¿Por qué si estoy a dieta no adelgazo?

"Estoy a dieta y no adelgazo". No estás solo, este problema es más común del que imaginas. ¿Por qué ocurre?

Si tú también estás pasando por esto, debes saber que no eres el único. Muchas personas comienzan una dieta y, por mucho que se esfuerzan y pasan hambre, no consiguen adelgazar todo lo que esperaban. A veces, ni siquiera unos gramos. ¿Por qué ocurre esto? Lo más lógico es que haya algo que esté fallando en nuestra dieta aunque no seamos conscientes de ellos. Estas son algunas cosas que puedes estar haciendo mal si estás a dieta y no adelgazas.

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Tomas más calorías de las que crees. Si comes una ensalada a diario seguramente pienses que deberías estar perdiendo un montón de peso pero... ¿qué le pones a la ensalada? A veces las salsas, aceitunas u otros productos de nuestra ensalada tiene más calorías de las que creemos. No todo lo que esté en un bol con lechuga adelgaza.

Tu dieta es muy restrictiva. Las dietas demasiado restrictivas no solo son imposibles de mantener por mucho tiempo si no que afectan a tu metabolismo. Tu cuerpo se acostumbrará a guardar la grasa en vez de quemarla por una cuestión de supervivencia. Además, estas dietas te hacen pasar tanta hambre, que corres el riesgo de darte un atracón el día menos pensado.

Duermes mal. Aunque no lo creas, descansar bien es importante para tu dieta, ya que la falta de sueño también perjudica el metabolismo.

Comes más de lo que quemas. Esta es la norma más básica de todas. Si queremos perder peso, debemos quemar más calorías de las que comemos. Esto quiere decir que si comes poco y no pierdes peso, quizás no estés haciendo el ejercicio suficiente. O que si vas cada día al gimnasio y tampoco adelgazas, puede que te estés pasando por la comida.

Tienes alguna enfermedad. Este caso es el menos probable de todos, ya que lo más común es que estés cometiendo alguno de los errores anteriores sin darte cuenta. Pero si aún después de corregirlos sigues sintiendo que estás a dieta y no adelgazas, visita a tu médico para asegurarte de que no tienes alguna enfermedad que te esté impidiendo adelgazar.