Por qué llevar la compra, cortar el césped, perseguir a los niños y subir las escaleras cuentan como ejercicio

Si últimamente no le das importancia a tus sentadillas, no eres el único. Junto con el sarcasmo y las colas, parece que los británicos somos expertos en saltarnos los entrenamientos. Una encuesta encargada por el organismo de salud ukactive llegó a la conclusión de que pasamos el doble de tiempo preparando té que haciendo ejercicio, mientras que en otra investigación realizada por Nuffield Health, uno de cada seis declaró no haber hecho nada de ejercicio en el último año.

Pero la realidad podría no ser tan sombría como sugieren las estadísticas. La mayoría de la gente tiene una idea errónea de lo que constituye el ejercicio, ya que lo considera actividades que se realizan únicamente para ponerse en forma o quemar grasa, pero no es así", afirma Adam Byrne, director clínico de fitness de Nuffield Health en Wimbledon (Londres). Llevar las bolsas de la compra, cortar el césped, perseguir a los niños, subir las escaleras... todo eso entra dentro de la categoría de "actividad moderada", de la que sólo se necesitan 150 minutos a la semana.

Si su objetivo es perder peso, Steve, este tipo de movimiento -que suele denominarse "termogénesis de la actividad sin ejercicio" o NEAT, por sus siglas en inglés- tiene más impacto del que cree: la mayoría de las estimaciones sugieren que la NEAT contribuye entre el 15% y el 30% de la quema diaria de calorías, en comparación con el 5% al 15% del ejercicio programado.

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Pero no todo son calorías. El NHS también aconseja trabajar la fuerza dos veces por semana. Y esto no significa sólo "hacer sentadillas y levantar peso, aunque eso está muy bien", dice Byrne: "Desde el rugby y el remo hasta el trabajo en una obra de construcción y, hasta cierto punto, el yoga, todas ellas son formas de entrenamiento de fuerza".

La intensidad es importante, al igual que la duración. Si toda tu actividad se sitúa en la franja "moderada" (frecuencia cardiaca y temperatura corporal ligeramente elevadas, respiración más rápida), tu resistencia mejorará, pero tu capacidad anaeróbica, es decir, tu capacidad para realizar movimientos rápidos con el máximo esfuerzo, no aumentará tanto como para mantener una conversación cómodamente, o para cargar un pesado saco de abono hasta el otro lado del jardín. Si tu rutina diaria no te exige tanto, quizá deberías replantearte renovar la suscripción al gimnasio.