¿Puede una vagina ser demasiado grande?
Como alguien que ve unas 35 vaginas al día, puedo asegurar que las hay de todas las formas y tamaños. La vida, el parto, el aumento de peso, la actividad sexual, la gravedad y los cambios hormonales pueden influir en el contorno de la vagina a lo largo del tiempo, pero ¿es esto un problema?
La vagina es un tubo muscular de aproximadamente 3-4 pulgadas de largo y 2-3 pulgadas de ancho. Se expande para la actividad sexual y aún más para el parto. El parto puede afectar a la forma de la vagina. Piensa en la vagina como un calcetín tubular. Si un calcetín de tubo elástico sólo ha tenido un pie dentro, y un día le pones un melón, va a estar un poco estirado inicialmente. Las vaginas son increíblemente resistentes, y se hicieron para el parto. La mayoría vuelve a la normalidad con bastante rapidez. Pero cuando el parto implica pujos prolongados, bebés grandes, partos múltiples o desgarros vaginales importantes (especialmente si no se curan bien o se infectan), a veces el suelo pélvico puede resultar dañado, afectando permanentemente a la forma y la función de la vagina.
Cambios vaginales después del parto
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Los músculos pélvicos pueden tardar entre 6 y 12 semanas en recuperarse del parto. Si después de ese tiempo tienes alguno de los siguientes síntomas, es posible que tengas daños en el suelo pélvico y que debas acudir al médico.
- Pérdida de orina
- Dificultad para controlar la expulsión de gases o retener las heces
- Dolor en las relaciones sexuales
- Los tampones o las copas menstruales se caen
Si tu vagina no se ha recuperado tan bien como hubieras deseado de las aventuras del parto, hay cosas que puedes hacer para que tu vagina y tu suelo pélvico vuelvan a estar en forma. Puedes empezar por perder peso (si tu IMC es superior a 30), hacer ejercicios de Kegel y fortalecer el tronco. Si esto no funciona, existen fisioterapeutas especializados que están capacitados para ayudar a las mujeres a fortalecer su suelo pélvico.
Si la fisioterapia no te ayuda, puede ser el momento de acudir a un médico. Los ginecólogos o uroginecólogos (un urólogo o ginecólogo que ha recibido formación adicional en la reconstrucción del suelo pélvico) son los mejores tipos de médicos a los que acudir si te preocupa que haya algo mal en tu vagina. A veces, los músculos perineales (los que se encuentran entre la vagina y el recto) se desgarran durante el parto y no se curan como deberían. A veces es necesario repararlos quirúrgicamente.
Lo que no debes hacer para estrechar tu vagina
No utilices ningún tipo de "barritas tensoras vaginales" o "remedios a base de hierbas" de venta libre para intentar tensar o encoger la vagina. Éstos actúan causando una irritación en la vagina que induce a la hinchazón. He visto pacientes con graves quemaduras vaginales a causa de estos productos que han requerido hospitalización. Como regla general, no debes poner en tu vagina nada que compres en Etsy.
Si te preocupa el aspecto exterior de tus labios vaginales, entonces acudir a un cirujano plástico para remodelar tus labios vaginales está bien (aunque es completamente innecesario en mi opinión ginecológica profesional). Si te preocupa la estructura o la función de tu vagina, entonces debes acudir a un ginecólogo o a un uroginecólogo. La cirugía debería ser siempre el último recurso, pero si necesitas reparar tus músculos pélvicos, entonces necesitas ver a un uroginecólogo que esté capacitado para reconstruir tu suelo pélvico.
El tratamiento vaginal con láser se comercializa como otra opción, pero no tenemos suficientes datos sobre él. Se supone que estimula el crecimiento del colágeno y afirma que mejora la sequedad vaginal y algunos síntomas de laxitud vaginal. Ten en cuenta: El tratamiento con láser no ha sido aprobado por la FDA para este propósito, y ha habido informes de casos de quemaduras en la vagina. Si decides probar la terapia láser vaginal, asegúrate de que la realiza un ginecólogo que pueda evaluar tu suelo pélvico y no en un balneario.
Función sexual
La satisfacción sexual de una mujer no está relacionada con el tamaño de la vagina. La estimulación del clítoris y la presión en la parte delantera interna de la vagina aumentan la respuesta sexual. Múltiples estudios han demostrado que no hay diferencias en la función o la satisfacción sexual entre las mujeres que han tenido cesáreas y las que han tenido partos vaginales, lo que sugiere que el estiramiento normal de un parto vaginal no supone una diferencia.