La pirámide nutricional ha cambiado
La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) realiza una serie de recomendaciones en base a la nueva pirámide nutricional con un enfoque centrado no solamente en los alimentos, sino que tiene en cuenta implicaciones emocionales, el estilo de vida, las relaciones o las situaciones económicas, tan importantes y relacionadas con los hábitos alimenticios.
En primer lugar, requiere una actividad física diaria moderada de unos sesenta minutos, o en su defecto caminar diez mil. Este hábito reduce el riesgo de mortalidad y de enfermedades cardiovasculares.
También se hace alusión al equilibrio emocional: hay una fuerte relación entre obesidad y comer para reducir el efecto negativo que produce una emoción.
El balance energético es otra de las claves cuando se trata de tener estilos saludables. Es importante adecuar el ejercicio físico realizado a nuestra alimentación, y viceversa.
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A la hora de cocinar, lo más aconsejable es utilizar métodos que aporten un menor número de calorías a los platos: vapor, horno, plancha o salteados.
La hidratación se tiene en cuenta como otro de los pilares fundamentales. La cantidad diaria recomendada, que se establece en 2,5 litros para los hombres y en 2 litros para las mujeres, se debe aumentar si hace más calor, si se realiza deporte o por enfermedades que requieran de un mayor consumo de agua. Esta ingesta de líquido la podemos alcanzar a través de infusiones, zumos naturales, etc.
Una novedad es que se integra la castaña, alimento rico en hidratos de carbono y en agua que no resulta tan calórico como otros frutos secos.
Por otro lado, el aceite de oliva virgen extra resulta ser la grasa elegida para cocinar y condimentar nuestros platos, ya que ayuda a mejorar el perfil lipídico y la salud cardiovascular, pero siempre moderando la cantidad y no superando los 30 ml diarios.
Las frutas y verduras de temporada son una fuente de nutrientes imprescindibles para mantener un buen estado de salud.
Como principales alimentos que aportan proteínas, se pueden consumir huevos, pescado, carnes magras o legumbres, entre otros.
En el tercer y último nivel se encuentran alimentos y bebidas que, en el caso de tomarse, debe ser de manera ocasional y que no suponga una rutina en nuestros hábitos alimentarios: evita los excesos de azúcar, sal o las grasas untables (mantequilla), así como carnes rojas y procesadas.
Otra de las novedades es la incorporación de la posibilidad de tomar suplementos nutricionales para diferentes necesidades, siempre y cuando venga recomendado por un especialista sanitario.