¿Es mejor hacer ejercicio en la naturaleza que dentro de casa?

Según algunos investigadores, hacer ejercicio en la naturaleza podría ser mejor para nosotros que hacerlo en espacios cerrados. Sin embargo, un metaanálisis reciente indica que el jurado aún no ha decidido.

Todo el mundo sabe que, para mantenernos sanos, tenemos que ponernos la ropa de deporte y hacer ejercicio con regularidad. Pero, ¿te has planteado alguna vez qué impacto puede tener tu entorno en la eficacia de tu entrenamiento? Pues bien, un par de investigadores estadounidenses han recopilado los resultados de los estudios existentes sobre el tema y han llegado a la conclusión de que, aunque hacer ejercicio en la naturaleza puede ofrecer algunas ventajas tangibles frente al ejercicio en interiores, aún quedan algunas preguntas por responder.

Este meta-análisis, Maddock & Frumkin (2024), fue publicado recientemente en el American Journal of Lifestyle Medicine, y está disponible para su lectura gratuita en línea. Por ahora, sin embargo, he elaborado un resumen de los puntos principales.

¿Es mejor hacer ejercicio en la naturaleza que dentro de casa?

¿Cuáles son los beneficios de hacer ejercicio en la naturaleza?

La investigación previa destaca varios. Por ejemplo, en múltiples conjuntos de datos, hay pruebas que sugieren que la actividad física en entornos naturales (a los que me referiré como PANS a partir de ahora) puede mejorar la función cognitiva y las interacciones sociales, en mayor medida que si se hace ejercicio en interiores o en un entorno urbano "pobre en naturaleza".

Por ejemplo, Bailey et al. (2018) observaron que los voluntarios que caminaban por un sendero natural obtuvieron mejores resultados que sus compañeros en evaluaciones cognitivas sencillas, como el test de Stroop, e incluso mostraron un estado mental más "meditativo" cuando se les conectó a un electroencefalograma. Por su parte, Rogerson et al. (2016) afirmaron que los voluntarios que realizaban PANS disfrutaban de interacciones sociales de mayor calidad en comparación con los voluntarios que hacían ejercicio en interiores.

Sin embargo, Maddock y Frumkin señalan que muchas de las investigaciones publicadas que llegan a estas conclusiones se basan en conjuntos de datos pequeños y a corto plazo, y evaluadores independientes han destacado la probabilidad -consciente o no- de sesgo a favor del ejercicio en la naturaleza. Por ello, los autores de este metaanálisis han pedido que se recopile una nueva oleada de datos a largo plazo, idealmente a lo largo de un año o más. De este modo, suponiendo que la metodología resista el escrutinio, la industria de la salud y el ejercicio físico dispondrá de un conjunto de resultados mucho más definitivo en el que basar sus programas de asesoramiento y compromiso.

¿Puede afectar el PANS a mi rendimiento físico?

Ya hemos hablado del aspecto mental, pero quizá se pregunte si el entorno también puede afectar al rendimiento físico. Maddock y Frumkin no hacen referencia directa a ello en su trabajo -de hecho, el nivel de esfuerzo era una de sus variables controladas-, pero yo sugeriría que es probable que la respuesta cambie en función de cada caso.

Por ejemplo, si te centras en el entrenamiento de fuerza, es probable que un gimnasio cubierto, público o privado, bien equipado sea más propicio para el éxito a la hora de ganar músculo en serio (aunque también es posible conseguir grandes resultados al aire libre). Sin embargo, gran parte de la diferencia en tu rendimiento físico vendrá de factores de personalidad, más que de algo externo. Si te intimida el ambiente de un gimnasio público cubierto y no tienes espacio para un equipo de gimnasio en casa, es posible que obtengas mejores resultados con el contraste de la apertura de los PANS.

Del mismo modo, si te centras en el cardio pero te aburres en la cinta de correr, una carrera al aire libre visual y/o socialmente estimulante puede animarte a hacer ejercicio durante distancias más largas, mejorando así tu rendimiento. En última instancia, todo se reduce a la comodidad mental. Si te sientes bien en el entorno que te rodea, es probable que te esfuerces más en tus entrenamientos durante más tiempo y de forma más constante.

¿Es mejor hacer ejercicio en la naturaleza que dentro de casa?

Obstáculos para hacer ejercicio en la naturaleza y cómo superarlos

Es importante señalar que varias personas pueden encontrarse con obstáculos que les impidan participar en PANS. Maddock y Frumkin lo explican con detalle, pero los puntos más destacados de sus conclusiones generales son los siguientes:

En primer lugar, está la simple cuestión del acceso. En su artículo, Maddock y Frumkin señalan que el 97,3% de los habitantes de Illinois viven a menos de 800 metros de un parque, pero sólo el 29,0% de los habitantes de Mississippi pueden decir lo mismo. Está claro que la geografía influye mucho, sobre todo si esos espacios verdes son de pago o tienen horarios de apertura específicos. Pero la cosa va más allá.

Ciertos grupos demográficos pueden responder a los espacios verdes de forma diferente. En parte, esto se debe al concepto de seguridad. Las encuestas sugieren que, sobre todo en el caso de las mujeres, las personas mayores y los padres, la asistencia a los parques está estrechamente vinculada a la percepción de la gente sobre la seguridad o la vigilancia de la zona. Además, es probable que las zonas urbanas más pobres tengan menos espacios verdes o de menor calidad que las zonas urbanas más prósperas. En consecuencia, en Occidente, esto puede significar que las poblaciones y enclaves BIPOC se encuentren en una situación de especial desventaja.

Entonces, ¿cómo combatir estos (y otros) problemas? La solución es compleja, pero dos posibles ideas para formar parte de la respuesta incluyen actividades prescriptivas de los profesionales sanitarios y actividades de grupo bien reguladas organizadas por clubes u organizaciones independientes. Incluir las PANS en un contexto clínico sanitario eleva su importancia percibida, mientras que las actividades de grupo deberían ayudar a proporcionar la seguridad en número que buscan las personas de minorías o entornos vulnerables, especialmente si están regidas por una organización grande y conocida. En ese caso, la organización también puede subvencionar los posibles costes que conlleve, dependiendo de la causa.

Conclusión

A estas alturas, debería ser evidente que la relación entre el ejercicio y el medio ambiente es polifacética. Sin embargo, como señalan Maddock y Frumkin, el potencial positivo de PANS es teóricamente muy alto, ya que combina la mejora de la salud física y mental a la vez. Una vez más, se necesitan más investigaciones a largo plazo para demostrar realmente sus fundamentos científicos, pero por ahora, quizá no necesitemos respuestas definitivas. Si te sientes bien haciendo ejercicio en la naturaleza, deberías hacerlo; así de sencillo. Y si es algo que nunca has probado -quizá siempre has sentido curiosidad por ello, buscas más oportunidades sociales o simplemente estás cansado del ajetreo de tu gimnasio local-, quizá sea la señal de que deberías intentarlo.

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