Los científicos demuestran que el alcohol hace que nuestro cuerpo envejezca más rápido
Se puede afirmar que los ingleses disfrutan tomando una copa, ya que casi la mitad (48%) toma un trago al menos una vez a la semana.
Pero los bebedores empedernidos tienen algo más que un día arruinado por la ansiedad, los antojos de carbohidratos y el dolor de cabeza: científicos de la Universidad de Oxford han descubierto recientemente pruebas de que la bebida acelera el proceso de envejecimiento del cuerpo a nivel celular.
Los científicos recopilaron datos genéticos y sanitarios de 245.000 británicos a través del Biobanco del Reino Unido, dividiendo a los participantes por sexos. La edad media de los participantes era de 57 años, y la mayoría eran bebedores habituales: sólo el 3% de ellos declaró no haber consumido nunca alcohol.
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Buscaron marcadores genéticos comunes en los participantes que se habían relacionado con el consumo de alcohol y los trastornos en el pasado y encontraron una asociación significativa entre un alto consumo de alcohol y una menor longitud de los telómeros.
Historia relacionadaLos telómeros son pequeñas tapas biológicas en los extremos de los cromosomas que tienen como único objetivo proteger el ADN de nuestros cromosomas para que no se dañe. Estos tapones cambian de forma natural con el paso del tiempo y se acortan a medida que envejecemos. El acortamiento hace que nuestro ADN se dañe, lo que conlleva el riesgo de desarrollar enfermedades como el Alzheimer y las cardiopatías, especialmente en nuestros últimos años.
Tener los telómeros más largos también se ha relacionado con parecer más joven.
Los participantes que bebían unos 10 vasos grandes de vino a la semana -29 unidades de alcohol- presentaban unos telómeros uno o dos años más largos que los participantes que bebían unos 2 vasos grandes de vino -menos de 6 unidades de alcohol-.
Los científicos también descubrieron que los participantes diagnosticados con un trastorno por consumo de alcohol, más propensos a ser grandes bebedores en comparación, tenían también telómeros significativamente más cortos. Los telómeros más cortos equivalían a entre 3 y 6 años de envejecimiento biológico.
Aunque no estamos seguros de cómo el consumo de alcohol acorta los telómeros, los investigadores del estudio sugieren que puede deberse al aumento del estrés oxidativo y la inflamación que sufre nuestro cuerpo al procesar el alcohol.
La relación entre los telómeros más cortos y la ingesta de alcohol sólo se asoció a los participantes que bebían más de 17 unidades de alcohol a la semana -algo más de 5 vasos de vino-, lo que sugiere que las personas que beben menos de esta cantidad no corren el riesgo de acortar los telómeros.
La ingesta de alcohol recomendada por el NHS es de 14 unidades a la semana, lo que está ligeramente por debajo de las unidades que se encontraron como efecto en este estudio.
'Los telómeros más cortos equivalían a 3-6 años de envejecimiento biológico'
La experta en fitness, bienestar y nutrición Penny Weston no considera sorprendentes estos resultados. Llevamos mucho tiempo sabiendo los efectos negativos que tiene el alcohol en el cuerpo y la mente por muchas razones. El alcohol tiene muchos efectos secundarios negativos. A corto plazo, puede provocar deshidratación, mareos y alterar el estado de ánimo y la libido, además de afectar a nuestro aspecto físico".
¿Y los efectos a largo plazo? Según Weston, "físicamente puede afectar al estado de ánimo, al apetito, al peso y a la libido, además de provocar un pico en los niveles de insulina, como los que provoca una mala alimentación". La mayor parte del alcohol también tiene un alto contenido de azúcar y, al igual que los alimentos que se consumen pueden afectar al estado de ánimo, la memoria y el comportamiento, lo mismo ocurre con el alcohol.
Para gozar de una salud óptima, yo recomendaría una dieta baja en alcohol y alta en agua, así como alimentos que favorezcan la función cognitiva, como los arándanos, el brócoli, la col rizada, las espinacas y la rúcula, así como el pescado graso, que aporta ácidos grasos omega-3 que el cerebro utiliza para construir células nerviosas", explica Penny.