7 síntomas de anemia que no debes ignorar
Síntomas de la anemia: 7 señales que no debes ignorar.
Los glóbulos rojos son los encargados de transportar en oxígeno en la sangre. Cuando, por alguna razón, disminuye el número de glóbulos rojos en nuestra sangre, nuestro cuerpo comienza a tener deficiencias y entra en un estado que se conoce como anemia. Cuando la anemia no es demasiado grave puede combatirse con determinados tratamientos y consejos médicos para recuperar el estado de salud habitual. Si llega a ser más grave como resultado de alguna enfermedad o problema de salud, deberemos seguir un tratamiento médicos más severo.
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La anemia no es una enfermedad en sí misma, si no una señal de que algo no va bien en nuestro organismo. Aunque esta suele detectarse con análisis médicos, hay algunas señales de nuestro cuerpo a las que debemos prestar atención ya que indican que nuestro nivel de glóbulos rojos podría haber descendido por debajo de los vales recomendados.
Estos son algunos síntomas de anemia a los que debemos estar atentos. Si los detectas, acude a un médico para determinar las causas que lo han provocado y ponerle solución cuanto antes.
Falta de energía y cansancio. El oxígeno es fundamental para que nuestro cuerpo funcione de forma correcta. Con la falta de glóbulos rojos, el oxígeno también se ve reducido, por lo que es normal que esto afecte a nuestra energía. La debilidad, el cansancio o la somnolencia suelen ser síntomas habituales en las personas con anemia, siendo más evidentes en personas de edad avanzada. Las personas jóvenes es probable que solo noten esta falta de energía a la hora de hacer esfuerzos concretos, mientras que las personas mayores con anemia se sentirán cansados y fatigados incluso en las tareas que corresponden a la rutina diaria. Sea cual sea tu edad, el cansancio continuado y sin razón aparente es motivo suficiente para acudir a un médico y que determine cuál es la causa que está haciendo que tu energía disminuya.
Palidez. Cuando hay falta de oxígeno, el organismo debe priorizar y llevarlo a los órganos que más lo necesiten. Esto quiere decir que la piel recibe menos sangre de la habitual para que así otros órganos puedan recibir más cantidad y seguir funcionando, lo que provoca que la piel esté más pálida. Esta palidez afecta también a las mucosas, a los ojos y al color de la boca. Si notamos que nuestra piel podría estar más pálida de lo normal, conviene comprobar también el color de nuestros ojos y de nuestra boca.
Calambres. Esta misma falta de oxígeno en los músculos hace que no funcionen como deberían y que se produzcan contracciones involuntarias y calambres.
Taquicardia. Ante la falta de oxígeno en la sangre, nuestro corazón reacciona bombeando a más velocidad para intentar que llegue la mayor cantidad de oxígeno posible y así restablecer nuestras funciones para volver a funcionar de forma normal. Esto hace que nuestro corazón se acelere, provocando taquicardias que, en algunos casos, pueden dar lugar a un soplo en el corazón.
Dolor de pecho. Este síntoma es más común en personas con enfermedades cardiacas que están sufriendo anemia. En estos casos, cuando el corazón ya está enfermo, la anemia puede llegar a ser mucho más peligrosa para el paciente. Por este motivo, las personas con enfermedades cardiacas deben controlar más a menudo el estado de sus glóbulos rojos ya que una anemia severa puede llegar a desencadenar en estos casos una isquemia cardíaca.
Falta de aire y respiración acelerada. Este síntoma es más común en los casos de anemia más severo, cuando la cantidad de glóbulos rojos ha descendido tanto que la falta de oxígeno se hace muy evidente, afectando incluso a la respiración. La sensación de falta de aire y la respiración acelerada indican que se trata de una anemia severa y que debemos tratar de combatirla cuanto antes.
Hipotensión. Es también en los casos más severos de anemia cuando puede aparecer este síntoma. La hipotensión provoca una sensación de desmayo que impide que nos mantengamos de pie. Cuando esto ocurre, es necesario acudir a un médico urgentemente ya que puede significar que el estado de anemia deba ser tratado inmediatamente con transfusiones de sangre.
La intensidad de estos síntomas dependerá del grado de la anemia que la persona sufra. La anemia suele ser gradual, intensificando los síntomas después de varios días o semanas. En la primera fase, puede ocurrir que los síntomas pasen desapercibidos.
Las personas que sufren enfermedades, especialmente si estas afectan al corazón o a los pulmones, deben controlar a menudo su estado de salud con análisis de sangre para comprobar el estado y el nivel de sus glóbulos rojos ya que, en sus casos, la anemia puede desencadenar problemas de salud mucho más graves que en pacientes sanos.
Una vez que la anemia es detectada, el siguiente paso es averiguar aquello que la está provocando, ya que es esto realmente lo que debería preocuparnos. Es decir, debemos tratar la anemia como un síntoma, como una señal de nuestro organismo para indicar que algo no va bien.
Si identificas uno o varios de estos síntomas de anemia en tu cuerpo, acude cuando antes a un médico para empezar a tratarla y determinar la causa.
