El misterioso caso del "paciente de Ginebra", la última persona en remisión prolongada del VIH, plantea interrogantes

El misterioso caso del

Una sexta persona se encuentra en remisión prolongada del VIH tras un trasplante de células madre, según informaron los científicos esta semana en una importante conferencia sobre investigación del VIH, pero el caso del paciente difiere radicalmente de los anteriores y aún no puede explicarse.

"Lo que me ha ocurrido es maravilloso y mágico", dijo el paciente anónimo en un comunicado. "Ahora podemos centrarnos en el futuro".

El hombre, conocido como el "paciente de Ginebra", tenía cáncer y VIH en el momento del trasplante. Vivía con el VIH desde principios de la década de 1990, cuando empezó a tomar medicación contra el VIH, conocida como terapia antirretroviral (TAR), para suprimir el virus y evitar cualquier avance hacia el sida. Más tarde desarrolló una forma agresiva de leucemia, un cáncer de células sanguíneas, y se sometió a un trasplante de células madre en 2018 para tratar la afección.

Esta parte de la historia del paciente de Ginebra se hace eco de las de las cinco personas que anteriormente entraron en remisión del VIH tras trasplantes similares. Los cinco pacientes anteriores tenían el VIH y el cáncer controlados por TAR en el momento de sus trasplantes. Los trasplantes sirvieron principalmente para tratar el cáncer, pero al menos en los casos de los cinco primeros pacientes, los médicos también aprovecharon para tratar el VIH.

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Para ello, identificaron donantes de células madre con una rara mutación genética resistente al VIH. Dicha mutación, denominada CCR5-delta 32, desactiva una proteína de la superficie de las células humanas que la mayoría de las cepas del VIH utilizan para introducirse en ellas e iniciar la infección. Una vez dentro del cuerpo del paciente, el trasplante resistente al VIH sustituye esencialmente las células vulnerables al VIH del paciente por otras que el virus no puede invadir. De este modo, el virus ya no puede multiplicarse y los pacientes pueden interrumpir la terapia antirretroviral.

En el caso del paciente de Ginebra, "sí que se intentó encontrar un donante compatible con CCR5-delta 32", explicó a Live Science Asier Sáez-Cirión, jefe de la Unidad de Reservorios Virales y Control Inmunitario del Instituto Pasteur de París, en un correo electrónico. Sáez-Cirión presentó el caso del paciente el lunes (24 de julio) en la 12ª Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre la Ciencia del VIH (IAS 2023) en Brisbane, Australia.

A pesar de su búsqueda, el equipo no encontró un donante de células madre con la mutación resistente al VIH, pero sí un donante con una versión "wild-type", o no mutante, del gen CCR5, explicó Sáez-Cirión. "La decisión fue proceder al trasplante a partir de este donante, ya que la prioridad era tratar la enfermedad hematológica".

Un mes después del trasplante, las células sanguíneas del paciente habían sido sustituidas por las del donante. Al mismo tiempo, el número de células infectadas por el VIH en su organismo se redujo drásticamente y no se detectaron anticuerpos contra el virus, explicó Sáez-Cirión. Al observar esto, el paciente y su médico tratante decidieron simplificar su régimen de TAR, reduciéndolo progresivamente de tres fármacos a dos y luego a uno.

El paciente abandonó por completo la terapia antirretrovírica en noviembre de 2021. Lleva unos 20 meses sin tratamiento y no se ha producido ningún rebote vírico, lo que significa que no se han detectado partículas víricas en su organismo y que no ha habido signos de actividad inmunitaria contra el VIH.

Al menos en los experimentos con tubos de ensayo, las células del paciente siguen siendo totalmente susceptibles a la infección por VIH, según Sáez-Cirión. Entonces, ¿qué ha mantenido a raya al virus?

El paciente había padecido la enfermedad de injerto contra huésped -una complicación de los trasplantes de células madre en la que las células del donante atacan al organismo del receptor- y es posible que esta reacción ayudara a eliminar las células infectadas por el VIH que pudieran quedar en el paciente, según la teoría de Sáez-Cirión. El paciente también tomó fármacos inmunosupresores para tratar la enfermedad de injerto contra huésped, lo que podría haber dificultado la capacidad del VIH para replicarse en sus células inmunitarias.

"Puede haber otros factores aún no identificados que expliquen la ausencia de rebote viral", añadió Sáez-Cirión.

Aunque los científicos aún no entienden del todo el caso del paciente de Ginebra, sí sugiere que puede conseguirse la remisión del VIH tras el trasplante, incluso sin la ayuda de la mutación CCR5-delta 32. Mientras se sigue estudiando su caso, se vigilará estrechamente al paciente para detectar cualquier signo de rebote vírico.

"A través de esta situación única, estamos explorando nuevas vías con la esperanza de que la remisión o incluso la curación del VIH deje de ser algún día un hecho aislado", afirmó en el comunicado la Dra. Alexandra Calmy, directora de la Unidad de VIH/SIDA de los Hospitales Universitarios de Ginebra.

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