La increíble historia de la atleta que se desploma cada vez que acaba una carrera
Kayla Montgomery jugaba al fútbol hasta los 14 años, edad a la que se decantó por el atletismo. Ya sabe lo que es ser más rápida que todas sus competidoras y conoce la sensación de cruzar la meta a la primera, aunque mientras lo hacía no sintiera las piernas. Kayla tiene esclerosis múltiple.
Esta joven de Carolina del Norte jugó al fútbol hasta los 14 años, cuando los médicos le diagnosticaron esclerosis múltiple, una enfermedad que afecta directamente a las células nerviosas y para la que, a día de hoy, no se ha descubierto una cura.
Tras un tiempo de asimilación, Kayla decidió no rendirse. La medicación consiguió que recuperase la sensibilidad de las piernas, lo que la espoleó para practicar un nuevo deporte: el atletismo.
Una mujer se desmayaba cada vez que intentaba ponerse de pie. Un nuevo implante le permite caminar.
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Kayla puede recorrer largas distancias, siempre acompañada de su entrenador, Patrick Cromwell, pero a medida que la temperatura de su cuerpo crece, su sensibilidad en las extremidades inferiores se reduce hasta desaparecer. Esto le permite participar en competiciones, aunque corre por inercia y cada vez que llega a la meta, su entrenador debe estar allí para evitar que se desplome. Sus piernas no responden después del esfuerzo. Para volver a recuperar la sensibilidad, Kayla necesita agua y hielo para volver a bajar la temperatura.
La joven lleva a sí cuatro años y seguirá hasta que sus piernas se lo permitan.