¿Por qué tenemos cerumen?
Te quitas los auriculares y te encuentras con una imagen familiar, aunque desagradable: el cerumen. Parece que lo único que hace es ensuciar los audífonos, taponar los oídos, causar molestias y, en casos graves, obstruir la audición. Pero, ¿podría esta molestia pegajosa servir para algo?
La ciencia nos dice que la mugre que limpias de tus auriculares es en realidad importante para la salud de tus oídos, y que puedes hacerte daño sin querer si intentas extraerla.
El cerumen está compuesto por células muertas de la piel mezcladas con secreciones de las glándulas sebáceas y sudoríparas del oído. Las células de la piel del conducto auditivo externo se originan en el centro del tímpano y luego migran hacia la entrada del oído, donde se encuentran con una mezcla de aceites llamada sebo que hidrata la piel. Secretado por las llamadas glándulas sebáceas unidas a los folículos pilosos, el sebo se mezcla con las secreciones de las glándulas sudoríparas y las células cutáneas desprendidas para formar el cerumen.
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"Su finalidad es lubricar la piel del conducto auditivo para atrapar la suciedad y el polvo, del mismo modo que la mucosidad de la nariz", explica a Live Science Kevin Munro, profesor de audiología de la Universidad de Manchester (Reino Unido).
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Las glándulas sebáceas y sudoríparas también segregan proteínas antimicrobianas que protegen el oído de infecciones bacterianas y fúngicas.
"El conducto auditivo es como un túnel o una cueva", explica Munro. "Puede calentarse y humedecerse, y es un entorno agradable para que crezcan las bacterias". Se ha demostrado que el cerumen extraído en placas de laboratorio dificulta el crecimiento de patógenos comunes del oído, como el hongo Candida albicans y las bacterias Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus. Esto puede deberse a la naturaleza ligeramente ácida del cerumen -cuyo pH oscila entre 5,2 y 7,0- y a las proteínas inmunitarias que contiene, entre ellas anticuerpos que se adhieren a los invasores extraños y lisozima, una enzima que descompone las paredes celulares de algunas bacterias.
Dada la función útil del cerumen, se debe evitar eliminar esta sustancia pegajosa si no causa ningún problema. El Dr. Satoshi Hara, otorrinolaringólogo y profesor asociado de la Universidad de Juntendo (Japón), explicó a Live Science en un correo electrónico que se debe buscar atención médica si la acumulación de cerumen empieza a causar dolor, obstrucciones o dificultades auditivas.
La molesta acumulación de cerumen es más frecuente en personas mayores de 60 años, ya que con la edad la cera migra fuera del oído más lentamente y se produce una mayor cantidad, explica Munro. Además de estos cambios relacionados con la edad, el uso de auriculares, tapones o audífonos que bloquean la salida del cerumen también puede provocar la acumulación.
Munro advierte que no se debe intentar eliminar el cerumen con bastoncillos de algodón, ya que éstos empujan la cera hacia el interior del oído y pueden dañar el tímpano. Las velas de oído, otro remedio casero desaconsejable, consisten en colocar una vela hueca encendida en posición vertical en el oído mientras la persona está tumbada de lado. La vela humeante supuestamente aspira el aire y el cerumen del oído, pero no hay pruebas de que la vela genere realmente un vacío, y podría provocar quemaduras.
Un médico o farmacéutico puede eliminar el cerumen con seguridad utilizando un dispositivo de microaspiración o enjuagándolo con un irrigador electrónico que expulsa agua al oído a baja presión. Los médicos suelen evitar el uso de jeringuillas para limpiar el oído, ya que esta técnica ha perforado tímpanos en el pasado al expulsar agua a alta presión sobre el tejido.
Los pacientes pueden prepararse para su cita de eliminación de cerumen añadiendo gotas de tratamiento previo, como peróxido de carbamida o aceite de oliva de grado médico, a sus oídos durante varios días de antemano para ablandar la cera, dijo Munro.
Este artículo sólo tiene fines informativos y no pretende ofrecer consejos médicos.
