Esta chica cuenta el infierno que vivió siendo vigoréxica
Una joven ha contado en su blog el infierno que vivió sufriendo vigoréxica y cómo consiguió salir de la enfermedad.
Recurrir al deporte para moldear tu cuerpo y sentirte más en forma es algo totalmente recomendable. El problema viene cuando, como puede ocurrir con otras aficiones, nos obsesionamos con ello y empieza a afectar a la forma en la que nos vemos a nosotros mismos. Esto es lo que le ocurrió a Madelyn Moon, una joven de Colorado que comenzó a hacer deporte y dieta para tener “el cuerpo de sus sueños”.
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Buscando ese cuerpo perfecto, Madelyn comenzó a obsesionarse con el deporte. “Me levantaba temprano cada mañana para hacer ejercicios dos veces al día, comía solo pollo, claras de huevo, harina de avena, mantequilla de maní, brócoli y proteína en polvo”. Comenzó a prepararse para competir y nunca se veía suficientemente bien para ello. El estrés que esto le provocó hizo que perdiera la regla, y el tiempo que dedicaba a entrenar le hizo perder sus amistades y alejarse de la familia.
Su dismorfia corporal –un trastorno que hace que veas defectos físicos en tu cuerpo y que te obsesiones con ellos–, la llevó a tener miedo a que la grasa apareciera en su cuerpo. Con esfuerzo, llegó a conseguir solo un 6,5% de grasa corporal. Pero seguía sin gustarle su apariencia física.
Ahora, tres años después, Madelyn tiene 25 años y ha decidido que no quiere seguir así para siempre. Ha decidido poner fin a esta vida y empezar a cuidarse. Para ayudar a otras personas a no caer en su mismo problema, la joven se ha animado a escribir un blog donde cuenta por lo que ha pasado y cuál es su vida actualmente tras empezar a recuperarse de la vigorexia. “Mi consejo a las mujeres jóvenes que luchan con su autoestima es olvidar la imagen que dan los medios, dejar estos modelos y cambiar la actitud. Averiguar quién es uno”, acoseja Madelyn en su blog.