Un nuevo análisis de sangre podría facilitar la predicción de la preeclampsia, según un estudio preliminar
Un análisis de sangre realizado ya al final del primer trimestre de embarazo podría ayudar a identificar a las pacientes con mayor riesgo de preeclampsia, una enfermedad potencialmente mortal asociada a la hipertensión durante el embarazo, antes de que se produzca.
La preeclampsia aumenta drásticamente las probabilidades de mortinatalidad y parto prematuro, así como de daños en los órganos maternos, convulsiones y muerte. Actualmente no hay cura para la preeclampsia, que puede aparecer entre las 20 semanas de embarazo y las seis semanas posteriores al parto.
Las pacientes con alto riesgo de padecer la enfermedad pueden reducir las probabilidades de preeclampsia tomando una dosis baja de aspirina entre las semanas 12 y 16 de embarazo, es decir, al final del primer trimestre o a principios del segundo. Los médicos pueden predecir el nivel de riesgo de una paciente a partir de su historial médico; por ejemplo, tener una enfermedad renal o antecedentes de preeclampsia aumenta el riesgo. Pero revisar sólo los antecedentes médicos puede dejar fuera a algunos pacientes de riesgo, lo que significa que no a todos los pacientes que necesitan aspirina preventiva se les aconseja tomarla. Por eso, en algunos países se realizan ahora pruebas adicionales para mejorar las predicciones de riesgo de los médicos, haciéndoles evaluar determinadas proteínas en la sangre y el flujo sanguíneo al útero.
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Sin embargo, algunas de estas pruebas de cribado son difíciles de administrar o no se realizan de forma rutinaria al principio del embarazo, según Bernard Thienpont, director del Laboratorio de Epigenética Funcional de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y autor principal de la nueva investigación que describe el análisis de sangre.
"Dependiendo de las medidas que utilicemos, la precisión será distinta", explica Thienpont a Live Science. Así que Thienpont y su equipo se propusieron desarrollar una nueva prueba fácil de realizar para añadirla al arsenal.
"No lo vemos como algo que deba aplicarse independientemente de todas las demás pruebas, sino más bien como un complemento", dijo sobre el nuevo análisis de sangre, descrito en un informe publicado el lunes (28 de agosto) en la revista Nature Medicine.
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La prueba analiza el ADN que flota en la sangre durante el embarazo. Los médicos ya recogen este ADN "libre de células" para realizar cribados prenatales no invasivos, las pruebas que se utilizan para ver si es probable que un feto tenga cromosomas de más o de menos.
Este ADN flotante procede de las células moribundas del organismo y, si se está embarazada, una parte procede de la placenta, por lo que resulta útil para el cribado prenatal, explica Thienpont. El equipo de Thienpont pensó que el ADN también podría ser útil para el cribado de la preeclampsia, ya que está demostrado que esta enfermedad puede tener su origen en problemas de la placenta.
La preeclampsia se ha relacionado con un flujo sanguíneo deficiente y, por tanto, con bajos niveles de oxígeno en la placenta. Y en otras enfermedades, cuando los tejidos carecen de oxígeno, sus células pueden mostrar cambios epigenéticos, es decir, cambios en las etiquetas químicas que se sitúan "encima" del ADN. Estas etiquetas químicas incluyen grupos metilo, o moléculas que se adhieren a los genes y controlan si están "encendidos" o "apagados".
Según Thienpont, ya se habían examinado placentas después del parto y se habían detectado grandes diferencias de metilación entre embarazos preeclámpticos y sanos. Su equipo quería ver si esas diferencias podían detectarse antes del nacimiento.
Analizaron este ADN libre de células recogido previamente de casi 500 mujeres embarazadas y posteriormente almacenado. Alrededor de un tercio de las mujeres incluidas en el estudio habían desarrollado preeclampsia de inicio precoz, que se desarrolla antes de la semana 34 de embarazo. Tanto en el momento de su diagnóstico como semanas antes, las mujeres preeclámpticas presentaban patrones de metilación del ADN diferentes a los del grupo de control, y estas diferencias estaban relacionadas con el ADN libre de células de la placenta, más que con el de otros tipos celulares.
Según Tu'uhevaha Kaitu'u-Lino, profesora y codirectora del Grupo de Obstetricia Traslacional de la Universidad de Melbourne (Australia), entre los genes afectados figuran los que ayudan a las células de la placenta a desarrollarse y madurar. Así pues, el trabajo podría dar pistas sobre las razones por las que puede producirse la preeclampsia, declaró a Live Science en un correo electrónico.
Se trata sólo de una teoría, pero "lo que creemos que ocurre es que hay un retraso en el desarrollo de la placenta en las mujeres preeclámpticas", afirma Thienpont.
A partir de los datos de ADN, el equipo desarrolló un modelo para predecir el riesgo de preeclampsia de las pacientes basado en muestras de ADN libre tomadas a las 12 semanas o después.
Probado por sí solo, el modelo identificó al 38% de las pacientes que desarrollaron preeclampsia y dio pocos resultados falsos positivos. Esa cifra aumentó hasta el 57% cuando el modelo se combinó con factores de riesgo materno, como antecedentes familiares de preeclampsia, y se disparó hasta el 72% cuando el equipo permitió un número ligeramente superior de resultados falsos positivos. (Los factores de riesgo materno, por sí solos, sólo captaron alrededor del 30% de las pacientes de alto riesgo).
"Puede mejorar si se incluyen variables adicionales", dijo Kaitu'u-Lino, "como algunas de las variables incluidas en la prueba de la Fetal Medicine Foundation". La prueba del primer trimestre, utilizada en el Reino Unido y Australia, tiene en cuenta muchos factores de riesgo y predice el riesgo de preeclampsia con un 75% de precisión y pocos falsos positivos, pero es bastante complicada y requiere una ecografía especial, escribieron Kaitu'u-Lino y sus colegas en un comentario.
El equipo de Thienpont está interesado ahora en combinar el nuevo análisis de sangre con más parámetros para aumentar su poder predictivo.
"Pero el gran potencial de este trabajo es que identifica un vínculo convincente entre una nueva medida y un mal resultado del embarazo", afirma. "Abre la puerta a un nuevo horizonte de descubrimiento de biomarcadores clínicos".