Why I Journal and Use Symptom or Trigger Apps on My Eczema Journey

Mi amor por la escritura comenzó en la escuela primaria, cuando nos asignaron la tarea de crear un libro sobre las cosas que nos gustaban; creo que aún lo conservo. Puede que no sea la mejor deletreadora del mundo (menos mal que existe el autocorrector), pero pronto descubrí mi pasión por una buena historia. Las palabras son realmente mágicas. Ya sea escribiéndolas en un papel, tecleándolas en un portátil, oyéndolas cantar o experimentándolas en películas, programas de televisión o discursos, las palabras me hacen sentir plenamente viva.

Seré la primera en admitir que, incluso como escritora, no empecé a registrar los síntomas de mi eczema hasta que un dermatólogo me lo sugirió a los 20 años. Sinceramente, nunca se me había pasado por la cabeza la idea: por aquel entonces, el eccema no era una enfermedad muy conocida ni comprendida.

Lo único que sabía era que podía expresar fácilmente lo intenso que era el dolor. Sin embargo, con el tiempo empecé a ver mi piel como un lienzo, y cada día que pasaba con el eccema era como si tuviera que recomponer las piezas de un puzzle.

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Mi médico me aconsejó que hiciera un seguimiento de mis síntomas, productos y estilo de vida. Al principio me pareció abrumador, pero empezar con un simple cuaderno me ayudó. Empecé a anotar lo que comía, las cremas y lociones que utilizaba, los tejidos que vestía, el agua que bebía, mis niveles de estrés y mi estado de ánimo general a lo largo del día.

Cada vez que notaba picores o sentía que se me formaba una roncha, anotaba todo lo que había sucedido antes. Mi médico quería examinar mi estilo de vida para identificar pautas, factores desencadenantes y los tratamientos más eficaces. Para mí, este proceso transformó una enfermedad impredecible en algo que podía entender y quizá incluso controlar.

Además, el seguimiento de mis síntomas y desencadenantes ofrece una imagen clara de patrones que de otro modo podrían pasar desapercibidos. Registrar estos detalles me ha proporcionado información que puedo utilizar de forma proactiva. En mi caso, me di cuenta de que ciertos tejidos, los cambios climáticos, los productos químicos utilizados en el tratamiento del agua y el estrés afectaban a mi piel más de lo que esperaba. Si no lo hubiera anotado, quizá nunca habría conectado esos puntos.

Algunas aplicaciones que recomiendo encarecidamente probar son:

1. EczemaWise (National Eczema Association)

Desarrollada por la National Eczema Association, esta aplicación es sencilla y eficaz para registrar los síntomas diarios, los niveles de gravedad y los desencadenantes de los brotes. Es fácil de usar y ayuda a construir un historial de datos para apoyar las conversaciones con los proveedores de atención médica.

2. Eczema Tracker

Esta aplicación también es de la National Eczema Association. Permite registrar los síntomas diarios, realizar un seguimiento de los posibles desencadenantes (como el clima, el polen o el estrés) y visualizar los patrones de los síntomas a lo largo del tiempo. También ofrece perspectivas de la comunidad para comparar tus experiencias con las de los demás.

3. Flaredown

Esta aplicación es ideal para el seguimiento de varias enfermedades crónicas, incluido el eczema. Te permite registrar síntomas, identificar desencadenantes, seguir tratamientos y controlar el progreso. También puedes exportar informes para compartirlos con tu dermatólogo.

4. Symple

Esta aplicación de seguimiento de la salud permite a los usuarios registrar los síntomas diarios, los tratamientos y los factores ambientales que pueden influir en el eczema. Se pueden registrar hasta 10 síntomas y visualizar las tendencias de los datos a lo largo del tiempo.

Cada una de estas aplicaciones ofrece funciones únicas para ayudar a controlar el eccema, por lo que puedes elegir la que mejor se adapte a tus necesidades de seguimiento e información. Y recuerda, si te sientes abrumado, empieza poco a poco. Anota lo que notes en cuanto a síntomas, nuevos productos, cambios en la dieta o niveles de estrés. A medida que vayas acumulando notas, los patrones se harán más claros, para gestionar tu estado día a día. Los conocimientos adquiridos no sólo son valiosos para el presente, sino a lo largo del tiempo.

Al igual que la escritura, el eccema requiere paciencia y comprender que los avances se producen poco a poco. Un diario o una aplicación permiten reconocer esos pequeños logros, ver cómo se desarrolla el viaje y darse cuenta de que hasta el más mínimo detalle puede ser la clave para entender mejor la piel.

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