Ya es oficial: La Organización Mundial de la Salud relaciona el ingrediente de la Coca-Cola Light con el cáncer
La gente lleva años diciendo que la Coca-Cola Light provoca cáncer, pero una reciente decisión del máximo organismo sanitario mundial ha confirmado finalmente lo que todos sospechábamos desde hace tiempo.
La salud es un campo de minas. Desde los riesgos contraintuitivos y poco conocidos del ayuno intermitente hasta las aterradoras repercusiones de dormir poco, a menudo uno se pregunta si queda algo que sea realmente bueno para la salud. Desgraciadamente, hoy hemos recibido un nuevo golpe, ya que la OMS ha designado uno de los refrescos más populares del mundo (o, más concretamente, el edulcorante activo que contiene) como un riesgo de cáncer, poniendo fin a interminables debates que han hecho estragos en las comunidades de fitness durante años.
Uno de los edulcorantes artificiales más utilizados en el mundo, el aspartamo -que endulza la Coca-Cola Light-, va a ser etiquetado como posible carcinógeno por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), destacado organismo sanitario mundial afiliado a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta decisión ha enfrentado al edulcorante -que se utiliza en muchos de los refrescos y dulces más populares del mundo, no sólo en la Coca-Cola Light- con la industria alimentaria y los organismos reguladores.
Según fuentes internas, los expertos del CIIC finalizaron su dictamen a principios de este mes, declarando que el aspartamo será clasificado como "posiblemente carcinógeno para los seres humanos" El propósito de su evaluación era determinar los peligros potenciales basándose en las pruebas publicadas por instituciones científicas de todo el mundo, pero en realidad no emiten un dictamen sobre los niveles de consumo seguros. Ahí es donde entra en juego la OMS, que supuestamente está preparando directrices de consumo individuales emitidas por su comité de expertos en aditivos alimentarios, conocido como JECFA. Son muchas siglas, pero tenga paciencia.
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Los dictámenes anteriores del CIIC sobre otros ingredientes populares han generado una preocupación generalizada, demandas judiciales e incluso presiones de toda la industria para que se modifiquen las recetas; se espera que este nuevo dictamen sobre el aspartamo cree un efecto dominó similar. Si bien es cierto que las evaluaciones del CIIC pueden ser un poco prolijas y confusas para el público lego, se espera que el JECFA también esté revisando el uso del aspartamo y que la revisión de este año -que se publicará oficialmente el 14 de julio- aporte claridad y cierre el debate, para disgusto de las industrias de refrescos y dulces.
Sin embargo, sería absurdo tanto para el público como para las empresas del sector ignorar el dictamen del CIIC y dormirse en los laureles hasta que la OMS publique su informe, dado el considerable peso de los dictámenes históricos del CIIC. En 2015, el comité concluyó que el glifosato era "probablemente cancerígeno", lo que ha dado lugar a continuas batallas legales para grandes empresas como la alemana Bayer.
Sin embargo, el CIIC también ha sido objeto de críticas por causar alarma y confusión innecesarias con sus diferentes y complejos niveles de clasificación. La clasificación del aspartamo como "posiblemente cancerígeno" implica pruebas sólidas, pero en última instancia limitadas, de su potencial para causar cáncer, de ahí la necesidad de una revisión de la OMS para sellar realmente su destino.
Como era de esperar, las partes interesadas de la industria han expresado su preocupación por el calendario de los procesos del CIIC y el JECFA, mientras que los reguladores estadounidenses y japoneses han pedido una cuidadosa coordinación en un intento de evitar confundir al público o causar un alboroto potencialmente innecesario. La Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA) ha puesto en duda la exhaustividad científica de la revisión del CIIC, mientras que el Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas ha advertido del riesgo de inducir a error a los consumidores para que elijan opciones azucaradas en lugar de alternativas seguras -y mucho más sanas- sin azúcar o con bajo contenido en azúcar.
El aspartamo ha sido ampliamente estudiado a lo largo de los años, y los reguladores mundiales han autorizado repetidamente su uso tras revisar las pruebas disponibles. Sin embargo, estudios observacionales han mostrado un riesgo de cáncer ligeramente mayor asociado al consumo de mayores cantidades de edulcorantes artificiales, incluido el aspartamo. La metodología de los estudios a ambos lados del pasillo ha sido cuestionada, incluso por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Las principales empresas de alimentación y bebidas han defendido el uso del aspartamo, pero los ajustes en las recetas -como los realizados por PepsiCo- parecen indicar al menos una pequeña concesión por parte de los fabricantes y la conciencia de que equilibrar las preferencias gustativas con las preocupaciones por la salud va a ser una lucha constante. Sea cual sea el resultado de este efervescente debate, nos recuerda que incluso los dulces más pequeños pueden dejar un regusto bastante amargo.