, hace poco, me empezĂł a doler el pecho. No mucho, pero lo suficiente como para que me diera cuenta. Entonces me di cuenta de que cada vez me costaba más respirar. Luego me empezaron a doler los dos brazos.
Llegaron unos paramĂ©dicos. Me afeitaron cuatro rectángulos en el pelo del pecho y me conectaron a un ECG. Y luego estaba en una ambulancia de camino al hospital, donde me midieron el ritmo cardĂaco y me hicieron una radiografĂa del pecho. Obviamente, en este momento, pensaba en toda la gente que he conocido que ha muerto de un ataque al corazĂłn. Es una forma horrible de morir. Mi madre muriĂł de cáncer, y es una forma brutal de morir, pero al menos estás prevenido. Al menos tienes tiempo para decirle a tu familia que los quieres. Pero con un ataque al corazĂłn, te encuentran. La gente entra por la puerta y ya ha pasado.
Mientras esperaba a que me vieran, me di cuenta de que, pasara lo que pasara, era esto. Tengo 40 años. He llegado al punto en que ya no soy invencible. Si hubiera tenido dolores en el pecho a los 30, habrĂa caminado hasta que desaparecieran. Si hubieran ocurrido a los 20, ni siquiera me habrĂa dado cuenta. Pero ahora estoy en la edad en la que, si las cosas empiezan a ir mal, a menudo se quedan mal. Ahora soy de mediana edad. El gran declive ha comenzado.
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Hasta ahora, mi actitud hacia el mantenimiento de la forma ha sido sencilla. Imagina dos columnas, una titulada "Comida" y otra "Ejercicio". Mi filosofĂa ha sido que no importa lo loco que me pueda volver con la primera, porque la segunda la reequilibrará. Puedo comer y beber lo que quiera, siempre que haga un poco más de ejercicio para compensar. Es una intensidad ridĂcula para mantener.
Me parece que ahora estoy en un punto en el que probablemente deberĂa empezar a hacer cambios en mi estilo de vida. Menos alcohol, mejor comida. ÂżDeberĂa hacerme vegano? No estarĂa mal. Tal vez tengo que empezar a ser más inteligente sobre lo que pongo en mi cuerpo.
Seguramente has tenido un momento similar cuando eras niño. Cuando eres muy pequeño, golpeas todo lo que
puedes porque es la única forma de causar impacto. Pero cuando creces y te haces más fuerte, los golpes caen con más fuerza. Llega un momento en que te das cuenta de que no puedes golpear todo con todas tus fuerzas. Hay que aprender a modular, a moverse con suavidad en el mundo. Asà es como, a los 40 años, he empezado a sentirme con mi cuerpo.
Historia relacionada Detodos modos, resumiendo, no fue un ataque al corazĂłn. Seis horas y media despuĂ©s de que empezara el dolor, un mĂ©dico me dijo que me habĂa desgarrado un mĂşsculo del pecho al desenterrar un cĂ©sped. QuĂ© vergĂĽenza. No tan vergonzoso como la mujer que me dijo que fue al hospital con lo mismo, pero era viento atrapado, y le dieron el alta despuĂ©s de tirarse un pedo cerca de una enfermera, pero vergonzoso de todos modos.
Aun asĂ, se siente como una bala esquivada. Si puedo ser hospitalizado por la jardinerĂa, entonces puedo ser hospitalizado por cualquier cosa. No tengo muchas ganas de volver a pasar por esto, asĂ que es hora de pensar seriamente en tratar mi cuerpo con un poco más de cuidado. La prĂłxima vez que me veas, serĂ© Gwyneth Paltrow.