Joe Wicks El entranador del cuerpo admite que es adicto a su teléfono.
¿Estás leyendo esto en tu teléfono? ¿Quizás en una reunión o mientras ves la televisión? ¿Quizás estabas haciendo otra cosa y no estás seguro de cómo has acabado aquí? Joe Wicks tiene algo que decir al respecto.
El profesor de educación física favorito de la nación se ha pronunciado hoy en Instagram sobre un tema conocido por muchos de nosotros, pero poco discutido: la adicción al teléfono.
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"Soy adicta a mi teléfono", afirma Wicks, "hace poco me tomé 5 días sin redes sociales y me alejé de mi teléfono todo lo posible para conectar realmente con los niños. No fue fácil desconectar, pero me abrió los ojos a lo mucho que lucho con ello a diario".
El crudo y apasionado post pone de manifiesto las dificultades de Wicks y la forma en que los teléfonos se inmiscuyen en nuestra vida cotidiana: "Soy incapaz de mantenerme concentrado en una sola tarea sin distraerme con mi teléfono. Mi cerebro busca constantemente alguna otra forma de distracción y estimulación, y el 100% de las veces proviene de que coja el teléfono".
El teléfono es la fuente de distracción para mi cerebro, pero también la fuente de casi todas las emociones negativas que siento en un día. La ira, la frustración, la impaciencia con los niños, la intolerancia, el estrés, las inseguridades, la ansiedad, todo ello suele provenir de mirar el teléfono".
Con 4,3 millones de seguidores en Instagram, las redes sociales han sido una fuerza poderosa para establecer la carrera de Wicks. Pero, admite, ha tenido un gran impacto en su mente y en su capacidad de estar presente.
"Me he dado cuenta de que veo el mundo a través de la lente de los contenidos de las redes sociales. Con una necesidad constante de grabar, conservar y compartir todo. Esto [sic] afecta a mi capacidad para sentirme realmente presente en el momento y apreciar lo que tengo delante".
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También habla de la presión constante para responder a las miles de comunicaciones que recibe cada día, y de la sensación de fracaso que siente ante esta tarea imposible.
"Tengo el impulso y la obsesión de responder al instante a los constantes DMs que recibo, a los correos electrónicos y WhatsApps de todo el mundo a cualquier hora del día o de la noche. En mi mente nada puede esperar... Incluso después de un día de responder nunca siento que he hecho lo suficiente porque no puedo responder a todos".
También es sincero sobre su justificación del uso del teléfono: "Justifico el uso de mi teléfono para el trabajo, pero en realidad, probablemente soy un 30% productivo con él y realmente ayudo a mi comunidad y el 70% del tiempo sólo estoy consumiendo contenido sin sentido, distrayéndome, activándome y molestándome, desplazándome eternamente y simplemente evitando otra cosa".
Wicks dijo que su desintoxicación del teléfono durante cinco días le hizo darse cuenta de lo mucho que tienen que trabajar sus hijos para llamar su atención "y de cuántos momentos me he perdido por el uso de mi teléfono... Me veo atrapado en este bucle infinito en el que estoy constantemente cogiendo mi teléfono y refrescando mis noticias en todos mis canales sin pensar".
Aunque sepa en secreto que su uso del teléfono roza lo insano, es probable que esconda esta incómoda verdad bajo la alfombra. La franqueza de Wicks sobre el tema y su impacto en la vida diaria ha dado claramente en el blanco, con cientos de miles de comentarios que coinciden fervientemente en que se trata de un problema.
"Hay una adicción física y emocional a nuestros teléfonos que creo que todos estamos experimentando hasta y en la medida de lo posible", dijo. "Es algo que tenemos que controlar. Se trata de aprender a desprenderse del teléfono. Poner límites y recuperar algunas horas del día en las que se aparta el teléfono".
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