¿De verdad hay distintos tipos de hambre?
¿De verdad hay distintos tipos de hambre? Aprende a distiguirlos.
La sensación de hambre es engañosa en ocasiones. Hay veces que pensamos que tenemos, pero es todo psicológico o puede que la estemos confundiendo con la sed, como te contábamos en este artículo.
Estos son los tipos de hambre con los que tienes que lidiar, según el libro 'Mindful Eating: A guide to Rediscovering a Healthy and Joyful Relationship with Food' (Comer Consciente: Una guía para redescubrir una relación sana y alegre con los alimentos) de la pediatra Jan Chozen Bays:
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- Comer por los ojos: Se nos hace la boca agua sólo con ver una foto de un delicioso postre o nos apetece levantarnos a por una Coca Cola cuando vemos el anuncio en el cine. Es todo sugestión, la publicidad nos incita a querer comer esos alimentos aunque realmente no tengamos ganas. El sentido de la vista es tan condicionante que puede llegar a anular el resto de sensaciones que tenemos, como la saciedad.
- Hambre de estómago: Es ceder a los atracones y ataques de hambre, que nos hacen comer de una manera excesiva.
- Hambre de boca: Según el libro, "es el que experimentan quienes tienen la necesidad de probar constantemente nuevos sabores y texturas".
- Hambre de olfato: Son los olores de los alimentos los que nos tientan y nos hacen desearlos sin pensar. Lo mejor es frenarnos y analizar la situación: ¿tenemos hambre de verdad? ¿es hora de hacer alguna comida? ¿es bueno para mi salud tomar ese alimento?
- Hambre de pensamiento: Es nuestra mente la que nos indica lo que debemos comer, y muchas veces pone excusas para ceder ante las tentaciones, por ejemplo: "Llevo todo el día trabajando, me merezco una pizza para cenar".
- Hambre celular: Está basado en predisposiciones genéticas y en el instinto de supervivencia. "El cuerpo lo pide para funcionar de manera óptima, aunque la mayoría de nosotros hemos perdido la capacidad de oír lo que nos está diciendo".
- Hambre de corazón: Es la típica situación de "me ha dejado mi pareja, voy a comer helado hasta reventar". Se busca rellenar con la comida un vacío sentimental.
