Cómo dormir en el avión y no dejarte el cuello en el intento
La mejor manera de que no se te hagan largos los viajes de avión es echando una buena cabezada. El problema es que a veces resulta complicado ponerse cómodo en un espacio tan reducido. Hoy te ayudamos a conseguirlo.
¿Cómo dormir en un avión y no dejarte el cuello en el intento?
- Si tienes por delante 10 horas de vuelo, no te vistas como si fueses a la mejor discoteca de la ciudad. La rópa cómoda (y holgada) siempre es la mejor opción. También prescinde de los pantalones cortos porque, aunque en la calle haga un calor del infierno, el aire acondicionado del avión te dejará las piernas heladas. Una sudadera siempre es bienvenida.
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- Llévate unos tapones. Nunca sabes si detrás de ti vas a tener a un niño con una voz más potente que la de Plácido Domingo.
- Si puedes elegir, ponte al lado de la ventanilla. No te molestará nadie que quiera ir al servicio y podrás apoyar la cabeza para echarte ese deseado sueñecito.
- Evita las primeras y las últimas filas, que son las que tienen más ajetreo porque están cerca de los baños.
- Pon el equipaje de mano en la cajonera que está sobre el asiento, no en el suelo. Así tendrás más sitio para estirar las piernas.
- Algunas aerolíneas dan a sus pasajeros almohadas y mantas para que estén más cómodos. Otras, no. Por si acaso, llévate las tuyas (hay algunos modelos que no ocupan nada).
Estos trucos pueden ayudarte a estar más cómodo en el avión y que el sueño llegue rápido. Sin que te des cuenta, en nada estarás en tu destino.