¿Por qué somos infelices?
Te contamos cuáles son los principales motivos por los que somos infelices
Todos aspiramos a ser felices. El sentimiento de felicidad, quizás, no sea un estado definitivo sino, más bien, un conjunto de momentos de tranquilidad y bienestar salpicados por otros de tristeza, ansiedad y preocupación. Y, el ser humano, aspira a ser lo más feliz posible sin que esos momentos desagradables lo perturben en exceso como para que condicionen su vida. Pero ¿Qué nos suele pasar para que seamos infelices?
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En los años sesenta, un estudio demostró que las expectativas que nos generamos son determinantes a la hora de poder ser felices. Si esperamos que nos pasen consas positivas, estaremos predispuestos a ello y seremos más exitosos en nuestros actos. En el estudio, realizado por la Universidad de Harvard, se eligieron a algunos niños de una clase, al azar, y se les dijo que tenían más inteligencia que la media. Éstos mismos niños tuvieron un mayor rendimiento tanto en clase como en pruebas de inteligencia.
Entre las distintas situaciones que podemos padecer y que minan nuestra felicidad, relacionadas todas con las expectativas que nos creamos, se encuentran:
- Si no crees en lo que haces, dificilmente podrás llevarlo a cabo. Si, por ejemplo, te sometes a un tratamiento por enfermedad y no piensas que vaya a surtir efecto, es probable que no lo surta.
- Lo que se conoce como ''poner la tirita antes que la herida": anticiparnos a desgracias hará que, si ocurren, seamos menos prácticos a la hora de afrontarlas.
- Si enfocamos todas nuestras ilusiones en un proyecto futuro y éstas se truncan por un suceso inesperado. No es que tengamos que estar pendientes del fracaso, sino de planificar teniendo en mente todas las probabilidades. Por ejemplo, un viaje se puede truncar por una enfermedad.
- Si piensas que algo va a ir mal, seguramente vaya mal.
Aunque parezca una tontería y un cliché, nada nos hace más felices que estar concentrados en el momento presente. Ponte a ello ahora mismo, ahora que sabes lo que nos provoca infelicidad. El presente es ahora.
