¿Cómo saber si tengo una enfermedad de transmisión sexual?

¿Qué tengo que hacer para saber si tengo una enfermedad de transmisión sexual? Todo lo que tienes que saber para diagnosticar una ETS.

Las enfermedades de transmisión sexual, conocidas comúnmente como ETS, se transmiten, como su propio nombre indica, mediante el sexo sin protección. La mejor forma de mantenernos sanos y libre de estas enfermedades e infecciones es utilizar siempre preservativo a la hora de mantener relaciones sexuales, ya sea sexo anal, oral o vaginal.

Debido a la escasa educación sexual de algunos jóvenes, estos desconocen la mayoría de las enfermedades sexuales, por lo que piensan que el único riesgo de mantener relaciones sexuales sin condón es el embarazo. Este es el motivo por el que la mayoría de las enfermedades de transmisión sexual se dan en jóvenes menores de 25 años.

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El hecho de no tener una pareja estable o una relación monógama aumenta también las posibilidades de contraer alguna de estas enfermedades. Las parejas monógamas no suelen contraer enfermedades de transmisión sexual, ya que no se exponen a ningún riesgo siempre que los dos estén sanos.

¿Cómo saber si tengo una ETS?

Las mayoría de las enfermedades de transmisión sexual no tienen síntomas o, al menos, no en la mayoría de los casos ni de las personas. Las que manifiestan síntomas, pueden hacerlo de forma muy débil, por lo que pueden confundirse con otro tipo de dolencias. Por eso es importante que, si has mantenido relaciones sexuales sin condón, te sometas a una prueba para saber si tienes alguna ETS.

Las pruebas para detectar las enfermedades de transmisión sexual son la única forma fiable de saber si estamos sanos o si tenemos alguna infección. Puesto que muchas de estas infecciones pueden curarse fácilmente con antibióticos, lo mejor es saber cuanto antes si hemos contraído alguna ETS para empezar con el tratamiento. Si esperamos demasiado y tenemos una infección, esta puede complicarse y la situación volverse más grave.

Las enfermedades de transmisión sexual que manifiestan síntomas no tienen por qué hacerlo justo después de que la hayamos contraído. En algunos casos pueden pasar varias semanas hasta que aparezcan. Por lo tanto, si identificamos algunos de los síntomas más comunes de estas infecciones, aunque no hayamos mantenido relaciones sexuales el día anterior, no debemos descartar que se trate de una ETS. En este caso, debemos acudir también al médico para realizarnos un prueba para detectar enfermedades de transmisión sexual.

Si tienes una ETS y esta muestra síntomas, es probable que estos sean los siguientes, ya que son síntomas comunes que pueden aparecer en muchas de las infecciones de este tipo:

· Secreciones de color y olor extraño en la vagina o el pene. Un flujo que cambia de color y que tiene un olor distinto al habitual. Suele tratarse de una secreción de tono amarillento o verdoso. Si notas cambios en tu flujo, debes acudir a un ginecólogo.

· Ardor al orinar y necesidad constante de hacerlo. Este síntoma puede confundirse con una infección de orina, pero si va acompañado del síntoma anterior, es más probable que se trate de una ETS, aunque no tiene por qué ser grave. Acude a tu médico para saber qué tratamiento tienes que empezar a tomar.

· Fiebre y síntomas similares a los de una gripe. Algunas de las enfermedades de transmisión sexual presentan síntomas que puede confundirse con el de una gripe, incluyendo la inflamación de las glándulas y la sensación de fatiga y cansancio. La única forma que tendremos de saber si se trata de una gripe o de una ETS es mediante las pruebas para detectar enfermedades de transmisión sexual o si además aparecen algunos de los otros síntomas.

Salvo las enfermedades más graves, como el VIH, la sífilis o la gonorrea, la mayoría de infecciones se tratan con antibióticos y desaparecen en un par de días. En algunos casos, nuestros sistema inmune consigue eliminar el virus por si mismo. Puede ocurrir que nuestro cuerpo elimine la infección y ni siquiera lleguemos a saber que la hemos contraído. En otros casos, como en el del herpes genital, el virus puede permanecer en nuestro organismo durante años sin que notemos ninguno de sus síntomas.

Las enfermedades de transmisión sexual afectan a una gran parte de la población. Aunque antes afectaba principalmente a jóvenes y adolescentes, cada vez es más común en adultos de más de 40 años, ya que las relaciones estables tienden cada vez más a romperse en torno a esta edad y hace que estas personas vuelvan a tener varias parejas sexuales.

Aunque muchas de estas enfermedades afecten a mucha gente y sean fáciles de curar, no debemos olvidarnos de que siempre que practicamos relaciones sexuales sin protección nos exponemos a enfermedades realmente graves, como el SIDA o la sífilis, y que es por esto que resulta tan importante el uso del condón.

Aunque no tengas ningún síntomas, se recomienda realizarse una vez al año la prueba para saber si tienes alguna enfermedad de transmisión sexual.