¿Es bueno para la diabetes comer castañas?
Castañas para la diabetes: ¿se deben comer?
Las castañas son el fruto seco más típico de esta época y suelen comerse asadas durante el invierno. Ya hemos hablado en alguna ocasión de lo beneficiosas que pueden resultar para la salud, ya que tienen muchas ventajas como, por ejemplo, ser ricas en fibra. Además, su efecto saciante hace que resulten muy útiles para controlar el apetito cuando estamos a dieta para perder peso.
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Pero ante esta lista de propiedades y beneficios de las castañas, a algunos les surge la duda de si son igualmente beneficiosas para las personas con diabetes o si, por el contrario, no deberían consumirlas. La respuesta es que sí, las personas con diabetes sí pueden comer castañas. La clave está en la cantidad.
Casi la mitad de la composición de las castañas son hidratos de carbono, por lo que la ración recomendada de castañas que pueden consumirse al día es menor para una persona con diabetes que para otra persona que no la tenga. Si lo recomendado es no consumir más de 100 gramos al día, una persona con diabetes debería reducir esta cantidad a la mitad, siendo lo recomendado unos 50 gramos, que equivalen a unas 6 castañas.
En estas 6 castañas estaremos consumiendo unos 26 gramos de hidratos de carbono, al mismo tiempo que estaremos recibiendo una buena dosis de fibra y también de energía, saciando nuestro apetito y ayudándonos a controlarlo entre horas.
Por otro lado, las castañas son uno de los frutos secos que menos engordan, ya que solo tienen un 2% de grasas, lo cual es muy poco si lo comparamos con las almendras o las nueves, las cuales tienen un 50% y un 65% de grasas respectivamente.
Por lo tanto, las castañas no son perjudiciales para la diabetes siempre que las tomemos de forma moderada.