Puede que por fin sepamos cuál es la causa de los "dedos COVID".
Una misteriosa afección conocida como "dedos de COVID" puede tener por fin una explicación.
Resulta que las erupciones parecidas a la congelación que aparecen en los dedos de los pies de una persona después de contraer COVID-19 pueden ser un signo de una respuesta inmunitaria desbocada en la que el cuerpo ataca sus propios tejidos, según un nuevo estudio.
Los casos de dedos de los pies con COVID empezaron a aparecer en los primeros días de la pandemia y, en aquel momento, los científicos tenían algunas ideas de por qué se manifestaba la afección, según informó anteriormente Live Science. Por ejemplo, algunos dermatólogos sugirieron que las reveladoras llagas y protuberancias en la piel, conocidas como pernio o sabañones, estaban causadas por la inflamación; otros pensaron que podrían ser el resultado de pequeños coágulos de sangre en los dedos de los pies.
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Otras enfermedades víricas, como el sarampión, pueden provocar erupciones cutáneas, por lo que no era necesariamente sorprendente que la COVID-19 también pudiera hacerlo. Pero ahora, los resultados de un nuevo estudio, publicado el 5 de octubre en la revista British Journal of Dermatology, apuntan a la razón por la que las pápulas de color púrpura rojizo aparecen en los dedos de los pies y, a veces, en los de las manos.
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Para el nuevo estudio, el equipo reclutó a 50 pacientes que fueron remitidos al departamento de dermatología del Hospital Saint-Louis de París tras desarrollar por primera vez lesiones similares a las del sabañón; todos los pacientes ingresaron durante abril de 2020, cerca del inicio de la pandemia.
Los investigadores descubrieron que la mayoría de los participantes en el estudio presentaban niveles elevados de autoanticuerpos, proteínas generadas por el sistema inmunitario que atacan inadvertidamente a los propios tejidos del organismo. También encontraron pruebas de que, en comparación con los individuos sanos, los participantes mostraban una actividad desenfrenada de las proteínas llamadas interferones de tipo 1, que activan los genes que combaten los patógenos en las células inmunitarias. Aunque estos interferones ayudan a combatir los virus, las células humanas pueden acabar sufriendo daños colaterales en el proceso.
Los participantes en el estudio también mostraron signos de que el revestimiento de sus vasos sanguíneos se había dañado, lo que también puede haber contribuido a la aparición de las erupciones púrpuras en los dedos de los pies, señalaron los autores.
Estos resultados coinciden con los de un estudio muy pequeño publicado en 2020 en la revista Dermatopathology, según informó The New York Times. El estudio sólo incluía a tres pacientes, pero insinuaba que el trío desarrolló erupciones en los dedos del pie debido a una fuerte respuesta inmunitaria impulsada por el interferón. Esta respuesta inmune ardiente podría ayudar a alejar el coronavirus, pero también podría haber dado lugar a las erupciones persistentes, sugirieron los autores en su informe.
En el momento del estudio, casi el 60% de los pacientes mostraban síntomas compatibles con el COVID-19 leve, como pérdida de olfato o tos, pero todos dieron negativo para el virus en una prueba de PCR. En general, los dedos del pie de la COVID suelen aparecer entre una y cuatro semanas después de que una persona contraiga el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, y las erupciones a veces pueden persistir durante meses, informó The Guardian. Por lo tanto, no es sorprendente que alguien dé negativo en la prueba de COVID-19 a pesar de tener erupciones relacionadas con el COVID en los pies, teniendo en cuenta que las erupciones podrían surgir después de que el virus haya sido eliminado de su sistema.
(Para contextualizar, los tres participantes en el estudio de Dermatopatología 2020 también dieron negativo en la prueba de COVID-19 en el momento de la investigación).
Además del coronavirus, otros desencadenantes de los sabañones son enfermedades como el lupus, que ninguno de los participantes en el estudio padecía, y la exposición al frío, que sería poco probable en primavera, señalaron los autores en su informe. Dado que los casos de sarpullidos parecidos a los sabañones fluyeron con las oleadas de COVID-19 en 2020, en general, los indicios disponibles sugieren que los sarpullidos de sus pacientes estaban relacionados con la infección por COVID-19, escribieron los autores en su informe.
El equipo recogió muestras de sangre y biopsias de piel de los pacientes y las examinó en busca de diversos signos de activación del sistema inmunitario. También compararon estas muestras con las obtenidas de individuos sanos y de personas que experimentaron sabañones estacionales, causados por el frío, antes de la pandemia.
Encontraron un solapamiento significativo en los resultados de los presuntos pacientes con COVID-toe y los pacientes con sabañones estacionales, en el sentido de que ambos portaban autoanticuerpos y mostraban signos de una mayor actividad del interferón de tipo I. Este hallazgo sugiere que las afecciones surgen del mecanismo común de una respuesta inmunitaria desbocada, aunque la propia respuesta inmunitaria se desencadena por un desencadenante diferente en cada escenario, escribieron los autores.
El Dr. Ivan Bristow, podólogo, dijo a The Guardian que, para la mayoría de las personas, los dedos de los pies con COVID acaban por desaparecer por sí solos, sin necesidad de medicación. No obstante, el nuevo estudio podría orientar hacia tratamientos útiles a aquellas personas cuyas erupciones tardan en curarse. Por ejemplo, según los resultados del estudio, los agentes antiinflamatorios locales o sistémicos, como los esteroides, pueden ser eficaces en el tratamiento de los dedos de los pies con COVID, informó The New York Times.