Un jugador de la NFL podría perder su pie por culpa de una rara bacteria
Terribles noticias para el fútbol americano y los Giants de Nueva York: Un jugador de la NFL podría perder su pie por culpa de una rara bacteria.
Daniel Fells, una de las estrellas de los Giants, sufría una fuerte lesión de tobillo hace apenas una semana. El pronóstico era de lo más favorable, ya que una simple inyección de cortisona podía acabar con la inflamación y se esperaba que en una semana estuviese recuperado. Sin embargo, poco después saltaban las alarmas y los miembros del equipo médico de los Giants de Nueva York no sabían que hacer. Con 40 grados de fiebre, sería ingresado inmediatamente en urgencias. ¿La razón? El Staphylococcus aureus resistente a meticilina, o SARM, un microbio estafilocócico que es capaz de resistir a cualquier tratamiento aplicable a éste tipo de infecciones. Una situación de extrema gravedad para su tobillo y el resto de su organismo, ya que, una vez que ésta bacteria entra en el cuerpo humano, puede propagarse a los huesos, articulaciones, sangre y, por lo tanto, o cualquier órgano, como el corazón o el cerebro..
Desde entonces, Daniel Fells ya ha tenido hasta cinco intervenciones quirúrgicas para tratar de salvar su pie, ya que ésta bactería podría provocar que se lo amputaran para evitar que se extienda al resto del cuerpo a través de la sangre, lo que podría causar su muerte. No es la primera vez que ésta rara bacteria azota los cimientos de la NFL, ya que afectados por ésta enfermedad, jugadores como Lawrence Tynes y Carl Nicks ya tuvieron que retirarse. Una enfermedad que muestra unas estadísticas letales, ya que sólo en 2013, se llevó la vida de 11.285 personas.
La pregunta que puede surgir inmediatamente está clara: ¿Cómo ha podido contagiarse un deportista de élite cuando por lo general viven dentro de una confortable burbuja con controles sanitarios perpetuos? Muy sencillo, los vestuarios, caldo de cultivo de bacterias al poder resultar muy poco higiénicos para un tratamiento de emergencia como el de su tobillo, parecen ser la respuesta. Tampoco es la primera vez que una epidemia en uno de los vestuarios llevó al cierre de los mismos y reformas, pero en éste caso, el avanzado estado de afección del virus hace temer, no sólo que no pueda volver a jugar, sino que además su pie tenga que ser amputado.
Aún pendientes de nuevas noticias, deseamos su pronta recuperación y esperamos volver a verle correr por los campos de la NFL. Fuerza y ánimo.
