Cómo freír el huevo perfecto
Parece fácil, pero no lo es, en absoluto. Te enseñamos cómo freír el huevo perfecto.
¿Cuántas veces hemos escuchado decirle a alguien a otro, de modo despectivo aludiendo a su inutilidad en ciertos aspectos físicos o mentales, "Tú es que no sabes ni freír un huevo"? ¿Cuántas? Muchas. Y seguramente, mucha gente que ha dicho eso en voz alta, no se ha parado a pensar en lo complicado que es, sin duda, freír un huevo. No solo freír un huevo... Freír un huevo y que quede PERFECTO. Para un cocinero principiante, freír un huevo puede ser una odisea. Sí, es bien sencillo llenar una sartén con aceite, encender el fuego, soltar el huevo y esperar a que se fría, pero no será un huevo perfecto. Sí que es verdad que eso de ''perfecto'' es un poco subjetivo: habrá quien prefiera la yema cuajada o la clara un poco quemada por los bordes, pero aquí vamos a jugar con la generalidad y asumamos que un huevo perfecto es aquel que tiene la clara completamente hecha y la yema líquida pero no cruda, para que podamos mojar pan en ella. Comenzamos.
Científicos afirman haber descubierto cómo cocinar el huevo duro perfecto: ¡y puede ser más saludable también!
Cómo cocinar el filete perfecto
- Poner en la sartén aceite abundante, aunque tampoco como para hacer una piscina: debéis tener en cuenta que debe haber aceite suficiente como para poder echarlo sobre la yema con ayuda de una espumadera, elemento básico de cualquier cocina.
- Encender el fuego (a ver, si no hacéis esto...)
- Cascar el huevo, con cuidado de que la yema no se parta: para esto debéis cascar el huevo muy cerca del aceite para que la yema, al caer, no se rompa.
- Hay que echar el huevo, y esto es importante, cuando el aceite no esté caliente. ¡Blasfemia! Dirán muchos. Si echáis el huevo cuando el aceite esté hirviendo, la clara se quemará y la yema se cuajará en cuestión de segundos y no queremos eso.
- Cuando veáis que la clara se está haciendo (quedará, os lo aseguro, como de foto, redonda y blanca) os ayudaréis de una espumadera y echaréis aceite sobre la yema, sin pasaros, solo para que se cuaje un poco y el resto quede líquida.
- Cuando veáis que la clara se ha hecho entera, retiráis el huevo y lo colocáis sobre un plato con papel secante para eliminar los restos de aceite.
- ¡A comer!
Ya podéis presumir de hacer el huevo perfecto. En cuanto le cojáis el truco, será muy sencillo. Y ya nadie os podrá decir que no sabéis freír un huevo.