Psoriasis y enfermedad hepática

Algunas pruebas sugieren un mayor riesgo de enfermedad hepática con la psoriasis. Ciertos tratamientos de la psoriasis pueden causar toxicidad hepática, pero ambas afecciones comparten también factores de riesgo comunes, lo que podría explicar la conexión.

Los investigadores desconocen la razón exacta por la que la psoriasis parece afectar a la función hepática de algunas personas.

El aumento de las enzimas hepáticas puede ser un efecto secundario de los fármacos utilizados para tratar la psoriasis. Ciertas enfermedades hepáticas también pueden tener las mismas vías inflamatorias en el organismo que la psoriasis.

Mientras que la psoriasis suele presentar síntomas visibles, la enfermedad hepática puede ser más difícil de detectar sin análisis de sangre e imágenes. Si le han diagnosticado psoriasis, es posible que su médico quiera vigilar de cerca su función hepática después de recetarle ciertos medicamentos.

¿Qué relación existe entre la psoriasis y las enfermedades hepáticas?

Los enfermos de psoriasis pueden ser más propensos a padecer muchas enfermedades hepáticas, entre ellas:

  • enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA)
  • cirrosis
  • hepatitis autoinmune
  • colangitis (inflamación del conducto biliar)

En un gran estudio de 2017, los investigadores encontraron que el riesgo de cualquier enfermedad hepática era un 37% mayor para alguien con psoriasis en comparación con alguien que no tenía la enfermedad. Ese riesgo aumentó al 97% más alto para las personas que usaban tratamiento sistémico.

La cirrosis y el HGNA fueron los que más se relacionaron con la psoriasis.

Estos resultados concuerdan con los de un estudio realizado en 2022, en el que los investigadores observaron que casi el 33% de los participantes que padecían psoriasis también padecían HGNA, en comparación con el 27% de los que no padecían psoriasis.

¿Por qué están relacionados?

Las razones de esta relación no se conocen del todo, pero existen algunas posibilidades:

  • La psoriasis puede liberar proteínas inflamatorias en el organismo, lo que provoca resistencia a la insulina en el hígado. Esto también provoca la inflamación del hígado, que a su vez causa la inflamación de la piel.
  • Ciertos medicamentos utilizados para tratar la psoriasis pueden causar problemas hepáticos porque aumentan los niveles de enzimas hepáticas. Entre ellos se encuentran el metotrexato, la ciclosporina y la acitretina.
  • Una persona con psoriasis puede tener factores de riesgo que también aumenten su riesgo de enfermedad hepática, como riesgos genéticos, mayor consumo de alcohol, obesidad y síndrome metabólico.

¿Cómo se diagnostican ambas enfermedades?

Aunque primero puede comentar los síntomas con un médico de familia, es probable que éste le remita a uno o más especialistas para el diagnóstico y tratamiento de la psoriasis y la enfermedad hepática.

Enfermedad hepática

Los hepatólogos o gastroenterólogos son los tipos de especialistas que pueden diagnosticar una enfermedad hepática. En muchos tipos de enfermedad hepática, como la NAFLD, es posible que no sienta ningún síntoma. Si los tiene, pueden ser:

  • fatiga
  • molestias o dolor en el abdomen, sobre todo en la parte superior derecha

Para diagnosticar una enfermedad hepática, el médico realizará un examen físico y algunas pruebas. Según la Fundación Americana del Hígado, éstas pueden incluir:

  • Pruebas de enzimas hepáticas: Estos análisis de sangre miden diversos niveles de enzimas, que pueden indicar a los médicos si tiene algún daño hepático. Algunas enzimas hepáticas frecuentes son la alanina transaminasa (ALT), la aspartato transaminasa (AST) y la gamma-glutamil transpeptidasa (GGT).
  • Pruebas de proteínas hepáticas: Estos análisis de sangre miden determinadas proteínas producidas en el hígado, como la albúmina y la globulina. Los análisis pueden mostrar el funcionamiento del hígado.
  • Análisis de bilirrubina: Estos análisis de sangre miden la bilirrubina, una enzima que se procesa en el hígado. Unos niveles elevados de bilirrubina en sangre pueden indicar que el hígado está dañado.
  • Elastografía transitoria: Se trata de una prueba ecográfica especial que mide la rigidez del hígado, lo que indica la presencia de cicatrices (fibrosis).
  • Elastografía por resonancia magnética (ERM): Esta prueba de imagen combina la ecografía o la resonancia magnética con un dispositivo que envía pulsos de ondas a través del hígado para medir la rigidez.

El médico también puede cortar una pequeña muestra del hígado para realizar más pruebas. Esto se denomina biopsia. Por lo general, la biopsia sólo se recomienda si otras pruebas indican una enfermedad hepática avanzada o si es necesaria para descartar un cáncer u otras afecciones.

Psoriasis

Si no ha recibido un diagnóstico oficial de su enfermedad cutánea, un dermatólogo suele ser el tipo de médico que diagnostica la psoriasis. Le examinará la piel para detectar síntomas como:

  • manchas de piel gruesa y con picor
  • piel con escamas plateadas, blanco-grisáceas
  • piel con picor, seca, agrietada o sangrante
  • engrosamiento, hoyos o crestas en las uñas

El médico también le preguntará por su historial médico y otros síntomas, como:

  • dolor, hinchazón o rigidez en las articulaciones
  • parientes cercanos con psoriasis
  • enfermedades recientes o acontecimientos vitales estresantes

En algunos casos, pueden hacer una biopsia de la piel. Esto puede confirmar si usted tiene psoriasis y no otra afección cutánea.

¿Cómo se pueden tratar ambas?

El tratamiento depende del tipo de enfermedad hepática que padezca y de la gravedad de los síntomas de la psoriasis.

En el caso de la HGNA, el tratamiento principal es el control del peso. Si padece cirrosis, su médico puede recomendarle medicamentos o cirugía para tratar las complicaciones. En caso de insuficiencia hepática, puede ser beneficioso un trasplante de hígado.

La psoriasis suele tratarse con medicamentos tópicos y sistémicos, así como con fototerapia.

Las directrices médicas para el tratamiento de la psoriasis recomiendan una estrecha vigilancia si se toman fármacos sistémicos, como el metotrexato, ya que esto puede suponer un mayor riesgo de toxicidad hepática.

Si su tratamiento para la psoriasis afecta a la función hepática, su médico puede recomendarle una terapia diferente.

Se sabe que ambas afecciones se benefician de lo siguiente:

  • mantener un peso saludable
  • evitar fumar
  • evitar el consumo de alcohol
  • seguir una dieta nutritiva baja en grasas saturadas y azúcares añadidos
  • mantenerse físicamente activo

Para llevar

Las personas con psoriasis pueden correr un mayor riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas. Ambas enfermedades pueden tener causas similares, como la inflamación sistémica.

La enfermedad hepática también es un posible efecto secundario de algunos medicamentos para la psoriasis.

Su equipo médico puede vigilarle por si se producen cambios en la función hepática después de prescribirle ciertos tratamientos para la psoriasis, si le exponen a un mayor riesgo de toxicidad hepática.

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